En general eran fiestas muy agradables y tranquilas. Tomaban un poco de ponche o un poquito de vino, y lo más fuerte que hacían era ver cintas E, sobre todo aquellas por las cuales las madres los matarían si se enteraran de que las veían. Y cuando se emborrachaban un poco, se sentaban un rato en la oscuridad mientras pasaban las cintas y hacían lo que les daba la gana hasta que tenían que elegir entre la Regla o terminar la cinta.
—Mierda —dijo Ari finalmente cuando Maddy le preguntó—, hacedlo en el descansillo de la escalera, ¿qué más da?
Ella también estaba un poco borracha. Con bastante trank. Tenía la blusa abierta, sentía la corriente y finalmente se apoyó en Florian para mirar la cinta. Volvieron Sam y Amy, muy serios y decentes, y observaron lo que estaba pasando cerca del bar. Y Stasi y Tommy estaban todavía en la habitación sauna. Ari había mirado sobre todo las cintas o lo que hacían los otros chicos, y eso mantuvo a Florian y a Catlin fuera de todo.
—Tiene un mensaje —informó el Cuidador por encima del ruido de la cinta y la música.
—Ah, mierda. —Ella se puso en pie, se abrochó la blusa y bajó descalza por los escalones, por la alfombra del vestíbulo hasta su oficina, lo más recta y firme que pudo.
—Base Uno —dijo cuando cerró la puerta y se aseguró de que no llegaba el ruido de la sala de estudio—. Mensaje.
—Mensaje de Denys Nye: Khalid ha ganado la elección. Quiero verte mañana en la oficina. Ah, mierda. Ella se retrepó contra el respaldo de la silla.
—Mensaje para Denys Nye —dijo—. Allí estaré. El Cuidador tomó el mensaje.
—Fuera —dijo ella y salió para volver a la fiesta.
—¿Qué era? —preguntó Catlin.
—Después —murmuró ella y se acomodó de nuevo en su lugar, recostada contra el cuerpo de Florian.
Acudió a la oficina de Denys a las 0900 en punto, sin frivolidades ni estupideces, tomó una taza del café de Denys, con crema, sin azúcar
—Khalid asume el puesto esta tarde —dijo Denys—. Naturalmente, como él tiene su base en Cyteen, no hay un período de gracia o algo por el estilo. Se va con todo su equipaje. Y sus archivos secretos.
El tío Denys ya le había explicado lo que era Khalid. Lo que significaba la situación.
—¿No crees que me convendría tener acceso de vídeo? —preguntó ella—. Tío Denys, no me importa lo que tú creas que yo todavía desconozco. La ignorancia no ayuda mucho, ¿no crees?
El tío Denys apoyó el mentón sobre la palma de la mano y la miró un largo rato, como si estuviera considerándolo.
—Al final lo tendrás, deberás tener el acceso. Vas a recibir un resumen diario de lo que pase, como yo. Mejor será que te mantengas al día con ello. Parece que vamos a tener un desafío antes de que termine esta jornada. Probablemente van a hacer públicas algunas cosas de tu predecesora, lo más perjudicial que encuentren. Ésta va a ser una lucha política sucia, Ari. Muy sucia. Quiero que empieces a estudiar las cosas. Y quiero que vayas con cuidado. Sé que últimamente has estado haciendo muchas... —Tosió un poco—. Actividades de entretenimiento. Con chicos de menos de quince años, a unas horas en las que no creo que estéis jugando a la Guerra de las Galaxias. Mantenimiento afirma que mis sospechas son... —Otra vez se aclaró la garganta—. Que probablemente tienen fundamento.
—Dios. Te estás dejando llevar, tío Denys.
—Seguridad investiga todas las fuentes. Y mi nivel de acceso todavía es superior al tuyo. Pero no nos desviemos del tema. Eso no es lo que quería decirte. Mira Ari, los chicos normales de quince años no tienen tu independencia, tu madurez o tu presupuesto; y Novgorod en particular no va a entender tus... tus fiestas, tu lenguaje, tenemos que ser muy circunspectos. ¿Conoces la palabra?
