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A pesar de su reciente incorporación, a los barrios más alejados se les permitió que disfrutaran de unos años honorables más de natura__día como sueño. Sin embargo, ¿qué futuro esperaba al «territorio al otro lado del puente» sino el de acabar sufriendo tarde o temprano una historia y una cultura suburbanas de triste zona residencial?leza y calma pastoral, tras haber escapado, al menos por un tiempo, al estulto garabateo de constructores y promotores que esos días se ven

Así la ciudad se convirtió en la expresión material de una pérdi__guen siéndolo, una raza amnésica y amargada, herida pero incapaz de recordar el momento de la herida, incapaz de evocar el rostro de su agresor.da de la inocencia particular -no de la inocencia política ni la sexual sino de la de un sueño compartido de lo que podría llegar a ser una urbe en su apogeo-, y de ese modo sus habitantes se tornaron, y si

De aquella noche y aquel día de ira desenfrenada, la gente habría esperado que una ciudad, si sobrevivía, saliera completamente renova____________________virtiéndose en la ciudad más mezquina y cruel, incluso comparada con otras ciudades no precisamente famosas por su amabilidad.grima perdida que tenía que llorar, y con los años las compensaría contuida por una única mujer enlutada que seguía escatimando, anotando primorosamente y resintiéndose despiadadamente por cada maldita láda, renacida, purificada por las llamas, una vez superadas la codicia, la especulación inmobiliaria, el politiqueo local…, pero en vez de eso, ahí estaba esa viuda llorosa, una especie de comisión de duelo consti

Pese a su apariencia resuelta, aventurera y viril, el núcleo urbano no podía superar aquella terrible violación que se había prolongado durante toda la noche, cuando «él» se vio obligado a someterse, a ren__vidando, fabulando e intentando recuperar su amor propio. Pero en su interior, muy dentro, «él» siguió sintiéndose el catamita del Infierno, la basura a disposición de todos los ciudadanos, la zorra vestida con ropa de hombre.dirse, de una manera inadmisible y vilmente femenina, al abrazo del Fuego del Infierno de «su» amada. Después se pasó muchos años ol

Así, con la esperanza de librarse de más sufrimiento y como de____________________ción en el centro de la ciudad, que se mantuvo envuelto en un plasma de ignorancia protectora que llegaba hasta las enormes murallas de silencio situadas a lo largo de sus lindes, límite del mundo conocido más allá del cual se extendía un reino del que el resto de la ciudad no podía hablar, como si incluso hubiera renunciado, como parte de un trato plutoniano, al lenguaje para hacerlo. Siendo la gran era de la construcción de arcos en la ciudad, normalmente del tipo triunfal, se decidió erigir, en un punto de transición al reino prohibido, otro gran Portal, en el que se grabó:tilizadas ruinas de manera estética e interesante. Se puso especial atenron incendiadas deliberadamente, pues se intentaba ennegrecer las esmostración de lealtad al Destructor, la ciudad había erigido a modo de altar votivo varias estructuras propiciatorias. Muchas de ellas fue por mí se va a la ciudad doliente. dante, encima del cual, cada aniversario de aquel espantoso aconte____________________do oscuro azul, con algo de marino- donde el espectador podía ver lo que quisiera.turno -no exactamente una reconstrucción conmemorativa, sino más bien una serie abstracta de luces móviles multicolores contra un foncimiento, abarcando el cielo sobre la bahía, aparecía un panorama noc

La noche en cuestión, Hunter Penha Uow se disponía a abando_nar la ciudad cuando, al sentir algo a su espalda, se dio la vuelta para presenciar la tragedia que se desplegaba a lo largo del horizonte, y que no pudo dejar de recordarle una pesadilla demasiado antigua como para que fuera sólo suya, mientras sus ojos quedaban deslumbrados por imágenes de una nitidez inmisericorde en matices llameantes, tan bri_llantes que sus órbitas y pómulos recogieron parte del exceso ardiente.

De golpe se encontró perdido en una parte desconocida de la ciu____________________nea, con vasos y copas, ceniceros y escupideras, pero se trataba de algo más que de una reunión social. Tanto los hombres como las mujeres seguían con los abrigos y los sombreros puestos. Hunter se aproximó cautelosamente.minando por salones deshabitados. En la punta de un vestíbulo casi vacío vio una reunión. Había gente sentada alrededor de una chimetranjera que todo lo conocido en la ciudad. A esas alturas, las calles se habían vuelto íntimas, casi pasillos. Sin pretenderlo, se encontró capecie de puerta monumental, inexplicablemente más antigua y exce que reconociera, pero todo le resultaba cada vez más extraño. En cierto momento entró en algún sitio, una especie de patio abierto, un caparazón ruinoso lleno de escombros amarillentos y de un rojo herrumbroso que alcanzaban diez o doce plantas de altura. Una eslinas cuya existencia había pasado inadvertida hasta entonces. El siguió adelante, imaginando que si avanzaba lo suficiente saldría a algún crugulos inesperados, se estrechaban en largos callejones informes que se perdían en la nada, subían y bajaban pronunciadas pendientes de conas: las calles perdieron la secuencia numérica, se cruzaban en ándad; la cuadrícula de calles numeradas que Hunter creía entender dejó de tener sentido. La cuadrícula, de hecho, se había distorsionado y ahora constituía la expresión de otra historia de necesidades ciudada

– Creo que estamos de acuerdo en que tenemos que salir de la ciudad.

– ¿Todo el mundo ha hecho las maletas? ¿Están listos los niños?

La gente se puso de pie, preparándose para marcharse. Alguien se dio cuenta de la presencia de Hunter.

– Si quiere venir, hay sitio.

Qué estupefacto debía de haber parecido. Aturdido, siguió al gru____________________do desmoronado.zaban, más «futurista» se tornaba el paisaje. Hunter iba camino de un refugio, fuera lo que fuese lo que significase ahora eso, en este munjo, profundas, incluso heroicas, para encontrarlos. Cuanto más avanrar, sólo de seguir a cada vez mayor velocidad. De vez en cuando, a través de las ventanas, inexplicablemente, tenían atisbos de la ciudad que pasaba por encima de sus cabezas, aunque era imposible saber a qué profundidad viajaban. O bien el camino subía aquí y allá para salir a la superficie, o bien la superficie realizaba excursiones hacia abafianza en su velocidad y dirección. No parecía haber intención de patras otras fábricas permanecían inertes, rodeadas de un misterio sin iluminar-, y luego penetró en un sistema de túneles y, una vez en las profundidades, empezó a acelerar. El sonido del movimiento, una mezcla de zumbidos y ecos de ventisca, aumentó de volumen y se volvió de algún modo más tranquilizador, como si subrayara la contes. Subió, encontró asiento. El vehículo empezó a moverse, avanzó entre espacios fabriles, generadores de energía, inmensas instalaciones de maquinaria cuyo propósito no estaba muy claro -a veces las ruedas giraban, los vapores salían disparados de válvulas de seguridad, mientroso, con múltiples tubos de escape y luces encendidas por todas parma con iluminación eléctrica donde otras personas, en gran número de hecho, subían a un curioso vehículo de transporte de masas, de hierro liso pintado en un matiz oscuro de gris industrial, limpio y luspo por un tramo de escaleras de caracol metálicas hasta una platafor