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– Últimamente empiezan a dejarme un poco de tiempo -dijo ella-. Me queda un minuto para mirarme al espejo, y es como en__cir- echo mucho de menos a Dahlia.contrarme con alguien que casi conozco. Pero -él sabía qué iba a de

– Sí. Yo también. En cuanto a mí, ella tenía que irse cuando lo hizo, no podía esperar, pero aun así…

– No sé cómo agradecértelo, Merle, ella resultó tan…

– Oh, mierda, ella tiene apenas, ¿cuántos años?, veintitantos, le so_bra tiempo para meterse en alguna maldad a gran escala, si es eso lo que quiere.

– Es una estrella en la escena londinense. -Erlys sacó un álbum de terciopelo con recortes de periódicos y revistas ingleses, programas teatrales y fotos publicitarias.

El se sentó y movió la cabeza ante las imágenes de la señorita Dahlia Rideout, sorprendido por que hubiera conservado el nombre, apretando los ojos con fuerza hasta empequeñecerlos, como si some_tiera las fotografías a un cuidadoso examen.

– Ándese con cuidado, Olga Nethersole -dijo en voz baja-, ¡Atrás señora Fiske!

Luca llegó con una bolsa de comida.

– Buenas noches, Profesor -saludó Merle con una rápida sonrisa social.

– Si alguien me hubiera avisado de que venías, te habría dejado pre_parar la cena -dijo Luca.

– Podría pelar algo. O trincharlo.

– Casi todo lo cultivamos aquí mismo. -Salieron por la puerta de atrás a un jardín de tamaño considerable, lleno de largos pimientos verdes de freír, plantas de albahaca grandes como arbustos, calabacines por todas partes, alcachofas con sus puntas emplumadas agitándose a un viento que llegaba del desierto, berenjenas que resplandecían ul_travioletas en las sombras, tomates con el aspecto de las ilustraciones a cuatricomía que se exhibían en el mercado. Había un granado, una higuera y un limonero, todos con fruto. Luca buscó la manguera y dio a todo una rociada vespertina, ayudándose del pulgar para lanzar un amplio abanico de agua sobre la parcela entera. Recogieron tomates, pimientos, orégano y unos ajos, y lo llevaron todo en un cesto de paja a la cocina, donde Merle encontró un cuchillo y se puso a picarlo.

– ¿Dónde está Cici? -preguntó Erlys.

– Tuvo una llamada a última hora del estudio. -Resultó que Cici estaba interpretando a uno de los Pequeños Convictos, personajes de una serie popular de comedias de una bobina sobre una banda de fu____________________sivamente. Algo que tenía que ver con la película ortocromática. Cici había desarrollado un estilo de farfullar «chino» muy particular, que desquiciaba a todos en la casa.terpretaba el papel no de un niño italiano, sino de uno chino llamado Dou Ya. El chico italiano, Pippo, lo interpretaba un negro. Y así sucenes, pero que al principio son siempre malinterpretadas como actos delictivos por los cómicos policías que persiguen a los niños. Cici ingados de un reformatorio que andan por ahí haciendo buenas accio

– Cici, es una película muda, no hace falta que…

– ¡Es para meterme en el personaje, papá!

Cici se convirtió en el favorito de Merle, aunque con los años procuró mantener sus visitas a un ritmo medido. No quería conver__tective privado.tirse en el Tío Merle de todos, y no era que las horas se le hiciesen interminables, aunque el trabajo por entonces se había convertido en una fuente más de peligros que de ingresos, que era el motivo por el que, finalmente, Roswell y él decidieron ceder y contratar a un de

Como nunca se había sentido ciudadano de ningún estado en con____________________daba en casa.ciendo, su carreta y él ya habían pasado por allí como mínimo una vez. Algunos incluso lo recordaban, o al menos eso decían. Todo quecreto, Merle tendía a presentarse en todos los picnics regionales de los que se enteraba. Tanto daba de dónde viniera la gente que iba cono

