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Transmite mi afecto a la familia.

De: Steph

Para: Rosie

Asunto: Re: Mamá

Pues claro que me encargaré de mamá. De hecho, me lo montaré aún mejor y esa semana me llevaré a la familia a Connemara. ¡Pierre me arrastró a casa de sus padres por Nochebuena, así que digo yo que ahora me toca a mí!

Te mereces un respiro, Rosie. Lamento mucho que te veas obligada a ocuparte de todo. A veces me vienen ganas de coger un avión y darle una patada en el culo a Kevin. Tengo intención de hablar seriamente con él cuando vaya a Irlanda, y a lo mejor hasta quiere ver a sus sobrinos para variar.

Pásalo bien con Katie. ¡Cuesta creer que ya sea tan mayor y se parezca tanto a ti! Cuando estuvo en casa hace unos meses tenía la impresión de estar hablando contigo. Disfruta de las vacaciones con Ruby. A mí me vendrá muy bien pasar unos días seguidos con mamá.

De: Alex

Para: Katie

Asunto: Fiesta sorpresa

No sé en qué parte del mundo estás ahora mismo, pero espero que sigas consultando tu correo electrónico de vez en cuando. Puesto que tu madre cumplirá cuarenta el mes que viene y tú veintiuno, se me ha ocurrido que sería buena idea montar una fiesta para celebrar ambos cumpleaños. Pero creo que estaría bien que volaras a Dublín en secreto y que le diéramos la sorpresa de la fiesta. ¿Cómo lo ves?

Puedes invitar a todos tus amigos y también tendremos que avisar a todos los de Rosie. ¿Quizá podamos contar con Ruby para que nos eche una mano? Creo que le encantaría.

Dime si te parece buena idea.

Rosie: Cumplo cuarenta dentro de pocos días, Ruby. Cuarenta. 40.

Ruby: ¿Y qué?

Rosie: Que seré vieja.

Ruby: ¿Y entonces qué soy yo, anciana?

Rosie: Perdona, ya sabes a qué me refiero. No tenemos precisamente veinte años, ¿o sí?

Ruby: No, gracias a Dios, porque entonces tendría que volver a pasar por un matrimonio de mierda y un divorcio otra vez. Tendríamos que salir a buscar trabajo, nos sentiríamos inseguras con nuestras vidas y estaríamos preocupadas por los chicos, nuestro aspecto, el coche que conducimos, la música que escuchamos, lo que nos ponemos, si vamos o no a tal o cual club, bla, bla, bla. ¿Qué tiene de bueno ser veinteañera? Yo la llamo la edad materialista. La edad en que pierdes el tiempo con sandeces. Luego te caen los treinta encima y pasas la siguiente década tratando de compensar la de los veinte. Pero ¿los cuarenta? Esos años son para disfrutarlos.

Rosie: Hmmm, no está mal visto. ¿Para qué son los cincuenta?

Ruby: Para enmendar lo que fastidiaste en los cuarenta.

Rosie: Fantástico. Me muero de ganas.

Ruby: No te preocupes, Rosie. No tienes que hacer muchos aspavientos porque la tierra haya dado la vuelta al sol una vez más. A estas alturas, tendríamos que darlo por supuesto. Dime, ¿qué te gustaría hacer para celebrar tus cuarenta?

Rosie: Nada.

Ruby: Buen plan. ¿Por qué no vamos al pub de mi calle el viernes a tomar unas cuantas copas de más?

Rosie: Me parece perfecto.

Ruby: Espera, espera un momento. Esa noche también es el cumpleaños del hermano de Teddy y nos reúne a todos en el Hotel Berkeley Court.

Rosie: ¡Oh, qué elegante! ¡Adoro ese hotel!

Ruby: Ya lo sé, me parece que vuelve a estar metido en un chanchullo. Francamente, se diría que tendría que saber que la policía lo estará vigilando si acaba de salir de prisión. Hay personas que no aprenden nunca.

Rosie: No pasa nada. ¿Quieres que lo pasemos al sábado por la noche?

Ruby: ¡No! ¿Por qué no me recoges en el hotel y nos vamos juntas al pub?

Rosie: Vale, pero no quiero quedarme de charla toda la noche con el hermano de Teddy. La última vez que lo vi, intentó meterme mano.

Ruby: Sólo hacía unos días que había salido de la cárcel, Rosie; hazte una idea de cómo estaría.

Rosie: Dejémoslo, ¿A qué hora quieres que vaya a buscarte?

Ruby: A las ocho.

Rosie: ¡¿Estás de guasa?! ¿A qué hora empieza el sarao?

Ruby: A las siete y media.

Rosie: ¡Ruby! ¡Tendrás que quedarte un rato más! ¿Cómo quieres que me presente al cabo de media hora para llevarte conmigo a otra parte? ¡Pensarán que soy una ordinaria! Llegaré a las nueve y media. Al menos así tendrás un par de horas.

Ruby: ¡No! ¡Tienes que llegar a las ocho!

Rosie: ¿Por qué?

Ruby: Pues porque resulta que la fiesta es en la suite del ático del Hotel Berkeley Court.

Rosie: Oh, Dios mío, ¿por qué no me lo habías dicho? Estaré allí a las siete y media.

Ruby: ¡No! A esa hora no puedes.

Rosie: ¿Qué te pasa? ¿Por qué no puedo?

