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El desayuno fue interrumpido sin ninguna elegancia por Darby Suckling, que descendió haciendo rápel desde algún asidero sobre sus cabezas, con una sonrisa burlona.

– Jesús, qué 'típico'. Vamos, Counterfly.

– Pax tibi, Darbe. Saluda a Renata.

– Arrivederci, hermana.

– Antes eras un chico muy amable. ¿Qué te ha pasado?

– Eeeeh, demasiadas debilidades con las que lidiar a lo largo de los años, supongo; oh, lo siento, espero no haber ofendido…

– ¿Y si no vuelvo a la nave?

– Ya, claro… Primero tú, luego los demás, uno tras otro, como en una maldita Sinfonía de los Adioses, apagamos nuestras velas, nos va_mos, dimitimos del Cielo. No lo creo.

– No me echaríais de menos, los vientos no tardarán en cambiar, luego llegará el invierno…

– El Cielo te ha sentado bien, Counterfly.

– Estoy pensando en el futuro. Tengo algunos problemas con el plan de jubilación.

El comentario era un viejo dicho en la profesión, pues no había ningún plan de jubilación, es más, no se jubilaban. De los Chicos del Azar se esperaba que murieran en sus puestos. O que vivieran para siempre; de hecho, había dos escuelas de pensamiento al respecto.

– Supongo que podría golpearte con una porra de goma y llevar__gos y café.te de vuelta -gruñó Darby. Se había sentado con ellos en una mesita fuera para compartir el desayuno de pescado a la parrilla, bollos, hi

– Demasiado tráfago para ti solo -dijo Chick.

Pasearon por la Riva, por delante de una hilera de barcos torpe_deros amarrados allí.

– ¿Tienes trabajo en tierra? -preguntó Darby-. Bueno, no te cos__chas oportunidades para nuestros conocimientos aquí abajo.tará encontrar algo, chaval. Pero ¿haciendo qué? No es que haya mu

– Nos hemos apartado de la fiesta, de eso no hay duda -dijo Chick.

– Seguro que tu Padzhitnov no opina lo mismo.

– Eso es cosa del gobierno. Según mis fuentes en el Ministerio de la Guerra italiano, tiene la base en la otra orilla del Adriático, en Mon__talaciones austríacas en Dalmacia. El Ministerio está muy interesado, por no mencionar los elementos irredentistas de ambos países.tenegro, y se dedica a tomar fotografías de reconocimiento de las ins

– Últimamente se lleva mucho esa tontería del irredentismo -le pareció a Darby.

– Austria no pinta nada aquí, en el Adriático -afirmó Renata-, Nunca ha sido una nación marítima y nunca lo será. Que se queden en sus montañas y se dediquen a esquiar, que coman chocolate e in__te no tardará en ser nuestro otra vez. Cuanto más se entrometan, más segura y completa será su destrucción.cordien a los judíos, o lo que sea. Hemos recuperado Venecia, y Tries

El Inconvenience se encontraba en una zona remota del Arsenale, fuera, por fin, del dique seco, resplandeciente y en orden, y hasta pa____________________tidad de cajas y toneles, como si se prepararan para una batalla.gos rusos habían sido vistos elevándose, tras subir a bordo cierta canrecía que había aumentado de tamaño. Chick saludó a sus compañeros, que estaban agitados y nerviosos por la noticia de que sus homólo

– ¿Contra quién? -preguntó Darby encogiéndose de hombros-. Contra nosotros, no. ¿Cómo íbamos a ser nosotros?

– ¿Hay alguna manera de ponerse en contacto con Padzhitnov? -preguntó Chick.

