No sé qué hacer los días de fiesta. Estoy tan acostumbrada a montar en el autobús para ir a ver mamá… La vida me resulta extraña, ahora. Antes ella hacía que me sintiera segura, incluso viéndola en cama y con aspecto frágil y debilitado. Es lo que hacen las madres, ¿no? Su mera presencia sirve de apoyo. Y aunque en sus últimos tiempos fuera yo quien la mimaba a ella, en cierto modo seguía cuidando de mí. La añoro.
Steph: Yo también, y en los momentos más inesperados. Al volver a la rutina cotidiana es cuando realmente te das cuenta. Tengo que seguir recordándome que cuando el teléfono suena no será ella. O de repente tengo un momento libre y cojo el teléfono para llamarla y entonces recuerdo que no la puedo llamar. Es una sensación muy extraña.
Rosie: Kevin sigue estando de morros conmigo.
Steph: No le hagas ningún caso. Está de morros con el mundo entero.
Rosie: Pero igual lleva razón, Steph. Mamá me ha puesto en una posición muy incómoda legándome la casa. Quizá debería venderla y repartir el beneficio entre los tres. Sería más justo.
Steph: Rosie Dunne, no vas a vender esa casa por Kevin ni por mí. Te la dejó por una razón. Kev y yo estamos seguros económicamente, ambos tenemos casa. No necesitamos la de Connemara. Mamá lo sabía y por eso te la legó. Trabajas más duro que nosotros dos juntos y aun así no estás en condiciones de salir de ese piso. Naturalmente no te dije nada, pero mamá lo habló conmigo y estuve de acuerdo. Es lo mejor. No hagas caso a Kevin.
Rosie: No sé, Steph; no estoy muy cómoda así…
Steph: Rosie, créeme, si tanto necesitara ese dinero te lo diría y encontraríamos una solución. Pero no lo necesito. Y Kevin tampoco. Tampoco es que se olvidara de nosotros en el testamento. Ambos estamos bien, de verdad. La casa de Connemara te pertenece. Haz con ella lo que desees.
Rosie: Gracias, Steph.
Steph: De nada. Dime, ¿qué vas a hacer ahora que estás sola? Odias estar sola. ¿Te apetece venir a pasar una temporada con nosotros?
Rosie: No, gracias, Steph. Tengo que trabajar. Voy a entregarme a mi empleo en cuerpo y alma y a convertir ese maldito hotel en el mejor del mundo.
Grand Tower Hotel
Toser Road,
Dublín I
Apreciado señor Cronin Ui Cheallaigh:
Tras la visita efectuada al Grand Tower Hotel, el Departamento de Obras Públicas le envía una orden de emergencia debido al inminente riesgo de peligro para la vida, la seguridad y la salud de los ocupantes.
Tras dicha visita, el Departamento de Inspección de Edificios registró más de cien incumplimientos de la normativa vigente, con la inclusión de la ausencia de detectores de humo, insalubridad de las conducciones de agua e instalación eléctrica deficiente. Los cuartos de baño son antihigiénicos y durante nuestra visita se vieron roedores en las cocinas.
Según nuestros archivos, ha recibido usted numerosos avisos a lo largo de los años para mejorar el mantenimiento del edificio y se le ha aconsejado que efectuara las mejoras necesarias para continuar explotando el edificio como hotel. Dichos avisos han sido pasados por alto y no tenemos más remedio que proceder a cerrar el establecimiento.
No obstante, los negocios de la planta baja pueden seguir abiertos.
Por favor, póngase en contacto con nuestras oficinas a la mayor brevedad. Adjuntamos en hoja aparte las Normativas de Seguridad e Higiene correspondientes.
Atentamente,
Adam Delaney
Oficina de Obras Públicas
De: Katie
Para: Mamá
Asunto: Tu trabajo
He sentido mucho enterarme de que te has quedado sin trabajo. Me consta que lo detestabas, pero aun así nunca resulta agradable tener que marcharse de un sitio por decisión de un tercero. No he conseguido localizarte por teléfono: o te has pasado todo el día hablando o te lo han cortado. En cualquier caso, he pensado en mandarte este e-mail. Se me olvidó por completo decirte que cuando regresé a Dublín después del funeral, Comosellame vino a verte al piso.
No quise llamarte porque bastante disgusto tenías ya, así que le recogí el recado. Me entregó unas cartas para ti que había recibido en su casa y dijo que esperaba que te sirvieran de ayuda ahora que tus padres no estaban. Dijo que entendía cómo te sentías porque su madre murió el año pasado y no quería ser la causa de tu soledad.
Parecía sincero aunque, tratándose de él, una no sabe nunca a qué atenerse. Fue raro verlo después de tantos años. Ha envejecido mucho. En fin, espero que lo que haya en esos sobres no sea demasiado importante, pero de todos modos espero que me lo cuentes. Los dejé en el cajón de debajo de la vitrina del comedor.
