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Fame entró pavoneándose, con un incomprensible pero perverso salto de cama, se deslizó detrás de Wren y le pasó un brazo alrededor de la cintura, y las chicas se arrimaron componiendo un retablo in_cuestionablemente atractivo.

– No puedo dejarlo -susurraba Wren-…, sencillamente me habéis arruinado la sexualidad burguesa cotidiana. ¿Qué voy a hacer?

Wren había ido al Oeste en busca de Aztlán, el mítico hogar an____________________nía insomne y que, para Frank al menos, carecía del menor sentido, aunque le asustara hasta el terror de vez en cuando.sara de una larga campaña en la que se habían afrontado más de una vez las cuestiones de la vida y la muerte, de las suyas y de las de otros, y que había acabado con una confusión de egos que a ella la mantegar cerca de las Cuatro Esquinas, pero había encontrado más de lo que esperaba. Puede que demasiado. Tenía el aire de un soldado que regrecestral de los mexicanos, en la creencia de que se ubicaba en algún lu

El conocía superficialmente la región de Mancos y McElmo, pero no tenía mucha idea de su pasado.

– Pues, Frank, lo mejor que puede decirse es que fue bastante… desdichado.

– Supongo que no te referirás sólo a los mormones.

– Un país cruel y alucinado, no cuesta entender que a los mor_mones les pareciera lo bastante agradable para asentarse en él, pero yo hablo de un periodo mucho más antiguo, del siglo XIII al menos. Por entonces eran tal vez decenas de miles de personas las que habitaban por toda la región, un pueblo próspero y creativo, cuando de repen____________________taron las defensas más seguras que conocían contra…, bueno, contra algo.dieron los acantilados más escarpados con que se toparon y levante, en el término de una generación (de la noche a la mañana, a estos efectos), huyeron, según todos los indicios presas del pánico, ascen

– Hay algunas historias parecidas de los utes -recordó Frank-, y de otras tribus en la versión que yo he oído.

Ella se encogió de hombros.

– Una incursión desde el norte, al principio de saqueadores, más tarde de fuerzas invasoras en toda regla, que traían su ganado y su fa__nía montones de fotografías, la mayoría tomadas con una Brownie, de toda la zona de cañones, que incluían, talladas en la piedra, imágenes de criaturas desconocidas para Frank.milia consigo. Es posible. Pero, aparte de eso, hay algo más. Mira. -Te

– ¿Qué coño es…?

En pinturas y grabados se veía gente con alas…, cuerpos de apariencia humana pero con cabeza de serpiente y lagarto, y sobre ellos apariciones incomprensibles, portando lo que podría haber sido fue_go a lo largo de lo que podría haber sido el cielo.

– Sí. -El la miró con atención, y lo que vio entonces en los ojos de Wren, fuera lo que fuese, deseó haberlo visto antes.

– ¿Qué?

– No lo sabemos. Algunos sospechamos…, pero no, es demasiado espantoso. Por no mencionar…-Encontró algo, lo miró fijamente y con reticencia le pasó una de las placas.

– Huesos antiguos.

– Huesos humanos. Y si te fijas atentamente, los más largos han sido rotos intencionadamente…, rotos para abrirlos. Como si alguien bus_cara la médula de dentro.

– ¿Caníbales? ¿Indios caníbales?

Ella se encogió de hombros. Su rostro mostró el inicio de una pena que él sabía que no podía aliviar.

– Nadie lo sabe. Una esperaría algo más de los profesores de Har_vard, pero lo único que hacen es teorizar y discutir. Cabe incluso la posibilidad de que fuera la gente que huyó a los acantilados la que se hizo eso, unos a otros. Por miedo. Algo los aterrorizó hasta tal punto que el canibalismo pudo ser el último recurso que les quedaba para mantenerlo alejado.

– Eso, lo que fuera, quería que ellos…

– Es más que posible que ellos nunca supieran lo que eso… «que_ría». No, ciertamente no.

– Y tú… -Fue todo lo que acertó a decir para no abrazarla, para no protegerla dentro de un perímetro imaginario. Pero en sus ojos la hu_medad resplandecía como el acero, no como el rocío, y nada en ella temblaba.

