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Tiene un mensaje instantáneo de: RUBY

Ruby: ¿Qué demonios significa el último mensaje que te ha mandado Alex?

Rosie: ¡Por el amor de Dios, Ruby, deja de leer mis e-mails!

Ruby: Perdona, no puedo evitarlo, así que te aseguro que seguiré leyéndolos hasta que te decidas a cambiar la contraseña o hasta que encuentre un trabajo que me interese, aunque sólo sea un poquito.

Rosie: Bien, pues entonces me parece que tendré que cambiar de contraseña…

Ruby: Ja, ja. Venga, ahora ya lo he visto, ¿a qué se refiere? ¿De qué va eso de estirar el brazo?

Rosie: ¿Tú qué crees que significa?

Ruby: Yo he preguntado primero.

Rosie: Vamos, Ruby, no seas tan infantil. Sólo es un amigo diciéndome que siempre estará ahí para lo que necesite, sea lo que sea, que no está tan lejos de mí como a veces parece y que no tengo más que llamarle para que venga a mi encuentro.

Ruby: Ah, vale, muy bien.

Rosie: ¡Ya estás poniéndote sarcástica otra vez, Ruby! ¿Cuál es tu nueva teoría, ahora? Supongo que piensas que es una manera secreta de decirme que me ama y que siempre me esperará y que si le tiendo la mano lo dejará todo, su nueva vida en Boston, su vida familiar, su magnífico trabajo, para venir a rescatarme y llevarme a vivir a una casa en una playa de…, yo qué sé…, Hawai, donde seremos felices y comeremos perdices por siempre jamás, lejos de las tensiones y las complicaciones del mundo. Supongo que debes de interpretar algo así. Tú y tu mente enfermiza siempre tergiversando las cosas intentando que parezca que nosotros dos…

Ruby: No, Rosie, sólo he dicho «muy bien». Sin segundas. Tranquila, te creo.

Rosie: Oh.

Ruby: ¿Te parece bien?

Rosie: Sí, claro. Es que pensaba que ya le estabas buscando tres pies al gato como de costumbre, perdona.

Ruby: No, no pasa nada. Seguro que Alex sólo se refería a su apoyo como amigo.

Rosie: Ya… De acuerdo.

Ruby: ¿Qué pasa? ¿Querías que significara algo más?

Rosie: No, por Dios, pero me imaginaba que ibas a soltarme un sermón…

Ruby: ¿Entonces no estás decepcionada? ¿Te basta contar con él como amigo?

Rosie: ¿Por qué iba a estar decepcionada? ¡Siempre ha sido mi amigo! ¡Soy perfectamente feliz!

Ruby: ¿Y no quieres que te rescate y te lleve a Hawai?

Rosie: ¡Por supuesto que no! Eso sería… ¡espantoso!

Ruby: Menos mal…

Rosie: Sí, es estupendo… Todo es estupendo…

Ruby: Qué bien.

Rosie: ¡Y mi nuevo trabajo hará que todo vaya aún mejor!

Ruby: Qué bien.

Rosie: Y he salvado mi matrimonio y creo sinceramente que Greg me ama más que nunca…

Ruby: Qué bien.

Rosie: Y voy a cobrar mucho más que antes, cosa que me viene muy bien. Dicen que el dinero no compra la felicidad, pero soy una caprichosa, Ruby… Podré comprarme el abrigo que vi ayer en el Ilac Centre… ¡Qué ilusión!

Ruby: Qué bien.

Rosie: ¡Desde luego! En fin, voy a desconectarme, Ruby, tengo cosas que hacer…

Ruby: Eso está muy bien, Rosie…

ROSIE se ha desconectado.

De: Rosie

Para: Stephanie

Asunto: ¡La vida es maravillosa!

¡La vida es maravillosa! ¡La vida es fantástica! Tengo un buen empleo y acaban de ascenderme a otro mejor. Tengo una hija que habla conmigo y un marido que no. ¡Es broma! ¡Tengo un marido que me ama! Tengo una familia maravillosa que me apoya en todo: mamá, papá, hermano y hermana. Tengo dos grandes amigos que harían cualquier cosa por mí y a quienes quiero con toda mi alma. Recuerdo que hace años te dije, antes de incorporarme a mi empleo en la recepción del hotel, que estaba comenzando la segunda etapa de mi vida. Bien, ¡pues todo indica que ahora comienza la tercera! ¡Las cosas me van cada vez mejor y estoy contentísima! ¡Estoy eufórica, loca de alegría, entusiasmada con la vida!

De: Ruby

Para: Rosie

Asunto: ¿Cork?

¿Qué quieres decir? ¿Que van a construir el puñetero hotel en Cork? ¿Y no te lo han dicho hasta ahora? ¿Vas mudarte a Cork? Creía que habías dicho que estaba en la costa de Dublín. ¿Acaso han pensado que ese detallito no era importante para ti?

Por el amor de Dios, Rosie, ¿cómo vas a arrastrar a tu familia hasta la otra punta del país? ¿Y tú, tienes ganas de mudarte? ¡Oh, Dios mío, creo que me va a dar un infarto! ¡Contéstame en cuanto puedas!

De: Rosie

Para: Ruby

Asunto: Re: ¿Cork?

