– Oh, Jesús… -dijo mientras estiraba la mano para coger el paño que estaba sobre la mesa-. Oh, por Cristo, no…
Fabel cubrió el pomo del horno con el paño y lo giró. Luego abrió la puerta.
Un maremoto de calor y un hedor repugnante pasó por encima de Fabel e inundó la panadería del sótano. Era el olor pegajoso y sofocante de la carne asada. Fabel retrocedió, cubriéndose la nariz y la boca con el paño. Su universo se dobló sobre sí mismo un millar de veces hasta que no hubo nada salvo él mismo y el horror que tenía delante. No oyó las arcadas de Henk Hermann, el grito ahogado de Maria o los sollozos de Anna Wolff. Lo único que estaba en su percepción era lo que yacía ante él. En el horno.
Había una gran bandeja de metal en el fondo del horno. Sobre la bandeja, doblado en posición fetal, estaba el cuerpo desnudo y semicocido de una anciana. El pelo prácticamente había desaparecido y sólo quedaban unas pocas pelotas carbonizadas aferradas al cuero cabelludo asado. La piel estaba negra y partida. El color había desecado y tensado los tendones, y el cuerpo se había doblado sobre sí mismo con más fuerza.
Fabel contempló el cadáver. Ésa era la obra maestra de Biedermeyer: el cuento final del hermano Grimm, que cerraba el círculo.
La conclusión de Hänsel y Greteclass="underline" la vieja bruja arrojada dentro de su propio horno.
Agradecimientos
Me he divertido muchísimo hilando esta oscura historia. Me gustaría dar las gracias a todos aquellos que me ayudaron y han hecho que la experiencia fuera todavía más divertida:
Primero y principal, a mi esposa, Wendy quien se entusiasmó muchísimo con Cuento de muerte desde el principio y cuyo apoyo y comentarios sobre la primera versión contribuyeron a que éste fuera un libro mejor. Mis hijos, Jonathan y Sophie; mi madre, Helen, que es fanática de los thrillers, y mi hermana Marion. También debo agradecer especialmente a Bea Black y Colin Black, Alice Aird y Tony Burke, y Holger y Lotte Unger por su amistad, aliento y sus valiosísimos consejos.
Quiero dar las gracias especialmente a mi editorial española, Roca Editorial. Particularmente quiero a agradecer a Patricia Escalona, Blanca Rosa Roca y Silvia Fernández su energía, entusiasmo y apoyo. Asimismo, gracias a mi editor alemán, Marco Schneider, por su compromiso con mi trabajo.
Tengo una enorme deuda de gratitud con mi agente, Carole Blake, cuya energía, compromiso y empuje han convertido a la serie de Jan Fabel en un éxito internacional.
Una vez más debo dar las gracias al excelente Dr. Bernd Rullkotter, mi traductor alemán, que trabajó muy de cerca conmigo tanto en la versión inglesa como en la alemana de Cuento de muerte. Gracias, Bernard, por todo tu interés y tu apoyo.
Quisiera hacer una mención muy especial de las siguientes personas, que ofrecieron su ayuda y apoyo con generosidad y entusiasmo.
Mi más profunda gratitud a: Erste Hauptkommissarin Ulrike Sweden de la Policía de Hamburgo por leer mi primera versión y corregir las inexactitudes técnicas, así como por toda la información, la ayuda y los contactos que me suministró; a la periodista Anja Sieg, que leyó el manuscrito para asegurarse de que volcara correctamente todos los detalles sobre Frisia Oriental, además de proporcionarme una gran cantidad de comentarios valiosos; a la Dra. Anja Lowit, quien también leyó y comentó la primera versión; a Dirk Brandenburg y Birte Hell, ambos pertenecientes al escuadrón de Homicidios de Hamburgo; a Peter Baustian de la estación de policía de Davidwache y a Robert Golz del Hamburger PolizeiPräsidium; a Katrin Frahm, mi profesora de alemán, que ha conseguido llevar mi conocimiento del idioma a otro nivel; a Dagmar Förtsch, de GLS Language Services (y cónsul honoraria de la República Federal de Alemania en Glasgow) por su entusiasta apoyo y ayuda; a Udo Robel, ex director de B1LD y ahora también escritor de novelas policíacas, por su entusiasmo y su amistad; a Menso Heyl, director del Hamburger Abendblatt, por su interés en mi trabajo y por mandarme un ejemplar por vía aérea cada día para mantenerme totalmente informado de los acontecimientos de Hamburgo.
Quiero expresar mi gratitud a mis editores ingleses, alemanes y de todo el mundo, por haber hecho una significativa contribución a la serie de Jan Fabel.
Y, por supuesto, a toda la gente de Hamburgo: Ich bedanke mich herzlich.
Craig Russell
Craig Russell nació en 1956 en Fife, Escocia. Fue policía, creativo publicitario y periodista. Cuento de muerte es su segunda novela tras Muerte en Hamburgo, ambas forman parte de una serie que tiene como protagonista al personalísimo Jan Fabel.