Paseaba ahora bajo los sicomoros, entre los humos de cocina, fi____________________ban porque no tenían nada que quitarse de encima…ras, gritaban a sus hijos, o entre ellos o a nadie, sólo por gritar, sobre todo si no llovía, algo que no parecía pasar nunca, y ésa era una de las grandes diferencias para ellos, sin truenos, ni ciclones, ni pedrisco, ni nieve, los tejados de las casas del Sur de California apenas se inclinalidos de los hornos caseros cubiertos con servilletas a cuadros. Allí, en el Grove, preparaban salchichas de frankfurt, hamburguesas, bistecs y trozos de ternera en hogueras de leña, vertiendo salsa de barbacoa de vez en cuando, bebían de barriletes de cerveza, jugaban a las herradudas o macarrones y queso cheddar, pasteles de piña, panes recién sallenos a los que gustaban de llamar «mangoes», guisos de judías cocidose envolver como en una vieja chaqueta por una nostalgia que no era suya pero que aun así le sentaba bien. Habían estado bebiendo cerveza de abedul y zumo de naranja, y habían comido pimientos rejándose con calma en todos los rostros de americanos medios, deján

Lew encontró a Merle hablando de recetas de ensalada de pata_tas con un grupo de iowaianos.

– Hay que madrugar, es necesario haberlos cocido y marinado en aceite, vinagre y mostaza durante al menos tres o cuatro horas antes incluso de plantearse nada con la mayonesa, las especias y lo demás. -Mientras que otras filosofías sostenían que ingredientes como el to__sas y madres que en otras circunstancias eran amables, pero también viejos veteranos de las comidas campestres, enzarzados en discusiones a gritos con cocineros de restaurantes de carretera que cino y el apio eran esenciales, o que la crema agria era preferible a la mayonesa, y a esas alturas se había entablado una animada discusión, y cuantos pasaban y la oían se impacientaban por decir la suya, espopreparaban de____________________salada de patatas, y puntuaban sus argumentos con un tenedor bien cargado de una receta particular, que metían casi a la fuerza en la boca de algún hereje de la ensalada de patatas…nión también parecían haber llevado consigo su propia tarrina de enbían olvidado de lo que era una comida como era debido, incluso más que los jornaleros estacionales…, y todos los que tenían una opicenas de kilos de ensalada de patatas al día para camioneros que se ha

– Tenga, pruebe esto y dígame si estas pequeñas patatas rojas mar_can o no la diferencia.

– Los huevos cocidos están bien siempre que no se utilicen las cla__nos de pimienta verde…ras, sólo las yemas, mezcladas con la mayonesa, no sólo hace que sepa mejor sino que le da también mejor aspecto, y si encuentra estos gra

Pese a ser un hombre de apariencia tranquila, Merle tomaba algu__te aparcó cerca de una parada del Pacific Electric, donde se subieron al tranvía eléctrico para recorrer lo que quedaba hasta la playa.nas precauciones que se diría eran fruto de la ansiedad. Tras una serie de instrucciones rápidamente susurradas, Lew volvió a donde había aparcado, condujo hasta un solar cerca de la oficina, cambió de coche, regresó por el otro lado del Grove para recoger a Roswell y finalmen

Merle y Roswell intentaron explicarle la situación a Lew, pero, por lo que pudo entender, fue como si se lo hubieran contado en chino. Contempló con dudas el artilugio en cuestión.

Entonces se le ocurrió algo.

– A ver, si tuviera una, bueno, una foto normal y corriente de al_guien, y quisiera saber dónde está ahora mismo y qué está haciendo…

– Claro -dijo Merle-, sólo tenemos que marcar el año y la hora del día que nos interesa, entonces todo se acelera, y se pasa del momento en que se tomó la fotografía al presente en cuestión de segundos.

– En ese caso quizá podáis ayudarme -dijo Lew sacando la foto de revista de Jardine Maraca-, ¿creéis que funcionará con ésta?

– Déjame llevarla a la cámara oscura un momento -dijo Roswell-, haremos una copia transparente y veremos qué podemos sacar.