El doctor Reginald amp; Miranda Williams
invitan a Rosie Dunne a la celebración
del enlace entre su querida hija
Bethany
y el
doctor Alex Stewart
en la
Capilla de la Universidad de Harvard
el 28 de diciembre a las 14 h
y a la recepción en el
Boston Harbor Hotel
SRC Miranda Williams
Rosie:
Mañana regreso a Boston, pero antes de irme quería escribirte esta carta. Todas las ideas y sentimientos que han estado bullendo dentro de mí por fin se están derramando a través de esta pluma y voy a dejarte esta carta para que no tengas la impresión de que te estoy presionando demasiado. Comprendo que necesitarás tu tiempo para tomar una decisión sobre lo que voy a decirte.
Sé lo que está pasando, Rosie. Eres mi mejor amiga y veo la tristeza que hay en tus ojos. Sé que Greg no se ha marchado este fin de semana a trabajar. Nunca has podido mentirme, siempre se te ha dado muy mal. La mirada te traiciona una y otra vez. No finjas que todo es perfecto, porque veo que no lo es. Veo que Greg es un hombre egoísta que no tiene la más remota idea de lo afortunado que es y eso me pone enfermo.
Es el hombre más afortunado del mundo al tenerte a su lado, Rosie, pero no te merece y tú te mereces a alguien mejor. Te mereces a alguien que te ame con todo su corazón, alguien que piense en ti constantemente, alguien que pase cada minuto de cada día preguntándose qué estás haciendo, dónde estás, con quién estás y si estás bien. Necesitas a alguien que te ayude a hacer realidad tus sueños y que sepa protegerte de tus temores. Necesitas a alguien que te trate con respeto, que ame cada parte de ti, sobre todo tus defectos. Deberías estar con alguien que supiera hacerte feliz, realmente feliz, que te hiciera sentir en las nubes de tanta felicidad. Alguien que no tendría que haber dejado escapar la oportunidad de estar contigo años atrás en lugar de asustarse y dejarse dominar por el miedo a intentarlo.
Ya no estoy asustado, Rosie. No me da miedo intentarlo. Ya sé qué era ese sentimiento que me embargó el día de tu boda: eran celos. Se me partió el corazón cuando vi a la mujer que amo alejarse de mí por el pasillo con otro hombre, un hombre con quien había planeado pasar el resto de su vida. Para mí fue como una sentencia a cadena perpetua: me aguardaban un montón de años en los que no podría decirte lo que sentía ni abrazarte como deseaba.
Dos veces hemos estado de pie ante el altar, Rosie. Dos veces. Y las dos veces nos hemos equivocado. Necesitaba que estuvieras allí el día de mi boda, pero fui tan estúpido que no me di cuenta de que necesitaba que fueras tú la razón para celebrarla.
Nunca debí dejar que tus labios se apartaran de los míos aquella vez hace tantos años en Boston. No debí apartarme. No debí caer presa del pánico. No tendría que haber desperdiciado todos estos años sin ti. Dame una oportunidad y te resarciré. Te amo, Rosie, y quiero estar contigo y con Katie y Josh. Siempre.
Piénsalo, por favor. No desperdicies tu tiempo con Greg. Esta es nuestra oportunidad. Dejemos de tener miedo y arriesguémonos. Prometo hacerte feliz.
Con todo mi amor,
Alex
Capítulo 49
De: Ruby
Para: Rosie
Asunto: ¿Estás bien?
Llevo casi dos semanas sin saber de ti, debe de ser la vez que hemos estado más tiempo incomunicadas. ¿Va todo bien? Pasé a verte por el piso y Rupert me dijo que te habías marchado a Galway. Has hecho las maletas y te has ido sin despedirte: tiene que estar pasando algo. ¿Hasta cuándo tienes pensado quedarte ahí y por qué no le has dicho nada a nadie? Obviamente, el teléfono de tu madre ya no está conectado y no sabía dónde localizarte. Entiendo que seguramente necesitas un poco de tiempo para ti misma. Quedarse sin padres resulta muy duro. Por más que me queje de cómo eran los míos, me fue muy difícil asimilar su pérdida. Ya sé que siempre me lo tomo todo a guasa, pero hablo muy en serio al decirte que cuentes conmigo, Rosie, si necesitas a alguien con quien hablar, un hombro sobre el que llorar o incluso a alguien a quien gritarle.
Podría decir que lamento que hayas perdido tu empleo en el hotel, pero mentiría. Tú eras mucho mejor que ese hotel, tenías sueños más grandes que iban mucho más allá de aquellas paredes a punto de desmoronarse. Ahora tienes el mundo (una vez más) a tus pies. Por favor, dime que estás bien o me plantaré ahí para comprobarlo con mis propios ojos. Y esto no es una amenaza, es una promesa.
Bienvenidos al salón de charla de los Alegres Dublineses Divorciados. En este momento hay tres personas on-line.
DamaSolitaria: El tipo de mi grupo de lectura ayer me pidió para salir. En plan cita. Este fin de semana. Sólo él y yo. Pero no sé…
FlorSilvestre: ¿Qué es lo que no sabes?
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