Ruby: Porque no estás invitada y pensarán que eres una caradura si apareces así, por las buenas. Si vienes a las ocho podrás echar un vistazo a la suite antes de que nos marchemos.

Rosie: Pero me apetece pasar un buen rato en esa suite. ¿Tienes idea de lo que significaría para mí?

Ruby: Sí, claro…, pero, sintiéndolo mucho, no puede ser. Además, en cuanto conozcas al resto de la familia de Teddy querrás salir por piernas.

Rosie: Vale, pero espero que sepas que me estás partiendo el corazón. Y no me importa lo que digas, cualquier cosa del baño que no esté clavada a la pared irá a parar a mi bolso. ¡De hecho, creo que voy a llevarme la cámara!

Ruby: Rosie, es una fiesta de cumpleaños. Seguro que habrá un montón de gente con cámaras.

Rosie: Sí, ya, pero así también sacaré algunas fotos para Katie. Le encantará ver el sitio. Confiaba en que pudiera venir, pero al final no ha podido. Cumple veintiuno dentro de pocas semanas y me hubiese gustado que celebráramos juntas los dos cumpleaños, pero por desgracia no será así. Mamá vuelve a irse unos días a casa de Stephanie, así que tampoco estará. Me fastidió un poco al principio, pero últimamente ha estado tan enferma que no quise armar un escándalo. Me alegra que se vea con ánimos de viajar, es buena señal.

O sea, que volveremos a estar solas tú y yo. ¡Pero al menos este año podré espiar a hurtadillas la suite del ático! Robaré unas cuantas ideas para cuando tenga mi hotel. ¡Qué gusto!

Ruby: Me muero por ver la cara que pondrás, Rosie. Te espero a las ocho en la habitación 440.

Suite del ático

440

¡SORPRESA, ROSIE!

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, ROSIE Y KATIE!!

Felices cuarenta, Rosie.

Pasé un fin de semana maravilloso con tu fiesta. Conseguimos sorprenderte, ¿verdad? Me partía el corazón fingir que me iba a casa de Stephanie, pero mereció la pena ver la cara que pusiste (y los lagrimones que soltaste). Alex lo organizó todo. Es un hombre encantador, Rosie. ¡Lástima que tenga esa esposa! ¿Sabes una cosa? Cuando erais niños siempre pensé que acabaríais juntos. Qué tontería, ¿no?

En fin, gracias, gracias, gracias por ser una hija maravillosa y por todo lo que me has ayudado estos últimos años. Tu padre estaría orgulloso de ti. ¡Me aseguraré de contárselo todo sobre ti cuando lo vea!

Eres una chica encantadora, Rosie. ¡Tu padre y yo lo hicimos bien!

Con todo mi amor,

Mamá

Capítulo 48

¡Feliz cumpleaños, mamá!

¡Has llegado a los setenta y estás tan guapa como siempre! Te sacaremos del hospital tan pronto como podamos. Mientras tanto, ¡aquí tienes unas uvas para que te pongas enferma de verdad!

Te quiero mucho, mamá.

Rosie

Hola, Kev. Soy Steph. SMS xque no contestas. Quizá quieras ir a Connemara ahora. Ha llegado la hora.

Hola, cielo, habla con tu padre cuanto antes. Te ha comprado billete a casa mañana. Poca antelación pero abuela pregunta x ti. Kev irá aeropuerto y t acompañará. Hasta mañana. Besos, mamá.

Dunne (nacida O'Sullivan) (Connemara, Co. Galway y antes Dundrum, Dublín 10) – Alice, amada esposa de Dennis y amante madre de Stephanie, Rosie y Kevin; sus nietos Katie, Jean-Louis y Sophia, su yerno Pierre, su hermano Patrick y su cuñada Sandra la echarán de menos. Hoy a las 16.45 se cierra la capilla ardiente en el tanatorio de Stafford para acto seguido celebrar el funeral en la iglesia de Oughterard, Connemara. Descanse en paz.

«Ar dheis lamh De go raibh a anam uasal.»

ÉSTAS SON LAS ÚLTIMAS VOLUNTADES, con fecha 10 de septiembre de 2000, de ALICE DUNNE.

ESTE TESTAMENTO REVOCA todas las anteriores disposiciones testamentarias de Alice Dunne.

Si mi marido me sobrevive treinta días A ÉL LE LEGO todo mi patrimonio y lo nombro mi albacea testamentario. Si mi marido no me sobrevive treinta días deberán aplicarse las siguientes disposiciones:

I. NOMBRO a Rosie Dunne (en lo sucesivo «mi albacea») como mi albacea testamentaria para que obre en mi nombre a todos los efectos de las leyes de la propiedad, de transmisiones patrimoniales y de sucesiones hereditarias.

2. LEGO a mi albacea el conjunto de mi patrimonio en fideicomiso para que lo liquide (con autoridad para posponer dicha liquidación en su totalidad o parcialmente durante el tiempo que estime conveniente) y haga efectiva su liquidación con arreglo a las disposiciones siguientes que se detallan a continuación…

Tiene un mensaje instantáneo de: STEPH

Steph: ¿Qué tal lo lleva mi hermana pequeña?

Rosie: Hola, Steph. No estoy segura. Mi mundo está envuelto en un silencio extraño e inquietante últimamente. Me sorprendo conectando la tele y la radio para que haya ruido de fondo. Katie tuvo que volver a su trabajo; la gente ha dejado de llamar y visitarme para darme el pésame. Todo se va calmando y me quedo con este silencio.