– Aquí -dijo Dunn desde detrás de la cocina.
Todos salieron por los laterales de la tienda. Un pequeño grupo de jinetes pasaba al galope, una propulsión hacia delante de músculo y pellejo, cascos como armas agrupadas. Debían de ser de la milicia del estado, u hombres de Baldwins, del pelotón del sheriff, del Ku Klux Klan o de cualquiera de los grupos de rangers voluntarios. Había os__mas se elevaba un humo espeso y negro. Como si la intención no fuera iluminar sino proyectar negrura.curecido demasiado para distinguirlos. Llevaban antorchas. De las lla
Ahora el tiroteo era continuo. El humo de los rifles se alzaba des____________________te mismo, en una de sus cargas inmisericordes, que sólo se producían a oscuras, y cuando estaban seguros de causar víctimas.vía de mucho saber dónde estaban, porque en nada los tenían delande las posiciones de los Guardias Nacionales, en el aire frío. No ser
Jesse corrió y casi estaba a salvo cuando una figura mellada se in_terpuso en su camino, una mano le agarró del brazo y otra le puso la boca metálica y fría de un 45 reglamentario en la cabeza.
– ¿Adonde vamos tan deprisa, pequeño macarroni?
– Suéltame.
– Tú eres el chico que se pasaba por la tienda. -La boca del arma seguía sin moverse. Jesse intentaba pensar en cómo salir de ésa sólo con dolor, puede que con algo roto o cortado pero que sólo tardara un tiempo en curarse.
– Hoy nos has estado disparando, ¿verdad, hijo?
– Vosotros me habéis disparado a mí -dijo Jesse.
Recibió una mirada de ojos enrojecidos. La pistola se apartó, y Jesse se tensó ante lo que, temía, le esperaba.
– Estoy jodidamente cansado. Tengo hambre. A ninguno de noso_tros nos han pagado desde que hemos venido a esta mierda de sirio.
– A mi eso me suena.
Se quedaron quietos como si sólo estuvieran escuchando el tiro_teo alrededor.
– Saca tu culo anarquista de mi vista -dijo por fin el soldado-, y si sabes rezar, reza por que no vuelva a verlo a la luz del día.
– Gracias, señor -Jesse no creyó que hiciera ningún daño con esa respuesta.
– Me llamo Brice. -Pero a esas alturas Jesse corría ya demasiado rápido para decirle cómo se llamaba él.
Se refugiaron con varios centenares más, al menos por unos mi____________________gún niño subía para ver qué estaba pasando en las tiendas, y tenían que chillarle para que volviera.sar cerca casi podían percibirse como una brisa. De vez en cuando, alban y salían de la torrentera, proyectando sombras negras que al palicia intentaba tomar el puente de acero que cruzaba el arroyo, lo que cortaba cualquier posible huida hacia el oeste. Los reflectores entranutos, en el arroyo ancho que corría al norte de la ciudad, esperando una pausa en el tiroteo para llegar a algún lugar más seguro. Pero la mi
Frank notó que alguien le ponía la mano en el hombro y al prin____________________mísimo Webb. Webb y todo lo que había querido hacer con su vida, y todo lo que le habían arrebatado, y todos los caminos por los que habían partido sus hijos… Frank se despertó a los pocos segundos y vio que se le había estado cayendo la baba por encima de la camisa. No era momento para ensoñaciones.la a través de las agujas de la nieve primaveral, protegiendo a Jesse con su cuerpo. No había nadie cerca de él. Bien podría haber sido la mano de un huelguista muerto extendida a través de la cortina mortal para buscar algo en la Tierra que tocar, cualquier cosa, y había dado la casualidad de que esa cosa fue Frank. Tal vez fuese la mano del miscipio creyó que era Stray. Pero cuando miró apenas pudo distinguir
Stray y el niño medían aproximadamente lo mismo, Frank se dio cuenta por primera vez. Jesse se había quedado dormido a sus pies. A poco menos de un kilómetro, todas las tiendas habían sido incen__lazos o combatían las llamas, y caían en la batalla. Pero todo aquello, cada baja, una por una, sucedió bajo una luz a la que la historia se mantendría ciega. Las únicas versiones serían las de la milicia.diadas, una por una, por los héroes de la Compañía B de Linderfelt. Una luz rojiza e impura saltaba y se desplazaba por el cielo, y los soldados emitían gritos de triunfo animal. Los disparos seguían desgarrando la peligrosa noche. A veces daban en algún blanco, y huelguistas, niños y sus madres, y hasta soldados y guardias del campamento, recibían ba
Stray abrió los ojos y vio que Frank la estaba mirando. Ella lo miró también, y ambos estaban demasiado cansados para fingir que no era deseo, incluso allí, en medio del infierno.
