– Pero como ella no se acuerda, no tenemos nada para calcular la hora de la muerte, no sabemos si Buckley ya estaba muerta cuando Carolee entró
– Es una posibilidad. Eve se paró en la barandilla, imaginando el zumbido de los transbordadores, la multitud, las vistas
– Hay mucha emoción cuando la gente está embarcando ¿verdad? Multitud de gente, turistas felices porque comienzan una aventura. La gente se asegura un sitio en la barandilla, toman un aperitivo, sacan fotos. Si yo fuera Buckley, escogería mi posición de forma que pudiera salir rápidamente
Ella se sentó en un banco. – Se sentó aquí. Y puedes apostar a que se había sentado aquí antes o nunca hubiera tenido localizada la posición, para poder juzgar a la gente, el tráfico, el tiempo. Si yo fuera Buckley, localizaría la posición tan pronto abandonáramos el puerto.
Levantándose, Eve se dirigió al baño. Eso es diez minutos antes de que Grogan entrara. Tiempo suficiente para el asesinato. Si Grogan fue antes del ataque ¿Por qué no le permitieron terminar e irse? Si hubiera llegado durante el ataque habría sido capaz de dar la alarma. Ella se desmayó entre las cabinas. Allí es donde los barrenderos encontraron restos de su sangre y de la piel de su cabeza en el suelo. Ella estaba vuelta hacia la pared. Tuvo que ver algo
– ¿Crees que Mira la ayudará a recordar?
– Creo que vale la pena intentarlo. Mientras tanto…Eve se desvió hacia la zona de recreo – Antes de disfrutar de las vistas, Carolle y el niño…
– Peter
– De acuerdo, van hacia la zona de recreo y luego se dirigen hacia los baños. Eve siguió la ruta más lógica para ir de un sitio al otro. Se paran aquí, discuten -espérame, bla, bla-. Carolee mira como entra el niño, entonces ve la señal de la puerta. Discute consigo misma y finalmente decide dejarlo. A partir de ahí no recuerda nada. De lo que podemos reconstruir, podemos deducir que el encuentro y el asesinato estaban programados. Draski iría primero. Es el aseo de señoras él es un hombre. Se pudo escabullir mientras el resto de la gente estaba admirando las vistas, y poner la señal de fuera de servicio. Podría haberse hecho pasar por uno de mantenimiento con un uniforme, eso le habría permitido acceder a la puerta de al lado. Eve hizo un gesto hacia el otro baño. Si a esto le añadimos la premeditación, y una necesidad de transportar el cuerpo, él tuvo que prepararlo todo con antelación. Nadie se preocupa por un tipo de mantenimiento que entra en un baño con la señal de fuera de servicio y con una barrera delante
– No hay ninguna barrera perdida
– Tuvo una hora para devolverlo. El salió de allí, hizo una señal hacia el aseo de hombres y vino aquí, ¿Quién lo noto? Aparentemente nadie. Espero dentro a Buckley
Eve empujó la puerta. Dudo que esperase mucho tiempo hasta que ella llegó
– No se puede cerrar la puerta desde dentro, comenzó Peabody, y no pudo manipular la cerradura porque necesitaba que Buckley entrara
– Sí, luego el no espero mucho. Quería asegurarse de que ella tuviera el pago. Ella quería asegurarse de que él tuviera el dispositivo. Solo negocios
El helado charco de sangre, del cual se habían tomado numerosas muestras, daba una idea de la naturaleza del negocio. Al igual que el ligero olor a productos químicos y la tenue capa de polvos que dejaron los barrenderos hablaban de los resultados del negocio como también lo hacia el largo y afilado cuchillo en el suelo
– Grabando, ordenó Eve y evitando la sangre aun en el suelo se acercó al cuchillo
– Pero ¿Cómo infiernos llegó eso aquí? tenemos las entradas a los ferrys cubiertos con seguridad
– Malditas cubiertas de invisibilidad, murmuró Eve, eso respondería tu pregunta. Pero la primera pregunta es ¿Por qué está aquí? Lo estudió sobre el suelo. De estilo daga, de unas seis pulgadas de hoja. Parece de hueso. Eso podría explicar cómo paso los escáneres de seguridad. El material natural puede pasar y es probable que tuviera algún compartimento seguro en el maletín que llevara. Alguna protección contra el escáner para poder pasar.
