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—Sí, por cierto. Siempre he pensado que ésa es la razón por la cual las formas de ave resultan tan difíciles. ¿Sugiere usted que el solicitante ha desarrollado una forma que se relaciona con nuestra propia ascendencia?

—Eso creo. Más aún, en su solicitud señala un nuevo uso del cambio de formas. Como el número de horas de interacción de máquina parece correlacionarse directamente con la cercanía de una forma a la herencia genética humana, podríamos explorar nuestra historia remota a través de la perturbación sistemática de formas. Cuando sospechamos que una nueva forma está emparentada con el linaje de nuestra especie, debemos buscar las perturbaciones que reducen el tiempo de interacción de máquina. Esos cambios nos llevarán más cerca de nuestra senda evolutiva. Así, este solicitante no sólo ha contribuido a la actual ciencia de la metamorfosis, sino que nos ha dado una nueva herramienta para examinar nuestra herencia evolutiva.

Hubo cuchicheos excitados alrededor de la mesa. Capman rara vez hacía comentarios personales sobre una petición. Dejaba que el comité realizara sus propias evaluaciones y recomendaciones. Sus elogios tenían peso. La nueva forma fue rápidamente aprobada, y el eufórico solicitante recibió las felicitaciones formales del comité.

Se fue flotando de alegría, y por buenas razones. La adopción de sus formas por parte de la CEB, como Programas Tipo 1, lo convertía instantáneamente en millonario, tanto en riyals terrícolas como en los nuevos dólares de la FEU.

En cuanto se fue el solicitante, Capman volvió a imponer orden.

—Por hoy hemos concluido con el examen de peticiones. Pero hay un asunto de excepción que quiero analizar con ustedes antes de irnos. No podemos resolverlo ahora, pero quiero que ustedes lo analicen durante estas semanas, antes de nuestra próxima reunión.

Hizo una seña a una secretaria, quien le entregó una pila de carpetas delgadas. Capman las distribuyó entre los miembros del comité.

—Éstas contienen algunos detalles de una petición excepcional que recibimos la semana pasada. No ha pasado por el proceso de selección convencional porque tras echarle un vistazo decidí que la analizáramos directamente en este comité. Tiene un promedio de vida cercano al 1,3.

Hubo un repentino silencio. Los miembros del comité que estaban ordenando sus papeles para irse se quedaron quietos y miraron a Capman.

—El solicitante no enfatiza esto —continuó Capman—, pero el uso constante de esta forma podría aumentar la expectativa de vida promedio a casi un siglo y medio. La apariencia de la forma es normal en lo exterior. Los cambios se producen principalmente en la médula oblonga y las glándulas endocrinas.

En el otro extremo de la mesa, Richter volvió a levantar la mano.

—Señor presidente, recomiendo gran cautela para hacer comentarios sobre esta forma fuera de este comité. No sabemos cómo reaccionaría el público ante la probabilidad de aumentar la expectativa de vida en un treinta por ciento. Se crearía un caos.

Capman asintió.

—A eso iba a referirme. Y hay otra razón más por la cual debemos encarar esta forma con sumo cuidado. Como muchos de ustedes saben, también trabajo como consultor y asesor técnico de los coordinadores generales. Poniéndome en ese papel, esta solicitud casi me preocupa. El uso difundido de cualquier forma con un promedio de vida tan alto podría elevar la población de la Tierra a más de veinte mil millones de habitantes. No podríamos resistir semejante nivel. Si Dolmetsch está en lo cierto, ya estamos llegando al límite absoluto de equilibrio demográfico.

Cerró su libreta.

—Por otra parte, no sé si tenemos derecho a anular una petición con tales argumentos. Supuestamente el solicitante conoce sus derechos legales. Me gustaría tener la opinión de ustedes el mes que viene, cuando todos hayan tenido tiempo de reflexionar. Se levanta la sesión.

