Justamente, pensó Lew desconcertado, y… y ahora qué tal si…
– ¿Todo bien, señor B.? -Curly, el camarero, se había abalanzado sobre Lew con una mirada angustiada y, le pareció a él, ominosa. Era Curly, sin duda, pero en un sentido más profundo no lo era-. Está mi_rando de una manera muy rara la comida.
– Bueno, es que es rara -respondió Lew razonablemente, o eso creía, hasta que se dio cuenta de que todos los demás clientes inten_taban salir frenéticamente por la puerta del restaurante a la vez. ¿Era por algo que había dicho o hecho? Tal vez debería preguntar…
– ¡Está loco! -chilló una mujer-. ¡Emmett, no dejes que se me acerque!
Lew recuperó la conciencia en el calabozo, en compañía de un par de parroquianos habituales que hablaban indignadamente mien____________________ligro público, Lew volvió al laboratorio del Doctor, con una expresión, se diría, avergonzada.cil echó un vistazo dentro y consideró que ya no suponía ningún petras lanzaban miradas etílicas y críticas hacia Lew. En cuanto el algua
– Con respecto a eso…, me olvidé de cómo se llama…
– Normal. Se trata, más o menos, de ciclopropano más dinami_ta -dijo sonriendo el Doctor, casi traviesamente, le pareció a Lew-, no hay razón para no llamarlo «Ciclomita», ¿verdad que no? Sírvete, hoy hay muestras gratuitas, llévate cuantas quieras, es bastante estable, así que si lo quieres para explosiones, tendrás que utilizar detonadores, los número seis de Du Pont sirven perfectamente. Aunque es posible que tú quieras también un poco de plasticerador, dicen que ayuda con el… efecto total.
No llegó a añadir: «Y tampoco estropea mucho los dientes», pero Lew sintió de algún modo que estaba a punto, así que negó vigorosa_mente con la cabeza, recogió los artículos, murmuró las gracias y salió todo lo rápido que pudo.
– ¡Pero haz que te examinen el bombeador de vez en cuando! -le gritó el Doctor cuando salía.
– ¿Por qué? -preguntó Lew deteniéndose.
– Un matasanos tal vez sabría explicártelo, pero hay una extraña relación química entre estos explosivos de nitro y el corazón humano.
A partir de ese momento, cada vez que había una explosión de dinamita, incluso lejos del alcance de su oído, algo se desencadenaba a la par en la conciencia de Lew…, y al cabo de un tiempo esa sensa__to que se diría adictivo.ción se disparaba aunque la explosión todavía no hubiera ocurrido; y en cualquier sitio. No tardó en cogerle gusto a la Ciclomita, un gus
La primera explosión de dinamita que presenció Lew fue en una feria del condado en Kankakee. Había motociclistas temerarios que entre gruñidos daban vueltas sin parar, medio cegados por el humo de sus propios tubos de escape, dentro de un Muro de la Muerte. Había chicas con vestidos de carnaval a las cuales se podía ver con menos ropa por cinco centavos más, lo que llevaba a los pilluelos a mirar a hurta____________________tervenir. No se trataba sólo del ruido, claro que no, erasas siempre ocurrían lo bastante despacio como para dar tiempo a innal de algo, si no de su inocencia, sí al menos de su fe en que las copezaba a explotar una fracción de segundo antes de oír el estallido, tiempo suficiente para pensar que, tal vez, al final no pasaría nada, y entonces le alcanzó el frente de aquella onda de compresión. Fue el fipezaba un redoble que iba aumentando de volumen, los golpes se solapaban cada vez más rápido a medida que la mecha se consumía… Lew, en la tribuna, estaba lo bastante alejado para ver cómo la caja emda Lazarus Dinamita, donde un trabajador de aspecto corriente con mono y gorra se metía dentro de un ataúd de pino pintado de negro que, a continuación, un grupo procedía a rellenar solemnemente con un montón de dinamita al que sujetaban un trozo de mecha de color naranja intenso que no parecía muy larga. Después de clavar la tapa, el capataz blandía una cerilla integral, la encendía con dramatismo en el culo de sus pantalones y prendía la mecha, momento en el que todos salían corriendo como posesos. En alguna parte, un tamborilero emcolores desde las puntas de los dedos de los pies a las orejas cuando se agarraba a un generador que ponía en funcionamiento, girando una manivela, un afortunado niño del pueblo. Y estaba la atracción llamabroso Abuelo Galvánico, del que brotaban columnas eléctricas multidillas por encima de las vallas que las ocultaban. Estaba también el Asom la forma.