Ella se selló las manos antes de coger el cuchillo. Buen peso. Buena adherencia. Ella probó a moverlo en el aire Buen alcance. No tienes que acercarte a más de seis pulgadas. Yo daría un golpe de muñeca. Un click, un golpe, le cortas la garganta
Peabody se frotó sus propias manos. – ¿Alguna vez has pensado en entrar en el negocio del asesinato?
– Matar por negocios, con ánimo de lucro era el trabajo de ella no de él. Lo de él era algo personal. Seguro que le llevó bastante tiempo pensarlo. Ella observó las salpicaduras y el charco de sangre una segunda vez, rodeándolos, pensando, en silencio. Y se tomó la molestia de dejarnos el arma en el lugar para que sepamos el que y el cómo
– Tal vez alardea
Ella movió la hoja estudiando las manchas de sangre. -No tiene ganas de presumir- Tomo una bolsa de pruebas y metió el cuchillo sellándola y etiquetándola.
– Si Carollee entrara en ese momento, le podría ver. Vería el cuerpo tan pronto como diera la vuelta a los puestos. Eso hace que estuviera a unos tres metros de ellos, a unos dos de la puerta ¿Qué hace la mayoría de la gente cuando ve un asesinato?
– Gritar y correr, adivinó Peabody. Y puede que ella lo hiciese, o al menos que consiguiese cerrar la puerta.
– Si él la hubiera perseguido habría huellas en la sangre. La sorprendió fuera. Le golpeó la cabeza contra el suelo
– Sí, podría haberla sorprendido. La aturdió. La deja caer. Menor riesgo. Eso le daría algo de tiempo para encontrar la manera de manejar la variable. Tiene que sacar el cuerpo, pero venía preparado para ello. Algún cesto cubierto, tal vez, una bolsa de plástico sin duda. La carga junto con el uniforme que tenía que estar manchado de sangre. Luego usó el corrector de memoria con Carollee cuando ella volvió en sí
Eve movió las cejas ante el término corrector de memoria.
– Cuando la tiene controlada, él primero le dice que le eche una mano. El sale primero. Engañó a toda la gente que estaba en este sector de la cubierta, pudo hacerlo a medida que se dirigía a dónde demonios quería ir. Ese es un jodido juguete.
– No es un juguete, es algo letal. Si hace lo que se supone que debe hacer, tira la voluntad por la borda. Te hace perder lo que eres. Peor que la muerte de la mente es la pérdida de uno mismo. No eres más que un droide hasta que los efectos desaparecen. Estudió el cuchillo de nuevo. Palos, piedras, cuchillos, pistolas, bombas. Alguien siempre está buscando algo un poco más fuerte. Levantó la bolsa de evidencias y miró al cuchillo de nuevo. Esto puede tomar tu vida. Esa otra cosa toma tu mente. Prefiero enfrentarme a la hoja
Miró su unidad de pulsera. De las veinticuatro horas que le había dado a Roarke habían pasado veinte y seguían contando. No importaba lo que costara, no podía darle un minuto más
La pequeña panadería con su doble escaparate y su brillante muestra de pasteles, podía ser un extraño lugar de encuentro con un traficante de armas, pero Roarke conocía las preferencias de Julian Chamain. También sabía que a cargo de la panadería estaba la sobrina de Chamain y que esta era barrida dos veces al día en busca de dispositivos de escucha, y las paredes y ventanas estaban blindadas para los ojos y los oídos electrónicos. Lo que allí se decía, allí se quedaba.
Charmain, un hombre grande cuya amplia cara y ancho vientre proclamaban el afecto que tenía por las dotes culinarias de su sobrina, estrechó la mano de Roarke calurosamente, luego hizo un gesto hacia una mesa