—Sé lo que es «circunspecto», tío Denys, y sé lo que es «riesgo de seguridad». No estoy corriendo riesgos de este tipo. Si las madres de los chicos lo saben, no van a decir nada, porque quieren que sus hijos tengan carreras cuando yo esté al frente de Reseune. Probablemente hay muchas madres que querrían mandar a sus hijos a mi apartamento, incluso a la fuerza. Y a mi cama.
—Dios. No digas eso en Novgorod.
—¿Voy a ir allá?
—Por ahora no. Khalid acaba de asumir el cargo. Que él haga el primer movimiento.
—Ah, me parece una idea maravillosa.
—No te hagas la inteligente, sera. Que él marque la línea. Y mientras tanto, tú, joven sera, estudia un poco para ponerte al día. Mejor será que aprendas cómo es la vida de una niña normal de catorce años.
—Eso ya lo sé. Lo sé perfectamente. Aunque tal vez lo sabría mejor si mis amigos no hubieran Desaparecido en Fargone. ¿No te parece?
—No te portes así frente a las cámaras. Crees que es un juego, pero te aseguro que puedes perderlo todo. Ya expliqué lo de la nacionalización...
—No tengo problemas con las palabras complicadas.
—Veamos cómo te las arreglas con las fáciles. Ya no eres la dulce y pequeña Ari para las cámaras, cada vez te pareces más a la Ari que algunos recuerdan, te pareces lo suficiente para que te hagan preguntas muy duras y no sepas de dónde vienen los tiros, jovencita. Vamos a retrasar esto tanto como podamos y si te conseguimos otro año, probablemente tengas que pedir la mayoría de edad. Ése es el momento en que puede haber intereses que consigan una orden judicial para impedir que el Departamento de Ciencias te la conceda; y volverás a juicio, con una buena oportunidad para ganar: la primera Ari ganó a los dieciséis. Pero eso no solucionará el problema, lo único que conseguirás es poner a la oposición en evidencia por atacar a una chica de quince años que tiene que desenvolverse con más delicadeza de la que estás usando actualmente, joven sera.
—Estoy aprendiendo.
—No tienes otra alternativa. El tiempo se nos echa encima. La amiga de tu predecesora, Catherine Lao, que te ayudó más de lo que te imaginas, tiene ciento treinta y ocho años. Giraud está llegando a los ciento treinta. Tu presencia, el parecido que guardas con tu predecesora, es como una inyección de adrenalina para algunos cancilleres, pero tendrás que ofrecer algo más que presencia esta vez. Si cometes un error, tal vez veas cómo el gobierno devora Reseune, y Defensa la declara zona militar, inmediatamente. Tendrán un pretexto antes de que se seque la tinta. Pasarás los días trabajando en lo que ellos te ordenen. O estarás en un lugar pequeño y aislado sin acceso a Novgorod, sin acceso al Concejo ni al Departamento de Ciencias.
Ella miró a Denys directamente a la cara y pensó: No has manejado bien las cosas entonces. Si no, ¿por qué estamos metidos en este lío?
Pero no lo dijo. En cambio se justificó:
—Base Uno no me deja ir más rápido de lo que voy, tío Denys.
—Intentemos otra palabra difícil —dijo Denys—. Psicogénesis. Ésasí era nueva.
—Originado en la mente —dijo ella, recordando sus raíces griegas.
—Originar una mente. Clonación mental. ¿Me entiendes ahora?
Ari sintió que un escalofrío le recorría la espalda.
—¿Qué tiene que ver eso con todo lo demás?
—El parecido entre tú y Ari. Te voy a dar otras palabras para preguntarle a la Base. Bok. Endocrinología. Gehenna. Gusano.
—¿De qué hablas? ¿Qué quieres decir con eso del parecido?
El sonido del escudo de protección le lastimaba los dientes.
—No grites —dijo Denys—. Nos vas a ensordecer del todo. Quiero decir lo que siempre te he dicho. Que tú eres Ari. Y voy a decirte otra cosa. Ari no murió de causas naturales. La mataron. Ella contuvo la respiración.
—¿Quién lo hizo mierda?
—Cuidado con tu lenguaje. Mejor será que lo limpies un poco, Ari. A Ari la mató alguien que ya no está en Reseune.
—¿Murió aquí?
—No te voy a decir nada más. El resto es problema tuyo.