Pugnax llegó en compañía de Mostruccio, un perro veneciano, pe____________________ños en los que, alado como cualquier león, había remontado el vuelo persiguiendo palomas por encima de las tejas y entre las chimeneas, llos pintados por Carpaccio, Mansueto y otros, algunos de los cuales tenían sus propias góndolas privadas para pasear. Tras emerger de suequeño y malhumorado, que guardaba un parecido ancestral con aqueMostruccio se veía constreñido a pasar sus horas de vigilia a ras de sue__contrado un alma comprensiva enlo atacando con amargura los tobillos de los descuidados… Había en Pugnax, pues éste, debido a las numerosas semanas que pasaba encerrado en la góndola del Inconvenience, también soñaba con la libertad, con correr a primera hora de la mañana con un viento frío, dejando atrás a cuantos humanos le acom_pañaran, por las playas desiertas de Florida, duras como una calzada, o por los ríos helados de Siberia donde los samoyedos corrían juntos con un espíritu de amistosa competición. Se acercó a Randolph, dispuso las cejas en formato de petición y preguntó:

– ¿Rrr Rr-rrururu rrf rr-rríf, rr rríf rrffr?

Es decir:

– ¿Puede subir a bordo Mostruccio como invitado mío?

Abajo, los transeúntes se movían a su paso habitual, se sentaban en las mesas de las terrazas de Florian y Quadri, si eran francófilos brin__tían las alas sincopadamente en el aire y luego, tras pensárselo mejor, se posaban, si bien alzaban el vuelo un momento más tarde, hacia el cielo, como impulsadas por la fuerza de un rumor.daban por el Día de la Bastilla, comían, se fotografiaban o maldecían a las palomas que, conscientes de cierta torva anomalía en su cielo, ba

Vistas desde el suelo, las aeronaves rivales eran más hipotéticas que literales: objetos de temor y profecía, de los cuales se decía que se des____________________senciar el combate en el cielo, entre ellos ciertostados desde los sueños, las lejanías, las soledades. En los momentos que precedieron al derrumbe del Campanile, hubo quienes pudieron preplazaban con una velocidad y una maniobrabilidad inalcanzables para cualquier aeronave oficial de la época, objetos condensados o proyec lasagnoni, que siem____________________tasmal, el caso es que fueron esosble ciudadanía de los aeronautas en los reinos de lo cotidiano y lo fanculares de la Procuratie…, debido, se dice, a las largas exposiciones que requiere la húmeda luz de Venecia, pero en realidad a causa de la doda soñadora de la Basílica de San Marcos, o de las iteraciones más selo, a menudo visibles apenas como gestos en sepia delante de la fachapre andaban por la Piazza, registrados a lo largo de las estaciones por miles de turistas fotógrafos en imágenes que llevaban de vuelta a casa en la silenciosa diáspora otoñal, borrosos cual murciélagos al crepúscu lasagnoni quienes tuvieron asegura____________________gía deltemplando el cielo, esa mañana se dieron cuenta de que algo más emerda la claridad de visión para presenciar la batalla. Ellos solos. Llevados por los sueños, como la tristemente famosa población de palomas, con sfumato, cierta visita…, algo que iba a trascender tanto a los Chi____________________mado el medio a través del cual debe pasar la luz.los casi imposibles de interpretar correctamente, tanto se había deforfuerzos posibles para cobrar forma y abatirse sobre el mundo con una serie de largas y restallantes percusiones, como si desgarrara el tejido del tetraespacio mismo. A cada salva, las dos aeronaves se abrían en ángucos como a los Tovarishchi, porque de repente se oyó un tremebundo grito ronco que procedía de lo invisible, un grito casi material, una impedancia letal en el aire, como si algo malévolo hiciera todos los es

Un vértigo parecía haberse apoderado de los pensamientos de ambas tripulaciones. El saberse apuntados por otras armas les agobia_ba a todos, como una maldición, con la poca comprendida serie de enigmas de lo simultáneo. Por unos grados o incluso minutos de arco, sus artilleros estaban aboliendo el Tiempo: lo que veían «ahora» en las mirillas era en realidad lo que no existía todavía pero existiría dentro de sólo unos segundos a partir de «ahora», dependiendo de si la pla__te previsible.taforma y el blanco de cada uno mantenía el rumbo y la velocidad; o bien eran idealizaciones de «rumbo y velocidad», dado que los vientos estaban modificando ambas variables de un modo no completamen