Выбрать главу

La instrucción de ellos dos es la medida de seguridad más importante que tienes que atender.

Ahora, nombra a los individuos de Reseune o de fuera de Reseune que te gustaría que investigara por los accesos de Seguridad de este programa. Te ruego que empieces por tus mejores amigos y tus enemigos conocidos y añadas a cualquiera cuyo comportamiento no sea normal. Puedes arreglar la lista y cambiarla con Seguridad 10. El programa te dará el rango de seguridad de estos individuos.

Nombra a todos los que quieras.

AE2: Florian y Catlin. Amy Carnath. Sam Whitely. Doctor John Edwards. Denys Nye. Giraud Nye. Madeleine Strassen. Tommy Carnath-Nye. Julia Strassen. Doctor Petros Ivanov. Doctora Irina Wojkowski. Instructor Kyle GK. Técnico de AG Andy GA. Mikhail Corain.

Doctor Wendell Peterson. Victoria Strassen.

Justin Warrick. Grant, compañero de Justin Warrick. Ignoro su prefijo.

B/class="underline" Marca de seguridad inmediata sobre Justin Warrick, Grant ALX, Julia Strassen. Tu acceso no es adecuado para entrar en estos informes.

AE2: Ari, espera. Define: marca de seguridad.

B/class="underline" La marca de seguridad indica que la persona tiene un acceso limitado en el área requerida.

AE2: Ari, sigue.

E/1: Las personas que tienen accesos de Seguridad más altos que el tuyo son: Denys Nye, Giraud Nye, doctor John Edwards, doctor Petros Ivanov, doctor Wendell Peterson, doctora Irina Wojkowski, Mikhail Corain.

Te daré un mensaje cuando haya cambios en los accesos.

Ahora, antes de terminar, te diré otra cosa que en aquella época no comprendí Mi tutor, Geoffrey Camath se portó muy mal conmigo, pero no quería hacerme daño. Sabía lo que yo valía. El que ha producido tu nacimiento, sea quien fuera, seguramente sabe lo que vales tú. Geoffrey y yo nos alejamos, pero siempre fuimos amables uno con el otro y no hicimos propaganda de nuestras diferencias ni siquiera dentro de la Casa, y por supuesto nunca fuera, porque eso hubiera podido perjudicar a Reseune.

Ahora Base Uno puede ponerse en contacto con puntos fuera de Reseune. ¿Estás en peligro ahora, un peligro que no puedas resolver sola?

AE2:No. No creo.

B/class="underline" Base Uno puede llamar a la Seguridad de la Casa o a la División de Acción del Departamento de Ciencias a través de Seguridad 10. Llamará a los dos si detecta que tu voz se eleva en una señal de alarma con la palabra clave Mayday. Las consecuencias de una falsa alarma pueden ser considerables, e incluirían consecuencias políticas que podrían poner en peligro tu vida o tu posición en la sociedad. Nunca pronuncies esta palabra a menos que realmente estés pidiendo socorro.

Puedes establecer distintas reacciones de respuesta a través de la palabra clave de Seguridad 10, función.

Si no hay ningún otro medio para que llegues al Departamento de Ciencia y pidas la mayoría de edad legal, usa la función Mayday. Bajo circunstancias normales, una nota a Segundad o una llamada telefónica deberían bastarte y Reseune tendría que apoyarte.

Yo obtuve la mayoría de edad a los 16 años, con un formulario casi de rutina presentado al Departamento de Ciencias. Puedes presentar el formulario cuando consideres prudente hacerlo. No te aconsejo que des este paso antes de los 16, a menos que veas amenazadas tu vida o tu mente. Como ya debes de saber, la mayoría de edad se obtiene, por regla general, a los 18 años.

Olvídate de todas tus relaciones emocionales con Denys Nye.

Protege a Reseune: algún día estará en tus manos y te dará el poder de proteger todo lo demás.

Tienes 14 años. El tiempo enterrará cualquier enemigo que te hagas, mientras no cometas un error que les permita enterrarte a ti primero.

Soy tu consejera más segura y fiel. Eres la sucesora que yo elegí; protejo tu seguridad mental y física de intereses que tal vez hayan obtenido el poder desde mi muerte, o que tal vez quieran aprovecharse de tus habilidades. No sería aconsejable que depositaras la misma confianza en cualquier persona de Reseune.

I

El tío Denys tenía razón .Era un lugar enorme. Estaba muy silencioso y al mismo tiempo lleno de ruidos extraños, motores en marcha, expansiones de metal en las tuberías, o pequeños sonidos que tal vez habrían sido provocados por un paso o una respiración, aunque el Cuidador haría sonar la alarma si hubiera una persona viva en el apartamento.

Si es que nadie lo había manipulado para que no sonara. Si la Base Uno era fiable de verdad.

Ari sabía cuál había sido el dormitorio de la primera Ari. Los armarios estaban llenos. Los cajones tenían ropa, suéteres, ropa interior, joyas, joyas de verdad, pensaba ella. Y el olor de los cajones y los armarios era el olor del hogar, el perfume que usaba ella. El mismo perfume que saturaba su armario en casa, en el apartamento del tío Denys.

Había una habitación que había pertenecido al primer Florian y otra para la primera Catlin. Había uniformes en sus armarios, uniformes de un hombre y una mujer. Y tenían los mismos números. Y ropas de fiesta de satén y gasa negra.

Había cosas en los cajones del escritorio, había armas y piezas electrónicas y alambre, y cosas personales.

—Eran mayores —observó Catlin.

—Sí —dijo Ari y sintió un escalofrío en los huesos—. Sí.

Y constantemente, los sonidos, los pequeños murmullos que hacían las habitaciones.

—Vamos —indicó ella y los sacó de la habitación de la primera Catlin.

Seguía diciéndose que el Cuidador reaccionaría ante un extraño.

Pero ¿y si había habido uno antes de que ellos llegaran?

¿Y si el Cuidador estaba dominado por alguien?

Los condujo al antiguo dormitorio de Ari, en el extremo de la casa. Se llevaron las armas que habían encontrado, aunque Catlin decía que no debían fiarse de cargas tan antiguas. Pero eran mejor que nada.

—Quedaos conmigo —dijo Ari y se sentó en la cama y palmeó el lugar que tenía a su lado.

Así que se metieron vestidos bajo las sábanas porque la noche parecía fría y ella estaba en medio de aquella enorme cama, la cama de Ari, Florian y Catlin, uno a cada lado, se apretaron contra ella para sentir calor o para hacer que ella lo sintiera.

Ella tembló y Florian le pasó el brazo por el lado derecho y Catlin se acercó desde la izquierda hasta que se tranquilizó.

No podía decirles cosas que ellos necesitaban saber, como quién era el Enemigo. Ella ya no lo sabía. Había fantasmas imaginarios. Había leído los viejos libros. La asustaban cosas que pensaba, que ni siquiera Florian y Catlin imaginaban y que era tonto nombrar.

Nadie había dormido en aquella cama desde la muerte de la primera Ari. Nadie había usado sus cosas o aireado las sábanas.

Toda la habitación olía a perfume y a viejo.

Sabía que era tonto tener miedo. Sabía que los sonidos probablemente estaban producidos por las tuberías que se calentaban y enfriaban y por los suelos de madera, tan poco familiares. Y por los incontables sistemas del lugar.