Se despidió de los participantes con una sonrisa, recogió sus papeles y salió deprisa. Cuando se marcharon los demás miembros del comité, los secretarios se quedaron para ordenar y comparar sus notas. El más joven examinó sus grabaciones y las comparó con la transcripción escrita.

—Tengo una aceptación directa, dos aceptaciones condicionales sujetas a nuevas verificaciones, dos a ser continuadas con becas de investigación. Si mi cuenta es correcta, nos quedan quince rechazos.

—De acuerdo. Es curioso, pero los porcentajes siempre parecen ser iguales, no importa cuáles sean las peticiones. —La muchacha rubia intentó agitar las pestañas y fruncir los labios. Obtener la forma exterior de las variaciones Marilyn era bastante fácil, pero las afectaciones requerían mucha práctica—. ¿Cómo me ha salido?

—No está mal. Estás mejorando, pero aún no lo has logrado. Te avisaré cuando sea perfecto. Oye, ¿crees que deberíamos tomar notas sobre las formas rechazadas? Hay por lo menos una que merecería un comentario.

—Lo sé. El solicitante que intentaba desarrollar una forma con ruedas. No sé qué pondríamos en las transcripciones. ¿«Risa generalizada y mal disimulada entre los miembros del comité»? Les costó bastante dominarse cuando ese hombre se puso a brincar y rodar por la habitación. Quizá sea mejor no decir nada. Me pregunto por qué alguien se toma tanto trabajo para ponerse en ridículo.

—Vamos, Gina, ambos sabemos por qué.

—Oh, tienes razón. El dinero siempre tiene ese efecto.

Desde luego.

¿Le gustaría ser rico, rico de verdad? ¿Por qué no desarrolla una nueva forma que cautive al público? Cada usuario le pagará una regalía…

Parecía fácil, pero no lo era. Todas las formas simples habían sido exploradas tiempo atrás. Los especialistas exploraban constantemente variaciones más exóticas y dificultosas. Cada proposición tenía que satisfacer los exigentes requisitos del comité de peticiones, y sólo una en un millón daba en el clavo.

La CEB le venderá un paquete experimental de bajo coste. Incluye todo lo que usted necesita para crear su propio programa de cambio de formas…

Pocos de los entusiastas que firmaban un contrato para experimentar con cambios de forma se molestaban en leer la letra pequeña: La CEB no se responsabiliza por expectativas de vida reducidas, daños físicos o realimentación físico-mental inestable resultante de experimentos en cambio deforma realizados con equipo de la CEB.

Para el individuo en un millón que tenía la inteligencia o la suerte de dar con una forma destinada al éxito, aún quedaba una trampa oculta: esa forma sólo se podía comercializar a través de la CEB. Las regalías se incluían en los precios de la CEB, y la compañía ganaba más dinero que el creador del producto.

Rara vez se publicaban las estadísticas. Experimentadores licenciados en cambio de forma: 1.500.000. Personas que habían llegado a millonarias gracias a la invención de nuevas formas: 146. Muertes anuales causadas por experimentos en cambio de forma: 78.000. Los experimentos en cambio de forma eran un negocio arriesgado. Los secretarios no lo advertían, pero en la selección final ellos sólo veían a los más escogidos: los que aún podían hablar y caminar. Menos de uno de cada cincuenta llegaba al comité. Muchos de los fracasados terminaban en los bancos de órganos.

—Tendríamos que incluir una síntesis de la propuesta sobre el test de humanidad, Gina.

—Supongo que sí. Bosquejé una breve declaración mientras ellos debatían. ¿Qué te parece esto? «La propuesta de que el test de humanidad se realizara a los dos meses, y no a los tres meses, quedó pendiente de los nuevos resultados.»

—Creo que se requieren más detalles. El doctor Capman señaló el revuelo que el actual test de humanidad causó entre los grupos religiosos cuando se introdujo. La CEB tuvo que demostrar su éxito en cien mil casos experimentales antes de que el consejo pudiera aprobarlo.