Se había cruzado con un par de médicos homeópatas y conocía la teoría de que se podía curar una afección con dosis muy pequeñas de alguna sustancia química específica que, si se tragaba en gran cantidad, produciría los mismos síntomas. Tal vez comer la Ciclomita le había ayudado a desarrollar una inmunidad contra las explosiones. O puede que fuera pura suerte. No se sabía, pero casualmente, en cuanto Lew planteó sus dudas a Nate Privett sobre el Kieselguhr Kid -de hecho, abandonó el caso fuera lo que fuese decidió probar con él mismo. Había dejado el caballo río arriba y estaba meando tranquilamente en un pequeño arroyo cuando el mundo se volvió del revés. Lew cono____________________do, pero entero. Sin embargo, cuando llegó el momento nera que la onda expansiva ya estaba fuera y se alejaba de uno, que quedaba a salvo dentro del vacío en el centro, tal vez un poco aturditro mismo de la explosión en el instante en que se producía, de macía la teoría del parque de atracciones, que consistía en lanzarse al cende hacerlo, sin más opción que zambullirse en las chispas de la mecha demasiado cor__cilado y eso, con seguridad, habría significado su fin.ta, en el radiante cuello de botella que llevaba a quién sabía qué, con la fe de que allí habría algo, no sólo el Cero y la negrura…, pues bien, en ese momento, si hubiera tenido tiempo para pensárselo, habría va
Cuando recobró la conciencia, el lugar ya no le parecía Colora____________________ble, hasta que vio que iban a apilar un montón de piedras encima de él y dejarlo allí, abandonado a las alimañas; fue esto lo que al final le forzó a dar un precipitado salto a su cadáver, que a esas alturas, como no le pasó por alto, resplandecía extrañamente.do mantenerse en ese estado no mental, sereno, cuanto le fuera posizándose por encima de la escena sin preocuparse por nada del mundo -significara lo que significase «el mundo» en ese momento-, intentanria del camino, sino más bien visitantes de algún otro lugar, un lugar muy lejano. A medida que empezó a recordar, supo que durante todo el incidente había permanecido despierto, fuera de su cuerpo, deslido, y las criaturas que lo atendían tampoco parecían la habitual esco
– Mira, Nigel, al menos respira, ¿no?
– Sinceramente, Neville, ¿cómo quieres que lo sepa?, ¿no tendría que ponerle alguien un espejo o algo así delante?
– ¡Espera! Llevo uno en mi equipo…
– ¡Vanidosa criatura!
Y de ese modo la primera visión que tuvo el Nuevo Lew del mun____________________cado con trenzas plateadas de una dama, o puede que fueran juncos en el agua; un espejo caro, sin duda, y que una respiración, según parecía, la suya, empañaba rítmicamente.bosantes de pelos, oscilando en un curioso espejo oval de viaje enmardo reconstituido fue la de sus propias aletas de la nariz perplejas y re
– Ten.
Uno de ellos había sacado una petaca. Lew no reconoció lo que había dentro, algún tipo de brandy, supuso, pero de todos modos dio un largo trago y pronto estuvo de pie. Los jóvenes incluso habían en__mente no podía asegurarse.contrado su caballo cerca de allí, ileso físicamente, aunque mental
– Gracias, chicos, me parece que seguiré camino.
– ¡Ni lo sueñes! -exclamó Neville.
– Quienquiera que fuera el que quiso reventarte allá atrás podría intentarlo de nuevo -dijo Nigel.
Entonces Lew los miró a ambos. A primera vista, sus salvadores no parecían suponer demasiada disuasión para un posible y renovado in____________________ginó. Desde que el famoso poeta había regresado a Inglaterra de su excursión a América, desbordando entusiasmo por el Oeste y por Leadville en particular, todo tipo de extravagantes aventureros habían aparecido por estas montañas.ciopelo hasta las rodillas, flequillo, cartucheras adornadas con lirios de las nieves y maravillas silvestres. La influencia de Oscar Wilde, imaterés explosivo hacia su persona. Sombreros tiroleses, calzones de ter