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– Había una señal de fuera de servicio en la puerta.- Le recordó Eve.

– Había… ¡Es verdad!- Los ojos de Carolee brillaron. -Recuerdo eso. Entonces yo… pero yo no… sé que yo no fui a otro de los servicios. No habría dejado a Pete. Debo haber entrado. Debo haberlo hecho porque salí aquí otra vez, ¿no? Él no estaba esperando. Debo haber resbalado y golpeado mi cabeza, y estoy un poco confusa respecto a los detalles. No estoy segura de entender por qué le incumbe a la policía.-

– Señora Grogan, estuvo usted ausente por más de una hora.-

– ¿Yo? ¿Ausente? Eso es una locura. Yo acabo…- Pero miró su unidad de muñeca, y se volvió pálida. -Pero no puede ser. No puede ser la hora correcta. Hemos estado fuera por unos minutos. El viaje en ferry tarda menos de media hora, y acabamos de empezar. No puede estar bien.-

– Nadie podía encontrarte. No podíamos encontrarte- dijo Steve. -Estábamos muy asustados.-

– Oh, Dios- Se quedó mirando a su marido, metió una mano en su pelo y empezó a palpar su cabeza. -¿Me desorienté? ¿Me golpeé en la cabeza y me desorienté? Tal vez tengo una conmoción. Me desorienté.- Ella miró a Pete. -Y luego te grité cuando había sido yo. Lo siento, hijo. De verdad.-

– Pensamos que estabas muerta, por toda la sangre que había.- El niño apretó su cara contra el pecho de Carolee y empezó a llorar.

– ¿Sangre?-

– Señora Grogan, los oficiales del Departamento de Transporte notificaron al NYPSD no solo que usted estaba, aparentemente, desaparecida, sino que las instalaciones en las que creían que había entrado tenían una considerable cantidad de sangre en el suelo, así como salpicaduras en las paredes y puertas de los compartimentos.-

– Pero…- Su respiración era superficial cuando Carolee miró fijamente a Eve. -No es mía. Yo estoy bien.-

– No es suya. Usted entró al servició,- continuó Eve, -a pesar del cartel de fuera de servicio.-

– No puedo recordar. Está en blanco. Como si hubiera sido borrado. Recuerdo ver a Pete entrar en el servicio de caballeros, y yo… yo recuerdo ver la señal, pero no puedo recordar lo que pasó después. Yo habría entrado.- Ella murmuró. -Sí, eso es lo que yo habría hecho, sólo para comprobar, porque estaba justo allí y ¿por qué no mirar? No podía marcharme sin Pete. Pero no recuerdo haber entrado, o… salido. Pero no podría haber entrado, o habría salido. Probablemente gritando si hubiera visto sangre por todo el lugar. No tiene sentido.-

– No,- acordó Eve, -no lo tiene.

– Yo no herí a nadie. No podría.

– No pienso que usted hiriera a nadie.

– Una hora. He perdido una hora. ¿Cómo puede ser?

– ¿Ha perdido tiempo alguna vez anteriormente?

– No. Nunca. Quiero decir, he perdido la noción del tiempo, ¿sabe? Pero esto es distinto.-

– Will, ¿qué me dices de traer algo de beber a mamá?- Steven envió a su hijo mayor con una sonrisa. -Apuesto a que está un poco deshidratada.-

– En realidad,…- Carolee rió débilmente. -Podría ir al servicio.

– De acuerdo.- Eve vio a Peabody de vuelta con un kit médico. -Sólo un segundo.- Ella anduvo hasta ponerse al lado de su compañera. -Ve adelante y dale el kit a Grogan, y lleva a la mujer al servicio. Pégate a ella.

– Seguro. Estamos a bordo, y tenemos en marcha una búsqueda cubierta por cubierta. Tengo que decir que los nativos están poniéndose un poco inquietos.-

– De acuerdo. Tendrán que aguantar un poquito más.-

– Me pregunto si tal vez todo esto no sea más que una broma pesada. Alguien vacía un montón de sangre en ese servicio, cuelga la señal, se sienta y espera a que entre alguien.-

– ¿Entonces por qué colgar la señal?

