Con amor, de tu alegre y extremadamente dichosa hermana pequeña Rosie.
Para Rosie
¡Feliz cumpleaños, amiga mía!
¡Bienvenida al mundo de los veintiséis! ¡Nos hacemos mayores, Rosie!
¡Escribe más a menudo!
Besos,
Alex
PARA ALEX
ESTÁS IMBITADO A MI FIESTA DE CUMPLAÑOS EL 4 DE MAIO EN MI CASA. CUNPLO 7. ABRÁ UN MAGO. TOY INPACIENTE. EMPIEZARÁ A LAS 2 Y TERMINARÁ A LAS 5.
TE QUIERE KATIE
Querida Katie:
Siento no poder asistir a tu fiesta de cumpleaños. Lo del mago seguro que será muy divertido. ¡Irán tantos amigos que ni siquiera te darás cuenta de que no estoy!
Tengo que trabajar en el hospital y no me dan vacaciones. Les dije que era tu cumpleaños, pero ¡no me hicieron caso!
De todos modos te he mandado una cosita que espero que te guste. Feliz cumpleaños, Katie, y cuida de tu mamá por mí. Es muy especial.
Muchos besos para ti y para mamá.
Alex
Para Alex
Gracias por el regalo de cumpleaños. Mamá lloró cuando lo abrí. Nunca había tenido un guardapelo. Las fotos de tú y mamá son muy pequeñas.
El mago estubo bien, pero Toby, mi mejor amigo, dijo que sabía que tenía truco y enseñó a todo el mundo donde se había escondido las cartas. El mago no estaba muy contento y se enfadó con Toby. Mamá se rió tanto que me parece que al mago tanpoco le gustó. A Toby le cae bien mamá.
Me hicieron muchos regalos pero April y Sinead me regalaron la misma libreta. Mamá y yo pronto canviaremos de casa. Añoraré mucho a la abuela y al abuelo y sé que mamá está triste porque ayer por la noche la oí llorar en la cama.
Pero no nos vamos muy lejos. Se puede ir en autobús desde casa de los abuelos a nuestra casa. No se tarda mucho y estamos más cerca de las tiendas del centro y se puede ir a pie.
Es mucho mas pequeña que la casa donde estamos ahora. ¡Mamá es graciosa, la llama caja de zapatos! Tiene dos dormitorios y la cocina es diminuta. Solo hay sitio para comer y ver la tele. Tenemos un valcón y se está muy bien pero mamá no me deja salir sola.
Se ve el parque. Mamá dice que el parque es nuestro jardín y que tenemos el jardín mas grande del mundo.
Mamá me dijo que puedo pintar mi cuarto del color que quiera. Creo que lo pintaré rosa o morado o azul. Toby dice que lo pinte de negro. Es la pera.
Mamá tiene un trabajo nuevo. Trabaja solo unos días a la semana, así que unas veces puede ir a buscarme al colegio y otras no. Juego con Toby asta que llega a casa. Su mamá siempre lo lleva y lo recoge porque dice que somos demasiado pequeños para ir en autobús. Creo que a mamá no le gusta su trabajo. Siempre está cansada y llorando. Dijo que prefería volver al colegio a hacer clase doble de mates. No sé qué quiere decir. Toby y yo odiamos el cole pero él siempre me hace reír. Mamá dice que está cansada de tener que ir a hablar con mi maestra la señorita Casey. A la abuela y al abuelo les parece divertido. La señorita Casey tiene la nariz más grande del mundo. Nos odia a Toby y a mí. Me parece que tampoco le gusta mamá porque siempre que se ven discuten.
Mamá tiene una amiga nueva. Las dos trabajan en el mismo edificio pero no en la misma oficina. Se encuentran fuera aunque hace frío porque tienen que salir para fumar. Mamá dice que es la mejor amiga que ha tenido en siglos. Se llama Ruby y es muy divertida. Me gusta cuando viene a casa. Ella y mamá están siempre riendo. Me gusta que Ruby esté aquí porque mamá no llora.
Ahora hace mucho sol en Dublín. Mamá y yo hemos ido unas cuantas veces a la playa de Portmarnock. Cojemos el autobús y siempre va lleno de gente en trage de baño que come helados y lleva música a todo volumen. El piso de arriba del bus es mi favorito. Me siento delante y hago ver que conduzco y a mamá le encanta mirar el agua por la ventana todo el camino. Estoy aprendiendo a nadar. Pero tengo que llevar los manguitos en el mar. Mamá dice que quiere vivir en la playa. ¡Dice que le gustaría vivir en las conchas!
¿Cuando vendrás a vernos? Mamá dice que vas a casarte con una chica que se llama Bimbo [1]. Qué nombre tan raro.
Besos,
Katie
Capítulo 9
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: ¡Hola! ¡Feliz lunes!
Rosie: Oh, fantástico. Espera un momento, voy a por el champán.
Ruby: ¿Qué has hecho este fin de semana?
Rosie: ¡No te lo vas a creer! ¡Llevo toda la mañana muriéndome de ganas de contártelo! ¡Ha sido increíble! No te lo vas a creer pero…
Ruby: Percibo cierto sarcasmo. Deja que adivine: has estado viendo la tele.
Rosie: ¡Señoras y señores, les presentamos a Ruby… y sus poderes paranormales! Tuve que ponerla con el volumen al máximo para no oír los gritos de la «enamoradísima» pareja que vive al lado. Un día de éstos se matarán el uno al otro. Espero que no tarden. La pobre Katie no entendía qué pasaba, así que dejé que bajara a dormir a casa de Toby.