– Estuve ahí durante un año. Demasiado. Al cabo de un tiempo se filtra en tu interior. Ahora algún otro escribe el informe, las expecta_tivas de carrera importan. Yo fui contratada como tantos otros que excavan la tierra, suben esas rocas rojas, salvan los desniveles y cargan el equipo, se infectan con la locura del lugar, y ellos saben que no hay que prestar mucha atención a las estudiantes histéricas. En cualquier caso, todo tiene que ser fechado con más precisión. Fuera el que fue____________________nos que los han hecho famosos.pués, nadie lo sabe. Tal vez siguieron camino. Si eran los mismos que emprendieron el éxodo hacia el sur desde Aztlán y se convirtieron en los aztecas, eso tal vez explicaría alguna cosa de los sacrificios humase ese pueblo, sólo sobrevivieron unos años en los acantilados. Des

Una noche volvieron a la calle Diecisiete. Los camareros estaban atareados con sus cócteles cortos, largos, amargos, ácidos y efervescen__cas que inexorablemente acababan en peleas a puñetazos. Wren se vio obligada a apartar la mano de un agente inmobiliario de su pecho con un tenedor de carne.tes. Republicanos y demócratas se enzarzaban en discusiones políti

El espejo de la barra del Albany era legendario: 35 metros de lar_go, un mural animado de la historia de la noche de Denver.

– Es como leer el periódico -decía Booth Virbling, un reportero de sucesos al que conocía Frank.

– Pero no por el material que interesa a Booth, que más bien se encuentra en los lavabos -explicó Frank-. Es la primera vez que te veo fuera de Gahan s, ¿qué pasa?

– Así es la política de la ciudad, sin duda habrá alguna flagrante atrocidad en cualquier momento. Oh, y anda por ahí alguien que te busca.

– ¿Le debo dinero?

Una mirada de cautela a Wren.

– Ella está al tanto de todo, Booth, ¿de qué se trata?

– Era uno de los hombres de Bulkley Wells.

– ¿Y ha hecho todo el viaje desde Telluride sólo para saludarme?

– Espero que no tuvieras pensado visitarlos tú.

– Últimamente es una ciudad muy peligrosa, ¿verdad, Booth?

– Eso pensaba tu hermano.

– ¿Lo has visto?

– Alguien lo vio, por Glenwood Springs. Reef tenía buen color, pero parecía desanimado. Es lo único que sé.

Booth divisó a uno de los principales testigos del famoso juicio por el asesinato del año anterior con una sierra de hielo, y se acercó a charlar con él.

– ¿De qué iba todo eso? -preguntó Wren.

Acostumbrado desde hacía tiempo a no revelar cierta informa____________________na, si se daba el caso, era una solemne tro carecía extrañamente de sombras y tenía un tono azul celeste, el de un buscador, le pareció a Frank, que había llegado tan lejos como ella para preguntarle lo que él estaba menos dispuesto a responder. El comprendía que había presencias como ésa en el mundo exterior, y que, aunque uno pudiera vivir la vida entera sin cruzarse con ningulizar a Frank. Esta noche, en el Albany, Frank se dio cuenta de que Wren había ido a parar justamente ahí tras innumerables kilómetros y Estaciones de la Cruz; a la luz que reflejaba el gran espejo, su rosbía visto mucho peores y, de hecho, era él quien intentaba tranquise con aquella nube; y, no podía ser de otro modo, menos de una hora más tarde, todo se oscureció como si fuera de noche, y allí estaba él, empapado y helado, y hasta momentáneamente ensordecido por los truenos que restallaban a su alrededor, estirado sobre el cuello de su caballo para tranquilizarle y decirle que todo iba estupendamente, aunque, tratándose de un caballo de las montañas, el animal ya las hacia, y supo, pese a la poderosa luz del sol y la inmensidad del cielo, que ya daba igual que cambiara de dirección, porque acabaría cruzándofería eludir cuestiones como ésa. En una ocasión, en la meseta de Uncompahgre, Frank, que volvía a caballo de Gunnison o por ahí, vio una única nube de tormenta, oscura y compacta, a kilómetros de distanción, sobre todo a las chicas jóvenes a las que cortejaba, en general preobligación hablar cuando le di_rigiera la palabra.