Oh, Ruby, ahora mismo tengo la cabeza que me va a estallar. No sé qué hacer. Tengo claro que quiero ese empleo, pero debo pensar en otras dos personas. Tendré que tener una charla con Katie y Greg esta noche. ¡Reza por mí! Por favor, Dios, si estás escuchando y no andas demasiado atareado esparciendo polvos de oro encima de los afortunados de este mundo, te ruego me hagas este favor y laves el cerebro de mi familia para que por una vez piensen en lo que yo deseo. Gracias por tu tiempo y paciencia. Ya puedes seguir esparciendo polvitos de oro.

De: Ruby

Para: Rosie

Asunto: Dios

Hola, Rosie, soy Dios. Lamento darte malas noticias, pero la vida no funciona así. Debes ser sincera con tu familia e intentar convencerla tú misma. Cuéntales que toda tu vida has soñado con un empleo como el que te ofrecen y, si son generosos, comprenderán tu deseo de mudarte a Cork. Tengo las palomitas listas, de modo que voy a dejarte. Ya me estoy perdiendo el principio del espectáculo de hoy. Esta noche me toca ver la vida de tu amiga Ruby. Buena suerte con la familia.

Queridos mamá y Greg:

No os preocupéis por nosotros, mamá. Toby y yo estamos bien. Nos hemos escapado porque no queremos separarnos. Toby es mi mejor amigo y no quiero mudarme a Cork.

Besos,

Katie y Toby

De: Rosie

Para: Ruby

Asunto: Re: Dios

Ayer me di cuenta de que Dios se había conectado usando tu nombre. Si lo ves por ahí dile por favor que si hoy quiere ver un buen drama sintonice con mi familia.

Nota para mí misma:

Deja de soñar, Rosie Dunne.

TERCERA PARTE

Capítulo 26

Querido Alex:

No sabes lo contenta que me puse cuando por fin conseguí dar carpetazo al horripilante día de ayer. «Sólo es un trabajo», dijo Greg. Bueno, pues si un trabajo es tan poco importante, ¿por qué se niega tan categóricamente a dejar el suyo? Pero es que no es sólo un trabajo. Me han propuesto un ascenso, y al hacerlo me han dado confianza y un poco de fe en mí misma. Fe para creer que mis esfuerzos se veían recompensados y que me consideraban competente y espabilada.

Pero esta vez ni siquiera tuve ocasión de fastidiarla yo misma. Esa decisión la tomaron por mí. Katie no está dispuesta a separarse de Toby y no acabo de odiar a Greg lo suficiente como para largarme sola a Cork hecha una furia. Aunque me falta el canto de un duro. ¡Dios, ese hombre hace que me hierva la sangre! Para él todo es siempre blanco o negro.

Según su opinión, él aquí tiene un trabajo fantástico con un buen sueldo y yo tengo un buen trabajo con un sueldo correcto. ¿Por qué diablos iba a querer mudarse a una ciudad donde su mujer tendrá un trabajo de fábula y ganará un montón de dinero? Ay, claro, se me olvidaba, en Cork no hay ni un banco, de modo que es imposible que encuentre trabajo o le trasladen. Allí todo el mundo guarda el dinero en cajas de zapatos debajo de la cama.

Además, todo (bueno, muchas cosas, como las casas para empezar) es más barato allí que aquí. Katie podría comenzar el primer curso de la secundaria en un colegio tan bueno como cualquiera, o sea que tampoco tendría que cambiar de centro en pleno curso. Todo saldría redondo.

Por otra parte, debo reconocer que su amistad con Toby probablemente es lo más importante para ella. Toby es uno de sus principales apoyos, la hace feliz y le conserva la inocencia en la mirada. Los niños necesitan amigos íntimos que los ayuden a crecer, a descubrir cosas sobre sí mismos y sobre la vida. También necesitan amigos íntimos para conservar la cordura y, tras la intentona de huida que ha protagonizado Katie, ahora comprendo que sin Toby, al menos en esta etapa de la vida, se volvería loca de remate.

¿Te das cuenta de que realmente habían reservado billetes por internet con la tarjeta de crédito de Greg para ir a verte? ¡Estaban en la cola de facturación cuando los agentes de policía los encontraron en el aeropuerto! Como si los viera: una chiquilla de pelo negro y piel vainilla sin más equipaje que una mochila con forma de oso a la espalda. A su lado un chiquillo de pelo rubio rizado a cargo de los billetes y los pasaportes. Una pareja de luna de miel en miniatura. Algún día lo recordaré y me echaré a reír. Cuando me haya recobrado del susto, el horror, la amargura y el resentimiento. Probablemente en mi próxima vida.

O sea que no puedo aceptar el trabajo de mis sueños porque mi familia no está dispuesta a mudarse conmigo. Claro, es que no hago lo imposible por ellos. Ni me organizo la vida como si ellos fueran el centro del mundo. Ni llego a casa cansada de trabajar y les pongo la cena en la mesa, ni desempeño a las mil maravillas las tareas conyugales como si no hubiera un millón de cosas que preferiría hacer. Ni defiendo sin tregua a mi hija en el colegio discutiendo con los maestros cada dos por tres para convencerlos de que no es la hija del demonio. Ni aguanto que la madre de Greg venga a comer cada domingo y escucho sus quejas sobre lo mal que cocino, sobre mi pelo, sobre mi forma de vestir y sobre la manera en que he decidido educar a Katie para luego pasarnos horas sentadas delante de la tele viendo reposiciones de sus seriales favoritos. Ni me toca siempre a mí tomarme el día libre en el trabajo cuando Katie está enferma o renunciar a los planes que tenga para echar una mano a quien convenga.