Выбрать главу

En Europa, la gran Tragedia seguía a toda prisa, iluminada por lla_mas de fósforo y explosiones de obuses, orquestada con el grave ostinati de la artillería sobre el fondo coral del staccato del fuego de ame____________________ber estado haciendo allí. Pero ahí, entre bastidores, el asunto era de una naturaleza distinta.bles, inferir de aquellos que salían de sus números lo que podrían hatralladoras, del que de vez en cuando llegaban leves indicios entre bastidores, junto con los olores de cordita, gas venenoso y cuerpos pudriéndose. Pero aquí, en la Suiza cotidiana, estaba la otra cara del tapiz, una versión práctica y andrajosa del gran espectáculo de más allá de sus fronteras. Uno podía imaginarse el drama, tener sueños terri

El Pomne o Golodayushchiki tenía trabajo de sobra, y el Capitán Padzhitnov se alegró de pasarle el exceso al Inconvenience. Al princi____________________dieron más allá de las fronteras, para traer naranjas desde España o trigo desde Argentina. Un día apareció Padzhitnov y, tan autoritario como siempre, anunció:tribuyendo heno durante las hambrunas de heno y queso durante los periodos de escasez de queso, que en los últimos años de guerra se habían vuelto crónicos. Al cabo de un tiempo, las misiones se expancancías: traer volando bienes que a los suizos ya no les resultaba fácil importar, como azúcar, grasa para cocinar, pasta… Los chicos pasaban mucho tiempo esperando en ciudades fronterizas como Blotzheim, aunque también hacían muchos vuelos por el interior del país, redispio, la mayor parte de ese trabajo eran misiones de transporte de mer

– ¡Ha llegado la hora de los ascensos, chicos del globo! Se acabó el reparto de mercancías…, a partir de ahora os dedicaréis a mover per_sonal.

De vez en cuando, explicó el Capitán, se presentaba una osobaia obstanovka, una «situación especial», su término militar favorito, en el curso de la cual resultaba desaconsejable un intercambio de interna_dos por tren.

– Ciertas personas de interés que no pueden ser repatriadas de cualquier manera. Ya me entendéis.

Los rostros siguieron inexpresivos, salvo el de Miles, que asentía gravemente.

– Si careciéramos de los mapas y cartas necesarios -dijo-, podríais prestárnoslos.

– Konechno. Lamentamos que nuestra nave ya no se adapte a las ve_locidades exigidas por una situación especial.

Al poco se encontraron sobrevolando en plena noche campos de prisioneros de guerra en los Balcanes. Volvieron a visitar Siberia, por primera vez desde el Suceso de Tunguska, para negociar la liberación de miembros capturados de la fuerza expedicionaria nipo-americana, y también contribuyeron decisivamente a la reinstauración del gobier____________________torio neutral.cos, y al cabo de un tiempo aprendieron a no tomárselo de manera más personal que el mal tiempo o los mapas erróneos. A ninguno se le ocurrió, hasta que lo señaló Miles, que su participación en la guerra europea no había empezado de verdad hasta que se refugiaron en terrisa de a qué estaba disparando. Fue una nueva experiencia para los chiyoría y no siempre realizados por alguien que tuviera una idea precide cañones con más de ciento cincuenta kilómetros de alcance hasta pistolas de duelo, sin resultados, pues eran tiros impulsivos en su mano del Almirante Kolchak desde Omsk. Les dispararon con todo, des

Una mañana en Ginebra, por la calle, Padzhitnov, tras una larga noche en las tabernas que había junto a los muelles del río, y Ran____________________ñas, el mundo conocido.máticas. Un silencio sobrenatural se cernía sobre las agujas, las montadicados a sus cosas, pero con discreción. Los vapores del lago evitaban tocar las sirenas. Los tranvías parecían desplazarse sobre ruedas neuñamente circunspecta. Los pájaros llevaban ya mucho despiertos y dedolph, resuelto madrugador en busca de un brioche y una taza de té, se cruzaron por casualidad. La ciudad estaba bañada en una luz extra

– ¿Qué está pasando? -se preguntó Padzhitnov.

– ¿Hoy? Nada especial. -Randolph se sacó del bolsillo un calenda__tas-, Me parece que hoy es San Martín.rio eclesiástico del tamaño de un folleto que utilizaba para tomar no

Hacia mediodía, la campana de la catedral de San Pedro conoci__bía entrado en vigor.da como La Clémence empezó a tañer. Al poco se le habían unido todas las campanas de la ciudad. En Europa, algo llamado armisticio ha

Una vez que acabaron las hostilidades, las ofertas de contratos, que previamente les habían sido tan esquivas a los chicos, empezaron a lle_gar a montones. El Inconvenience siguió yendo y viniendo de Suiza en el mismo tipo de misiones de auxilio y repatriación que lo habían ocupado antes, pero ahora tenían también encargos de civiles, más cercanos a la tradición de sus antiguas aventuras. En el vestíbulo del Helvetia Royale merodeaban a todas horas espías y representantes comerciales con los puños llenos de francos y proposiciones de una generosidad desconocida para el mundo antes de 1914.

Un día, a la hora de la comida, cuando Darby se disponía a gritar: «¡Fondue otra vez, no!», Pugnax entró paseando en las cubiertas del comedor con una luz misteriosa en los ojos y un sobre grande en la boca, con membretes en relieve, sellado con cera y un blasón dorado a la vista.

– ¿Qué es? -se preguntó Randolph.

– ¡Rff rff rr RR-rffl -comentó Pugnax, lo que los chicos inter_pretaron que significaba: «¡Parece dinero!».

Randolph examinó pensativamente la carta.

– Una oferta de trabajo, en Estados Unidos -dijo por fin-. En la soleada California, nada menos. Los abogados que la envían no reve____________________mos allí.cer exactamente, aparte de esperar instrucciones una vez que lleguelan los nombres de sus clientes, ni tampoco está claro qué vamos a ha

– Y, eeeiíihh… ¿cuánto ofrecían? -preguntó Darby.

Randolph sostenía la hoja en alto para que todos la vieran. La suma, claramente visible, representaba alrededor del doble del patrimonio neto combinado de todos los presentes a bordo.

– Algo ilegal, se diría -advirtió Lindsay.

– Obviamente, esta oferta tendrá que ser sometida al más exhaus_tivo examen moral y jurídico -declaró Darby, fingiendo que fijaba la mirada en la suma una vez más-. Muy bien, a mí todo me parece correcto.