– Pero a lo que hay que estar más atento -dijo el magnate miran____________________tentar cruzar un puente de ferrocarril sobre el estrecho de Bering.go seguiría hasta el Trans-Sib y desde ahí sabe Dios adonde. Dejando aparte las tremebundas condiciones que se encontraría un tren al inviario a lo largo del estrecho de Bering, de Alaska a Siberia, que luezándolos para una especie de viaje por Alaska con todos los gastos pagados. El y el viejo Schiff, para variar, son uña y carne. Casi con toda seguridad le están dando vueltas a un plan para un enlace ferrodo para el ferrocarril. Mientras hablamos, el Hermano Harriman está comprando todas las existencias de científicos disponibles, movilitificar: significaba que Scarsdale no se fiaba plenamente de ellos y no les contaría toda la historia, ni de lejos- es a si el terreno es apropiado a diversas distancias entre las que no caía su hijo, un elocuente tic que Fleetwood y sus hermanos habían aprendido muy pronto a iden
La explicación tenía todo el aire de una franca confidencia de los profundos secretos de los negocios, pero lo único que significaba era que su padre le ocultaba datos importantes, que Fleetwood, si quería más información, tendría que investigar por su cuenta.
– Así que… quieres ganarle.
– Ganarles -le corrigió Scarsdale-, Un trepa más un judío. No es de extrañar que el mundo se vaya al infierno.
El Grupo de Discusión Transnoccial se reunió en uno de los sa_lones del sótano del hotel, situado muy lejos del alcance del oído de otros huéspedes que, sin ir más lejos, podían querer dormir. El tema anunciado para esa noche era «La Naturaleza de las Expediciones».
– En el pasado aprendimos cómo domar caballos y cabalgar largas distancias, a bordo de transatlánticos dejamos las superficies planas y entramos en el espacio de Riemann, atravesamos tierra firme y ma____________________ra? Colonizar el Tiempo, ¿por qué no?vasión, u optaremos por ser nómadas, levantando el campamento cada mañana, sin darnos por satisfechos con nada que no sea Sión mismo? ¿Y la posibilidad de colonizar otras dimensiones más allá de la tercemos asentamientos fijos en el Cielo, a lo largo de nuestras rutas de inviará Agentes divinos, para ayudarnos, engañarnos, alejarnos? ¿Dejaremitirá colonizar el Cielo. En algún punto ahí arriba, Dios mora en su Ciudad Celestial. ¿Cuán lejos habremos de viajar por ese territorio inexplorado y sin cartografiar antes de encontrarle? ¿Se retirará Él ante nuestro avance y seguirá retirándose hasta el Infinito? ¿Nos enres profundos y colonizamos cuanto encontramos -dijo el Doctor Vormance-. Ahora estamos dando los primeros aleteos de lo que nos per
– Porque, caballero -objetó el Doctor Templeton Blope, de la Uni_versidad de las Hébridas Exteriores-, estamos limitados a tres.
– Cháchara de cuaternionistas -gritó su némesis académica, Hastings Throyle-. Si todo, tanto lo carnal como lo espiritual, está in__ner más de tres, como dice la famosa pregunta de su Profesor Tate?vestido de las tres dimensiones dadas, ¿para qué serviría entonces te
– No sabe cuánto lo siento, una vez más. El mundo dado, por si no se había fijado. El Planeta Tierra.
– Del que hace no tanto se creía que era una superficie plana.
Y así sucesivamente. Una discusión recurrente. En esta época, el Cuaternionismo disfrutaba todavía de la luz y la calidez de un anima____________________virán eternamente, si bien el considerable grupo de hamiltonianos que viajaba a bordo delban que nunca serían cuestionados, como niños que imaginan que viguidores de la fe hamiltoniana se sentían tan inmunes que considerado mediodía. Podían aceptar sistemas rivales de vez en cuando, casi siempre debido a alguna propiedad tenida por engorrosa, pero los se Malus no acababa de ver muy claro qué quería de_cir el fuertemente custodiado Documento de la Misión cuando, al describir el viaje, afirmaba que había sido emprendido «en ángulos rectos con respecto al flujo del tiempo».
– El tiempo se mueve en un solo eje -advirtió el doctor Blope-, del pasado al futuro; los únicos giros posibles son de ciento ochenta grados. En los Cuaterniones, un sentido de noventa grados corres_pondería a un eje adicional cuya unidad es V-1. Un giro en cualquier otro ángulo requeriría como unidad un número complejo.
– Pero las aplicaciones en las que un eje lineal se convierte en cur_vilíneo, las funciones de una variable compleja como w=et, en la que una línea recta en el plano z tiene por imagen un círculo en el pla_no w -dijo el Doctor Rao-, indican la posibilidad de que el tiempo lineal se convierta en circular y, de ese modo tan sencillo, o no sé si decir complejo, se consiga el eterno retorno.
El humo de puros baratos espesaba el aire, y las botellas de aquavit danés importado de quince centavos se habían acabado y habían sido sustituidas por un producto destilado local que almacenaban en vasijas de barro terroso de gran tamaño. Fuera, en la oscuridad, el hie__niones.lo no paraba de crujir, y parecía que quisiera expresar sus propias opi
Como si al irse haciendo tarde la hora hubiera desvelado por sí sola cierta misteriosa fatalidad, la discusión pasó al tema del Éter lu__taban cierta vehemencia.minífero, en el que los intercambios de opiniones -en gran medida solamente basadas en la fe, como los Cuaterniones- a menudo no evi
– ¡Pandilla de cenutrios! -gritó el Doctor Blope, que pertenecía a la escuela británica, surgida en la estela del experimento Michelson-Morley, que suponía la existencia de cierto Agente Secreto en la Na____________________camos!rección, resultaba imposible medirla, porque el dispositivo de medición también se encogería-. ¡Es obvio que Algo no quiere que lo conozcidad de la Tierra a través del Éter. Si esa velocidad producía, como sostenía Fitzgerald, una contracción de la dimensión en la misma dituraleza que conspiraba para impedir cualquier medición de la velo
– Lo cual es lo que podía esperarse que dijera un nativo de Albión -replicó pensativamente el Doctor Vormance-. La mitad de las uni_dades de vivienda de esa isla han sido visiblemente hechizadas en un momento u otro. Ven fantasmas, ven hadas debajo de todas las setas, comestibles y no comestibles. Creen en la proyección astral, en la presciencia, en la reencarnación y en otras pruebas de inmunidad al Tiempo.
– ¿Está hablando de mí?
– No, faltaba más, Blope, en absoluto.
Todos se rieron entre dientes con condescendencia, salvo, claro, el Doctor Blope.
– Lo que no puede resolverse dentro de la psique -intervino Otto Ghloix, el alienista de la Expedición- debe entrar en el mundo exte_rior y devenir físicamente, objetivamente, «real». Por ejemplo, uno que no pueda aceptar la, llamémosla así, siniestra incognoscibilidad de la Luz, proyecta un Éter, real en todos los sentidos, salvo en uno: no es detectable.
– Pues parece una propiedad importante como para pasarla por alto, ¿no cree? Lo sitúa en la misma clase que Dios o el alma…
– Hadas debajo de champiñones -dijo un alborotador entre el gru_po, al que nadie, por extraño que parezca, pudo localizar.