– Cuando tengamos un momento -empezó a decir ella, pero lue_go pareció perder el hilo.
Frank percibió la espantosa y deslumbrante ocasión que quizá nun__mento.ca más volverían a rozar. Era lo último en que debía pensar en ese mo
– Los dos tenéis que llegar a la casa de tu hermana, ¿vale? -dijo Frank por fin-. Es lo único de lo que tienes que preocuparte ahora, todo lo demás puede esperar.
– Voy contigo, Frank -dijo Jesse con una voz vencida por el ago_tamiento.
– Tienes que ir con tu madre, ayudarla a salir de aquí entera.
– Pero la lucha no ha terminado.
– No, no ha terminado. Pero tú ya llevas un largo día de dura pe__dor de confianza que las cubra lea, Jesse, y estas damas de aquí, con bebés y demás, necesitan un tirahasta que lleguen a aquel pequeño ran_cho al otro lado de las vías. No tengas miedo, ya habrá más pelea, todos tendrán su parte.
Sabía que la mancha pálida de la cara del niño estaba vuelta hacia él, y a Frank le alegró no tener que ver su expresión.
– Ahora que ya sé llegar a la casa de tu tío Holt y tu tía Willow, gracias al mapa que me dibujaste, iré para allá en cuanto nosotros ha_yamos acabado.
Ambos escucharon el «nosotros», no era el que les hubiera gusta____________________siles, avanzando en fila india hacia el este por el camino de carretas que llevaba a las Black Hills, esforzándose por mantenerse agrupados.cena de palabras en inglés, arrastrando por la tierra las culatas de los fúdo, sino el que se refería al otro colectivo de sombras, exhaustas, que apenas se mantenían en pie, que entre todas no hablaban ni media do
– Estaremos allá arriba -dijo señalando con la cabeza hacia las co____________________zarlo con inesperada fiereza, como si pudiera abrazarlo todo, la noche cerca de su final, el refugio del arroyo, abarcarlo y retenerlo, invariable, y Frank sintió que el chico se esforzaba por no llorar, y luego hizo que lo soltara, se apartó y volvió a aquella alba de espanto. Stray estaba justo detrás de él.na parte. Jesse, ahora tú te encargas de todo…-Y el niño corrió a abralinas-; se supone que hay un campamento de movilización por algu
– Muy bien, Estrella. -Puede que su abrazo no fuera tan íntimo ni desesperado, pero no recordaba ningún beso tan sincero, ni tampoco tan cargado de pena.
– Pasan trenes hacia el sur a todas horas -dijo ella-; estaremos bien.
– En cuanto pueda, yo…
– No te preocupes, Frank. Jesse, ¿quieres llevar esto? -Y se fueron, y él ni siquiera estaba seguro de cuánto les había costado no volver la vista atrás.
Aquel verano había sido memorable por las altas temperaturas. Europa entera se abrasaba. Las uvas maduraban en la viña hasta vol____________________trucción de la Tierra.ban los hubiera traicionado y ahora planeara conscientemente la despacado ya en junio ardían espontáneamente. Los incendios atravesaban el continente como regueros de pólvora, saltando fronteras, salvando cadenas montañosas y ríos con total impunidad. Los cultos naturistas estaban espantados ante la posibilidad de que el luminar que adoraverse pasas de la noche a la mañana. Las pilas de heno cortado y em
El Inconvenience había sido informado de la existencia de una corriente ascendente de aire sobre los desiertos del África septentrio__cluso del tamaño delnal de un tamaño e intensidad sin precedentes. Masas de aire de los Alpes, de las Montañas de la Luna y de las cumbres balcánicas se veían arrastradas para alimentar el gran ascenso térmico, y una aeronave, in Inconvenience, sólo tenía que aproximarse al flu_jo, la antigravedad sahariana se encargaba del resto. Lo único que en realidad hacía falta era dejarse ir.