—Me lo dijo mi mamá. Mi mamá dijo... que nunca te pegara ni te contestara mal. —Sera Carnath empezó a llorar de nuevo y se cubrió la cara con las manos—. No quiero que manden a mi mamá a Fargone.
Sera se puso en pie en la oscuridad. «Mamá» y «Fargone» eran palabras que le hacían daño. Florian también lo sintió, pero mantuvo la luz firme.
—Amy —dijo sera después de un ratito—. No voy a decir que me lo has contado. Será un secreto si tú no dices nada. Seré tu amiga.
Sera Carnath se secó la cara y la miró.
—En serio —dijo sera—. Y Florian y Catlin. Y son muy buenos amigos. Sólo quiero que seas mi amiga. Sera Carnath se sonó la nariz y se abrochó la blusa.
—De verdad, ¿no es cierto, Catlin?
—Lo que diga sera —respondió Catlin— es la Regla.
Sera se agachó junto a sera Carnath, sobre los escalones, con el brazo enyesado en la falda.
—Si yo fuera tu amiga —murmuró—, te protegería. Seríamos muy listas y no le diríamos a nadie que somos amigas. No seríamos nada. Ni buenas ni malas amigas. Y así estarías a salvo. Lo mismo con los otros chicos. No sabía lo que estaban haciendo. No quiero que lo hagan. Puedo obtener mucho de tío Denys, y Denys puede obtener cosas de tío Giraud. Así que te conviene ser mi amiga.
—No quiero que seamos enemigas —declaró sera Carnath.
—¿Puedes ser mi amiga?
Sera Carnath se mordió el labio y asintió, y estrechó la mano izquierda de sera cuando ella la extendió.
Se dieron la mano como hacen los CIUD cuando están de acuerdo.
Florian se sintió mejor entonces y se alegró muchísimo de que no fueran a hacer daño a sera Carnath. No parecía un Enemigo.
Cuando sera Carnath se calmó y dejó de sollozar, le habló a sera con mucha calma, mucha tranquilidad, y no parecía nada estúpida. Catlin dejó de sentirse mal con ella y se agachó cuando sera se lo ordenó y puso las manos sobre las rodillas. Y Florian también.
—No debemos ser amigos enseguida —dijo sera Carnath—. Los otros chicos no confiarían en mí. Tienen miedo.
Como si sera Carnath no hubiera tenido miedo.
—Les hablaremos de uno en uno —determinó sera.
XII
—Cierra la puerta —dijo Yanni; Justin la cerró y se sentó en la silla frente al escritorio de Yanni.
Esta vez no era su problema. Era el de Yanni. El proyecto. Estaba en aquellos documentos sobre el escritorio de Yanni, los informes y las pruebas que él no había revisado ni pasado por el ordenador de la oficina, sino en un ordenador portátil con almacenamiento de memoria.
No había firmado su informe. Yanni sabía de quién era. Bastaba con eso.
—Lo he leído —dijo Yanni—. A propósito, ¿qué opina Grant?
Justin se mordió el labio y pensó en encogerse de hombros y no hacer ningún comentario: Yanni todavía le crispaba los nervios; pero era una tontería, se dijo. Un viejo asunto, los nervios destrozados.
—Hemos hablado. Grant opina que es un problema de CIUD, pero dice que a su entender no lo están manejando bien.
—Vamos seis meses atrasados con estos datos —dijo Yanni—. No tendremos una llamada desde una nave hasta dentro de un mes y medio, no tenemos ninguna nave que vaya hacia allí hasta el 29. Jane estaba preocupada por Rubin. Si nuestro personal CIUD despreciaba a Ollie, él seguramente habrá tratado de arreglarlo, pero es azi y apuesto a que está pasando por un infierno; maldita sea mi hija, que se metió en todo eso, es una experta, tiene que conocer mejor la psicología azi que Ollie, ¿no te parece?
—Sin comentarios.
—Sin comentarios. Mierda, yo te puedo decir lo que estuvieron haciendo en estos últimos meses. Mi hija y Julia Strassen. Nunca quise que esas dos estuvieran en el personal. Así que les dieron un trabajo donde no podían hacer daño, en el lado de Residencia, claro. Con Rubin. Jane consultó los datos de la Residencia, y ella y mi hija chocaron en la primera reunión de personal. Creo que eso contribuyó en el ataque cardíaco de Jane, si te interesa saberlo.