– Vale, un error en el escenario, pero…

– ¿Y cómo transportaron un par de litros de sangre humana? ¿Y adónde fue la señora Grogan durante una hora?-

– Muchos errores.-

– Pégate a ella, – repitió Eve. -Consigue su dirección en Nueva York. Vamos a arreglar para que les lleven a un centro médico y le hagan a ella un examen completo, y quiero que pongan a alguien a vigilarlos.- Miró hacia atrás. -Si ella vio algo, a alguien, puede ser que el responsable de la sangre empiece a preocuparse acerca de ella.

– Me aseguraré de que está cubierta. Bonita familia.- Añadió Peabody, estudiando al grupo.

– Sí. Bienvenidos a Nueva York.

Eve localizó a Jake.

– Todos los dispositivos de evacuación de emergencia están en su sitio.- Le pasó un archivo de discos de seguridad. -Esos son de todas las cámaras de abordo. La lista de empleados, oficiales del Departamento de Transporte está etiquetada.-

– Bien. ¿De dónde infiernos salieron todos esos fuegos artificiales?-

– Bueno.- Él se rascó la cabeza. -Parece como si hubieran sido disparados desde estribor, probablemente desde popa. Eso según la trayectoria básica según los testigos. Pero no tenemos ninguna prueba física. Ni ceniza, ni mecanismos. Nada hasta ahora, por lo que no estoy seguro de que los dispararan desde el barco.-

– Hmm.- Eve reflexionó y miró al ancho puerto.

– El NYPSD cubre todo el lugar, y tu equipo de investigadores de escena está cubriendo la escena del crimen.- -Si llega a ser un crimen,- añadió. -Hemos registrado a cada empleado a bordo del Departamento de Transporte, y entre tu gente y la mía, hemos entrevistado a los pasajeros, concentrándonos en aquellos que estaban en el área de la escena. De momento, ninguno de ellos ha visto nada. Y tienes que admitir que transportar un cuerpo habría llamado algo la atención.-

– Lo haría.-

– ¿Qué hacemos ahora?-

Por lo que Eve podía determinar, había dos opciones. El asesino, si era un asesinato lo que había tenido lugar, había abandonado de algún modo el ferry. O el asesino todavía tenía que hacerlo.

– Parece que vamos a Staten Island. Así es como vamos a manejarlo.-

Iba a tomar cierta cantidad de tiempo, y mucha paciencia, pero los cerca de cuatro mil pasajeros serían identificados, buscados y preguntados antes de que se les permitiera desembarcar en la terminal de St. George. Afortunadamente un buen montón de ellos eran críos. Eve no creía, aunque los niños eran extraños y a menudo violentos sujetos en su mente, que el charco de sangre fuera el trabajo de algún gateador maniaco.

– En realidad está marchando bien,- informó Peabody, y recibió un gruñido de Eve.

– La búsqueda sigue en marcha,- continuó Peabody. -Hasta ahora, ni arma, ni cuerpo, ni asesino malvado escondido en el armario de equipaje.-

Eve continuó repasando el disco de seguridad en marcha en su PPC. -El cuerpo está tirado ya.-

– ¿Cómo?-

– No sé cómo, pero está tirado o transportado. Dos búsquedas, y esta con detectores de cuerpos. Él, o un cómplice, usaron los fuegos como distracción. Atrae la atención de todos en una dirección, haz lo que necesites en la otra. Ha tenido que ser así.-

– No explica cómo sacó el cuerpo muerto del servicio.-

– No.-

– Bueno, puede que si no fuera una broma pesada, fuera un remolino.-

Eve levantó su mirada, mirando con lástima a Peabody.

– Free-Ager, recuerda. Crecí con remolinos. Es una teoría mejor que el abracadabra.- De un vistazo, Peabody estudió los brillantes peces tropicales nadando detrás del cristal de un enorme acuario.

– Él no tiró el cuerpo por encima de la borda, luego se lanzó y se fue nadando,- Peabody apuntó. -Como un pez.- Notando la expresión pensativa de Eve, Peabody alzó las manos. -Vamos Dallas. No hay ninguna vía de escape del servicio, sin hablar de andar por delante de docenas y docenas de personas.-

– Principalmente de espaldas, desde el momento en que estuvieron mirando al agua. Si la sangre que está camino del laboratorio viene de un cuerpo caliente, uno que espero que identifiquemos por emparejamiento de ADN, tiene que haber un camino de entrada y de salida, porque él lo uso.-