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Y no sería hasta algunos meses más tarde, en las brumas funestas sobre el Oeste de Flandes, cuando Miles recordaría de repente su so_leada excursión en bicicleta de hacía ya mucho con Ryder Thorn, que aquel día estaba poseído por un trágico aire de profeta.

– Thorn sabía que volveríamos aquí. Que habría algo aquí a lo que tendríamos que prestar atención. -Miró alrededor, como si bastara con desearlo para descubrirlo, a través de la grisácea luz de lluvia, a un terre____________________tica, se vieron arrastrándose presas del pánico en una trinchera de barro, rodeados de ratas, oliendo a mierda y a muerte.ta que un día se despertaron, los que seguían con vida, y en lugar de encontrarse posando con nobleza ante cierta geografía moral dramámente. Dando vítores y riendo. Era su propia «Aventura» grandiosa. Eran los héroes juveniles de una Narración del mundo; irreflexivos y libres, se precipitaron a esas profundidades por decenas de millares, hasples chavales, muy parecidos a nosotros… Sabían que estaban ante un gran abismo cuyo fondo nadie podía ver. Pero se arrojaron a él iguallo-. Antes, al principio de todo esto…, deben de haber sido unos simpe, permitiéndole por fin ver el horror que transpiraba sobre el sueno que se revelaba de vez en cuando entre las nubes como un mar envenenado llevado a la calma-. Esos pobres inocentes -exclamó en un susurro afligido, como si una ceguera se hubiera sanado sola de gol

– Miles -dijo Randolph con cierta preocupación-, ¿Qué es? ¿Qué ves ahí abajo?

Pocos días después, en algún punto por encima de Francia, Miles estaba casualmente de guardia en la cabina de Tesla cuando, sin pre__se lentamente en el cielo vaporoso, y Miles, sin pensárselo dos veces, empezó a gritarle:vio aviso, apareció una mancha roja por delante de ellos agrandándo

– Neizvestnyi Vozdushnyi Korabl! neizvestnyi vozdushnyi korabl! -que significaba «¡Aeronave desconocida!, ¡aeronave desconocida!» en ruso, aunque a esas alturas no era nada «desconocida» para Miles, claro.

Una voz familiar respondió:

– ¿Nos andabais buscando, chicos del globo?

Era el viejo Bol'shaia Igra, no hace falta decirlo, que ahora había aumentado varias docenas de veces su antiguo tamaño. El blasón de los Romanov había desaparecido de su envoltura, que ahora era una sencilla y casta extensión de un rojo saturado, y el nombre de la nave había cambiado a Pomne o Golodayushchiki.

– Recordad la hambruna -explicó el Capitán Padzhitnov, cuyo anterior esplendor atlético parecía haberse vuelto más fosforescente, como si surgiera de una fuente menos material que la sangre.

– ¡Igor! -saludó alegremente Randolph-. Dobro pozhalovat. -Mien_tras en alguna parte del bajel ruso, una campana, un modelo a escala de la famosa Campana del Zar de Moscú, regalada a la tripulación por el Zar Nicolás II en persona, empezó a tañer.

– Significa «¡Ven y llévatelo!» -dijo el Capitán-, Sería un honor para nosotros que compartierais nuestro almuerzo.

Había remolacha y sopa de repollo, trigo sarraceno preparado como gachas y pan negro, del que se había fermentado también un extra__taro de vodka de la destilería de la nave.ño tipo de cerveza con sabor a arándanos, y, en el centro de la mesa, donde los chicos solían tener una jarra de limonada, un enorme cán

La relación con la Ojrana se había interrumpido hacía mucho, contó Padzhitnov, y estos días la nave y la tripulación volaban por toda Europa y el Asia Interior, pero ya no arrojaban ladrillos sino que lan____________________nes que las necesitaran allá abajo.dicos, y lo hacían suavemente en paracaídas que caían en las poblaciozaban comida, ropa y, desde que había estallado una gran epidemia de gripe de la que los chicos no tenían noticia todavía, suministros mé

– Alguien nos contrató para encontrarte -le dijo Randolph sin ro_deos-. Nuestras instrucciones eran notificarlo en cuanto lo hiciéramos. Pero todavía no hemos informado. ¿Debemos hacerlo?

– Si les dices que no puedes encontrarnos, ¿les deberás dinero?

– Noooo, les hicimos eliminar todas las cláusulas de penalización -dijo el Oficial Jurídico Suckling.

– Si es quien creemos que es -dijo riéndose profesionalmente en_tre dientes el Oficial de Espionaje de la nave, Pavel Sergueievich-, enviarán equipos de asesinos en cualquier caso. La venganza es mejor que los escombros.

– El nombre de Baklashchan no me suena, pero su tipo es recono_cible -dijo Padzhitnov-. Es otro podlets, un arribista. Miles de ellos nos han denunciado, miles más nos denunciarán. En la época del Zar, con la Ojrana, nuestro estatus siempre estuvo en cuestión… En la actuali_dad creo que somos fugitivos, enemigos declarados de quien sea que esté ahora en el poder.