Justin sintió que se le revolvía el estómago. La hija de Yanni, tozuda como una mula, arrojada a Fargone, a un trabajo que no deseaba. Probablemente pensaba que conseguirla un ascenso por instalar los laboratorios y la administración de LÍNEAS ESPACIALES RESEUNE junto con Johanna Morley; y después, la vieja adversaria y alguna vez amante de Yanni, Strassen, la Inamovible, de pronto como administradora, pasando por encima de su cabeza y la de su padre; si su estómago estaba revuelto, no quería ni pensar lo que sería el de Yanni.
Mierda, Administración está loca.
Loca.
—Yo confiaría en Strassen —dijo con calma, ya que Yanni estaba esperando que dijera algo.
—Ah, sí, claro que yo también confiaría en Strassen. Jenna tal vez sea una buena supervisora de Ala, pero no tiene su propia vida resuelta, y es una perra Alfa cuando la desafían. Y Jane ha muerto. Esto significa que alguien debe tomar las riendas. Jenna escucha a su personal, de acuerdo. Pero la madre de Rubin es un problema. Un poder cuando Rubin consiguió la categoría de Especial, resentimiento cuando Rubin consiguió los laboratorios y un poco de poder para sí mismo. Los problemas psicológicos de Rubin... Bueno, tienes la lista: depresiones por su salud, su relación con su madre, todo eso. Rubin actúa como si todo anduviera bien. Como si se encontrara cómodo como pez en el agua. Mientras tanto, su madre quiso conceder entrevistas por la red y Jenna la detuvo. A Stella Rubin no le gustó eso. Ni lo más mínimo. Esa mujer y el Departamento de Defensa se odiaron desde el principio, y la situación de Rubin ha sido siempre un «ni contigo ni sin ti». Rubin jugaba con las pruebas psicológicas que le hacían y se conformaba con que lo dejaran en paz, eso es lo que Jane creía. No era una reacción sincera, no desde que Defensa le puso la tapa a mamita. Seis meses atrás, en tiempo del espacio. Por eso quería que miraras la serie. Y la sangre.
—Considerando lo que va a llegar allí dentro de otros seis meses.
—Las entrevistas de Ari, quieres decir.
—Es un bioquímico. Se da cuenta de que le hacen exámenes. ¿Y si alguien más se da cuenta?
—Especialmente... —Yanni golpeó con los dedos el informe que tenía sobre la mesa—. Esto demuestra que es un hombre más sofisticado políticamente de lo que era cuando empezó. Lo mismo puede aplicarse a su madre.
—Reseune puede afectar así a la gente, ¿no?
—Este es el perfil que tengo: Rubin no es el jovencito que se convirtió en Especial. Rubin ha crecido. Ha crecido. Se ha dado cuenta de que algo estaba sucediendo al otro lado de las paredes de su laboratorio. Se ha dado cuenta de que tiene una dimensión sexual, está terriblemente frustrado por su problema de salud, LÍNEAS ESPACIALES RESEUNE tiene una crisis de poder en la cima y la madre de Rubin, hasta ahora hipocondríaca, tranquila, que solía ayudar a encauzar las ansiedades de salud de su hijo y su dependencia, está en pie de guerra con la Administración y con el Departamento de Defensa y trata de conseguir los mecanismos de control sobre su hijo, que reacciona ante esos tironeos con mentiras en las pruebas psicológicas y tensión en los análisis de sangre, mientras Jenna, mierda, rompe la lista de trabajos de Jane y se declara autónoma en ese Ala porque, según dice, Ollie Strassen no puede emitir juicios sobre la psique de un CIUD.
—Mierda —murmuró Justin, una reacción a nivel del estómago, y deseó no haber dicho nada. Pero Yanni estaba muy tranquilo. Mortífero y tranquilo.
—La voy a despedir, claro —dijo Yanni—. La despido ahora mismo de todos los proyectos de Reseune y la sitúo bajo Silencio de Seguridad. Pero eso sucederá dentro de seis meses. Cuando llegue la orden. Te lo digo, hijo, para que entiendas por qué estoy... un poco... molesto personalmente por todo esto.
¿ Por qué mierda estoy aquí? Él lo sabia. No me llevó a verlo cuando pasó. ¿Qué está sucediendo?
—Tienes algunas ideas —dijo Yanni— que son un poco distintas. Eso surge de tu forma peculiar de diseñar, a pesar de lo alocada que es. Comenté tus sugerencias en el comité, ya que las cosas están cómo están, le dije a Denys cuál era la fuente.