Ruby: Pero bueno, ¿es que aún hay personas que no comprenden el significado de la palabra DIVORCIO?
Rosie: Ja, ja, bueno, en tu caso es una palabra mágica.
Ruby: Agradecería que no te burlaras de ese devastador episodio de mi vida: me dejó hecha una piltrafa y emocionalmente destrozada.
Rosie: ¡Venga ya, por favor! ¡El día que conseguiste el divorcio fue el más feliz de tu vida! Compraste la botella de champán más cara que encontraste, nos la tomamos, salimos de copas y te pegaste el lote con el hombre más feo del mundo.
Ruby: Bueno, cada cual llora sus desgracias a su manera…
Rosie: ¿Has acabado de introducir en el ordenador toda esa mierda que nos pasó Randy Andy?
Ruby: ¡Qué va! ¿Y tú?
Rosie: Tampoco.
Ruby: Bien. Hagamos una pausa como recompensa. No nos hace ningún bien trabajar más de la cuenta. Me han dicho que es muy peligroso. ¿Traerás tus pitillos? Me he olvidado los míos.
Rosie: Sí. Nos vemos abajo en cinco minutos.
Ruby: Tenemos una cita. Caramba, qué emocionante. Hacía mucho que ni tú ni yo teníamos una cita.
Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY
Ruby: ¿Dónde demonios te has metido? ¡Te he esperado media hora en la cafetería! Me he visto obligada a comerme dos pastelitos de chocolate y un trozo de tarta de manzana.
Rosie: Lo siento. Randy Andy no me ha dejado salir de la oficina.
Ruby: ¡Maldito esclavista! Deberías quejarte a la dirección para que despidan a ese cabronazo.
Rosie: Resulta que la dirección es él.
Ruby: Es verdad.
Rosie: Bueno, sinceramente, Ruby, puede que sea un gilipollas, pero acabábamos de hacer una pausa una hora antes… y era la tercera en menos de tres horas…
Ruby: ¡Te estás convirtiendo en uno de los suyos!
Rosie: Ja, ja. Tengo una hija que alimentar.
Ruby: Yo también.
Rosie: Tu hijo se alimenta solo, Ruby.
Ruby: Oye, deja en paz a mi gordinflón. Es mi niño y lo quiero tal como es.
Rosie: Tiene diecisiete años.
Ruby: Sí, y es lo bastante mayor como para tener un hijo propio, según tus parámetros…
Rosie: Bueno, todo le irá bien mientras no vaya a ese baile del colegio con el hombre menos interesante y más feo del mundo. Así no tendrá que beber una cantidad descomunal de alcohol para engañar a su cerebro y pensar que ese hombre es guapo y divertido y…, en fin, ya sabes el resto.
Ruby: ¿Estás insinuando que mi hijo quizá debiera tener una relación gay en su baile de debutantes?
Rosie: ¡No! Sólo estaba diciendo…
Ruby: Ya sé lo que estabas diciendo, es sólo que creo que mi querido hijo es precisamente la clase de chico al que sólo será capaz de amar una chica que vaya más bebida de la cuenta.
Rosie: ¡¡RUBY!! ¡¡Cómo te atreves a decir eso de tu hijo!!
Ruby: ¿Y por qué no? Le quiero con todo mi corazón, pero el pobre no ha nacido con las trazas de su madre. En fin, dejemos eso. Dime, ¿cuándo piensas decidirte a salir con alguien?
Rosie: Ruby, no quiero que tengamos esta conversación otra vez. ¡Todos los tíos que has intentado encasquetarme eran unos excéntricos de cuidado! No sé de dónde sacas a esos hombres y en realidad creo que prefiero no saberlo, pero después del último fin de semana puedo asegurarte que no volveré a ir a Joys nunca más. Además, mira quién habla. ¿Cuándo fue exactamente la última vez que saliste con alguien?
Ruby: ¡Eso es un asunto completamente distinto! Soy diez años mayor que tú, he tenido que pasar por un divorcio muy difícil para librarme de ese cabroncete egoísta y tengo un hijo de diecisiete años que sólo se comunica conmigo gruñendo algunos monosílabos. Me parece que es hijo de un simio (en realidad, me consta que lo es). ¡No tengo tiempo para los hombres!
Rosie: Pues yo tampoco.
Ruby: Rosie, cariño, tienes veintiséis años, aún te quedan por lo menos diez más antes de que todo se acabe. Tendrías que salir un poco y pasártelo bien. Deja ya de llevar el peso del mundo sobre tus hombros. De eso me encargo yo. Y deja también de esperarle.
Rosie: ¿Que deje de esperar a quién?
Ruby: A Alex.
Rosie: ¡No sé de qué me estás hablando! ¡Yo no estoy esperando a Alex!
Ruby: Sí que lo esperas, querida amiga. Debe de ser un hombre excepcional, puesto que para ti ninguno está nunca a su altura. Y me consta que eso es lo que haces cada vez que conoces a alguien: compararlo. Estoy convencida de que Alex es un amigo fabuloso y seguro que siempre te dice cosas encantadoras y maravillosas. Pero no está aquí. Está a miles de kilómetros, trabajando de médico en un gran hospital, y vive en un apartamento elegante con su elegante novia médico. Mucho me temo que no está haciendo planes para conseguir abandonar esa vida cuanto antes y compartir sus días con una madre soltera que vive en un piso diminuto y tiene una mierda de empleo a tiempo parcial en una fábrica de clips y una amiga loca que le envía e-mails cada dos por tres. Así que deja de esperarle y sigue adelante. Vive tu vida.