– Entonces, ¿dónde está vuestra base de operaciones? -preguntó Chick.

– Como buenos bandidos, tenemos guaridas en las montañas. Un Shtab en Suiza, aunque no seamos la Cruz Roja, que tampoco son ningunos santos y se financiaban de hecho con los beneficios del café y el chocolate, un gran negocio en Ginebra hasta 1916, cuando todos, salvo nosotros, fueron detenidos y deportados. Ahora vamos de vuelta allí, por si te interesa. Te enseñaremos nuestros Alpes privados. Pare__bando. ¿Te gusta el chocolate? Te hacemos un buen precio.ce una montaña sólida, pero está hueca por dentro, repleta de contra

De vuelta a bordo del Inconvenience, los chicos se reunieron en la sala de oficiales para decidir qué harían a continuación.

– Hemos firmado un contrato -les recordó Lindsay a todos-. Que sigue en vigor. O bien entregamos al Capitán Padzhitnov a las auto__timos también en fugitivos de la justicia.ridades de su país, o bien lo llevamos a un lugar seguro y nos conver

– Puede que Rusia ya no sea su país -señaló Darby-, puede que de lo que esté huyendo ya no sea la «justicia». Tú eso no lo sabes, cabeza de chorlito.

– Puede que no lo sepa con la certidumbre con la que la opinión pública sabe de la preferencia de tu madre por los genitales de los aní__say-, Sin embargo…males del zoológico más corpulentos y menos refinados -replicó Lind

– Oooh -murmuraron los demás chicos.

De una estantería cercana, Darby ya había sacado un volumen le_gal, que empezó a hojear.

– Sí. Cito de la Ley Inglesa sobre la Difamación de Mujeres de 1891…

– Caballeros -suplicó Randolph. Hizo un gesto hacia más allá de las ventanillas, donde obuses de artillería de largo alcance, que hasta hacía bien poco eran objetos misteriosos, destellaban con los colores de la avanzada hora de la tarde, y se los veía alcanzar las cimas de sus trayectorias y detenerse en el aire por un instante antes de la zambu__plosiones repetidas, se oía también el zumbido estridente e indiferenciado de los aviones militares. Abajo, por todo el campo en el que se libraba la batalla, se encendían los primeros proyectores nocturnos-. No hemos firmado ningún contrato que incluyera nada de esto -les recordó Randolph a todos.llida letal de vuelta a la Tierra. Entre los distantes sonidos de las ex

Las dos aeronaves llegaron a Ginebra en convoy. El gran espectro silencioso del Mont Blanc se alzaba vigilante por detrás de la ciudad. La tripulación de Padzhitnov estaba acuartelada al sur del río, en la parte más antigua de la ciudad, donde algunos de sus miembros ha__ra de suites contiguas con vistas al lago, en el antiguo Helvetia Royale, uno de los grandes hoteles turísticos suizos que en el pasado, antes de la guerra, estaban atestados de visitantes de Europa y América.bían vivido como estudiantes universitarios durante los años previos a la Revolución. Los chicos se instalaron finalmente en una planta ente

A pesar de la gripe y la escasez, la ciudad bullía con toda clase de trapícheos. Cada calle ofrecía múltiples oportunidades de que alguien abordara a cualquiera para hacer un negocio con carbón, leche o carti____________________rio de un gran experimento sobre las posibilidades de la compasión en las profundidades de la guerra, puede que simplemente sintieran cierta necesidad de estar ahí y contribuir con lo que bien pudieran.tuarse bajo los andamiajes verde oscuros que sostenían unos depósitos esféricos extrañamente puntiagudos, y así abastecerse de agua, aparecían ciudadanos salidos de la nada con flores, botellas de schnapps casero y chocolate atesorado durante años para los enfermos achacosos cuyos nombres nunca sabrían. Quizá sospecharan que su país era el escenanían para subir a bordo a un nuevo contingente de pasajeros o para siños de los pueblos se escapaban de sus camas, y las tabernas se vaciaban para que los clientes se acercaran a las vías y vieran pasar los oscuros y martilleantes convoyes por el pueblo. Cada vez que los trenes se detequeteaban por el país con frecuencia a gran velocidad, transportando a los tísicos, los que padecían neurosis de guerra y los imbéciles. Los niros de guerra gravemente heridos a través de Suiza, mientras que los heridos leves podían quedar internados bajo custodia suiza. Después de oscurecer habían empezado a aparecer trenes de transporte, que tramania y Francia que permitían intercambiar y repatriar a los prisionerantes. Desde 1916 estaban en vigor acuerdos entre Gran Bretaña, Alellas de racionamiento. Espías, especuladores y estafadores se mezclaban con refugiados e inválidos hospitalizados de todas las potencias belige