Mientras PROTEO DESENCADENADO es, esencialmente, una buena aventura espacial en la cual Sheffield detalla algo más el proceso del cambio de formas que sostiene la serie, ASCENSO DE PROTEO marca para mí el sentido final de este conjunto de novelas y, también, de los objetivos de Sheffield al escribir narrativa de ciencia ficción.
Ya desde mi primera lectura de ASCENSO DE PROTEO (y llevo tres…), el personaje de Robert Capman me pareció de gran importancia, algo así como el equivalente de Hari Seldon, el mítico eje de referencia de la serie de la Fundación de Asimov. Robert Capman y la tecnología joviana, que aparecen en la primera novela, de esta serie, son, posiblemente, la versión de Sheffield de los recursos clásicos que han utilizado autores como Asimov (un personaje que está en la base de todo y que actúa de referencia última como Seldon o Capman) y Clarke (una tecnología desconocida y, por ello, misteriosa como la de Rama, los jovianos o los ignotos constructores de la serie del Universo Heredado de Sheffield). Como era de esperar, Capman volverá a la serie en PROTEUS IN THE UNDERWORLD y, tal vez, en futuras novelas.
Pero el lector no debería llevarse a engaño. El carácter de serie que estoy confiriendo a estas novelas no elimina su condición de narraciones separadas e individualizadas. La serie de Proteo no ha sido concebida como una única narración en varios volúmenes. Cada una de las novelas resulta completa y cerrada en sí misma. El único eje que hasta ahora las unifica es la tecnología del cambio deformas y el protagonismo central y explícito de Behrooz Wolf.
ASCENSO DE PROTEO se publicó en 1978 y, al parecer, durante casi diez años, Sheffield no le prestó la menor atención. En 1988 apareció PROTEO DESENCADENADO, que recoge la participación de un Behrooz Wolf más cansado y humanizado, pero la nueva novela parecía abandonar algunos de los elementos que a mime habían llamado la atención en ASCENSO DE PROTEO. Siete años más tarde, en 1995, PROTEUS IN THE UNDERWORLD recupera esos elementos (Capman y la tecnología joviana) y, aunque no voy a hablar aquí de esta última novela, creo que deja, la puerta abierta a nuevas especulaciones en torno al cambio de formas y a cómo un «condicional contrafáctico» [en la expresión tan querida por Agustín Jaureguizar] podría cambiar la vida del ser humano: eliminación de la medicina, problemas para saber quién es un ser humano, el Test de Humanidad, etc.
Todos los elementos citados reafirman el interés de esta obra de Charles Sheffield quien, no hay que olvidarlo, se comporta como un verdadero maestro al narrar escenas de acción. El conjunto ofrece casi la garantía de una diversión inteligente, como es usual en la mejor ciencia ficción. Una razón más para asociar el nombre de Sheffield a los de Asimov, Clarke o Heinlein.
Para finalizar, un comentario sobre la traducción. Unir dos novelas en un solo volumen cuando una de ellas está ya traducida supone no pocos problemas. Rafael Marín Trechera se ha prestado a leer la traducción existente de ASCENSO DE PROTEO, realizada años ha por Carlos Gardini, y, teniendo en cuenta lo leído, emprender con estilo y vocabulario similares la traducción de PROTEO DESENCADENADO. En sus notas, Rafael me recordaba que hay en este volumen muchas citas de Shakespeare (las repetidas citas del «Bardo» inmortal son un vicio del protagonista) y, también, que no dejara de mencionar que el diminutivo del protagonista «Bey Wolf» se pronuncia casi igual que el nombre de Beowulf, el héroe mítico de las sagas. Hecho.
Y nada más. Si ASCENSO DE PROTEO resulta brillante por sus ideas, PROTEO DESENCADENADO es absorbente por su ritmo y aventuras. Un ejemplo del por qué, a finales de siglo, la comparación habitual entre Clarke y Sheffield resulta, en opinión de algunos, injusta con Sheffield, quien parece claramente capaz de superar al maestro Clarke, si es que no lo ha conseguido ya.
MIQUEL BARCELÓ