¡Fenómeno! Calificativo de algo excelente, bello o brillante.
Famballén. Nombre del portero o guardián de los objetos rituales en el culto ñáñigo.
G
Guagua. Ómnibus.
Guajiro. Campesino.
Guarapo. Jugo de la caña de azúcar.
Guardarraya. Calle en los plantíos de caña.
Guariao. Ave obscura que vive en la cercanía de las lagunas.
Guasasas Moscas diminutas de Cuba.
Guinea. Nombre con que muchos negros de Cuba siguen designando el África.
Güiro. Instrumento de percusión, consistente en una larga calabaza estriada que se rasa con una varilla.
Guizazo. Planta cuyas semillas, guarnecidas de espinas, se adhieren al pelo de los animales, a las ropas, etc.
H
Home. Parte del terreno de base-ball o juego de pelota en que se sitúa el bateador.
Horcón. En los bohíos, madero fijo en el suelo, en cuya cabeza van sentadas las vigas.
I
Ingenio. Fábrica de azúcar.
Ireme. Nombre del Diablito, en dialecto ñáñigo.
Iriampo. Comida ritual ñáñiga.
Isué. Dignatario ñáñigo.
Iyamba. Uno de los jefes máximos en las agrupaciones ñáñigas.
J
Jaba. Alforja.
Jaiba. Cangrejo pequeño de la costa de Cuba.
Jamo. Red de pescar en forma de manga.
Jíbaro. Esquivo, rústico, montaraz.
Jícara. Vasija pequeña, hecha con una media güira seca.
Jimaguas. Divinidades mellizas de la brujería afrocu-bana, figuradas en los altares por dos muñecos de madera idénticos, cuyos cuellos aparecen reunidos por un trozo de soga o cordel.
Juego. Nombre general que recibe cada agrupación o Potencia ñáñiga. Tres Juegos subsisten en Cuba, según he podido comprobarlo: el Efó-Abacara, el Ensenillén y el Enellegüellé.
Julia. Roedor, semejante a una rata grande.
L
Lengua. «Saber lengua.» Conocer el dialecto ñáñigo.
Liborio. Figura simbólica de campesino que personifica al guajiro cubano.
Libreta. Nombre del cuaderno en que aparecen anotadas, para uno de los fieles, las fórmulas rituales y expresiones más corrientes del dialecto ñáñigo.
Limpieza. Purificación de un paciente o adepto antes de someterlo a una práctica de brujería. También purificar una persona o una vivienda, para ponerla a salvo de influencias nefastas.
Lipidia. Discusión ruidosa, desavenencia, escándalo.
Llanto. «Toque de llanto.» Percusión ñáñiga, destinada a celebrar la memoria de un muerto o evocar su espíritu por medio del ritmo fúnebre.
M
Majá. Serpiente de Cuba.
Manatí. Cetáceo americano de grandes dimensiones.
Manigua. Terreno inculto, monte cubierto de maleza.
Manguá. Dinero.
Manila en el suelo. Famoso jefe de una agrupación ñáñiga, Tierra y Arrastrados, que existió en los suburbios de La Habana a fines del siglo pasado.
Marímbula. Instrumento afrocubano compuesto de teclas de metal fijas en un caja de resonancia por medio de una varilla de hierro.
Marimbulero. Tocador de marímbula.
Menear el guarapo. Azotar a un negro esclavo.
Mocha. Machete corto, de hoja ancha.
Macuba, Líquido hecho con varios ingredientes rituales, destinado a ungir los nuevos afiliados de una agrupación ñáñiga.
Mogote. Colina o monte rocoso, de forma redondeada y laderas abruptas.
Montuno. Son de melodía corta y repetida. La forma más rudimentaria del son.
Munifambá. Dignatario de Potencia ñáñiga.
Musenga. Grito de los esclavos cortadores de caña en la época colonial.
N y Ñ
Naiden. Nadie.
Nazacó. Brujo de índole particular, perteneciente a las agrupaciones ñáñigas, en las cuales figura como uno de los cuatro Obones o grandes dignatarios. Aunque una leyenda relativa a la fundación de esas agrupaciones le atribuye virtudes de hechicería, sus funciones no implican actualmente un particular conocimiento de magia. Su título de brujo tiene un valor meramente ritual
Novena. Los nueve jugadores que integran el equipo activo de un club de base-ball o juego de pelota.
Ñame. Raíz comestible del trópico.
Ñáñigo. De ñañiguismo. Asociaciones secretas de protección mutua, traídas a Cuba por los esclavos negros, y que subsisten aún, algo transformadas, en algunas poblaciones de la Isla. Sus adeptos pertenecen a las castas inferiores de la población de color de Cuba, aunque suelen contarse entre ellos algunos chinos y blancos. Se ha dicho por error que los ñáñigos practican la brujería, llegándoseles a imputar la perpetración de sacrificios humanos Pero si bien sus afiliados pueden librarse aisladamente a prácticas mágicas, la hechicería, propiamente dicha, no forma parte del ritual. En sus reuniones, los ñáñigos observan un ceremonial pintoresco y complicado, que incluye cantos, danzas y percusiones de una gran belleza. Poseen un dialecto propio: el apopa. Esta secta constituye, en suma, una suerte de masonería popular, dotada de una religión panteísta y abstracta, que mezcla el culto de Eribó -«gran fuerza que lo anima todo»- a la veneración de los antepasados.