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– Mi trabajo de escribir. He comenzado un nuevo libro.

– ¿De verdad? ¿De qué tipo?

– Una novela de misterio.

– Bien -dijo él sonriendo-. ¿Cuándo lo empezaste?

– Mientras te esperaba.

– ¿Quieres decir allí en comisaría?

– Sí.

– Déjame verlo.

Ella le tendió un pedazo de papel. Estaba cubierto de letra pequeña escrita con un lápiz muy afilado.

Ellery leyó:

«El señor Ellery Queen estaba sentado en el escritorio de su enorme estudio. Las paredes de este sanctum de todos los sanctums estaban llenas de libros raros, tomos antiguos con cubiertas exquisitamente trabajadas. Sobre el escritorio, al lado del enorme libro que estaba estudiando, había sólo un dictógrafo, tres teléfonos y una radio de onda corta».

– ¿No querrías decir un dictáfono? -preguntó Ellery Queen.

Nikki sonrió.

– Nunca he sabido distinguirlos.

Ellery continuó leyendo.

«Esa tarde, llevando como de costumbre su chaqueta recién planchada, el señor Queen estaba absorto en un enorme volumen forrado de cuero del Novum Organum de Francis Bacon. La copia que tenía ante sí era una primera edición publicada en 1620, que representaba perfectamente sus gustos.

»Sobre el puente de la aristocrática nariz del señor Queen se sujetaban ligeramente unos quevedos».

– ¡Unos quevedos, no! ¿Quieres convertirme en un repelente?

Nikki le miró críticamente.

– Estarías bastante bien -decidió.

– ¡Ah! -murmuró el señor Ellery Queen, mientras se sacaba de entre los labios un largo cigarro negro No he fumado un cigarro en mi vida dijo-. Cigarrillos y una pipa, pero…

– Pero, Ellery -protestó Nikki, abriendo mucho los ojos-, no pensarás que haya alguien que quiera leer sobre ti tal como eres, ¿verdad?

Ellery miró profundamente dentro de sus oscuros ojos.

«¡No era extraño que le hubiera hecho comportarse como un idiota!», pensó.

– Nikki.

– ¿Sí?

Le cogió ambas manos entre las suyas.

– Nikki, yo… -se paró.

– ¿Qué sucede, Ellery? -ella respiraba un poco más deprisa.

Sus ojos estaban serios ahora. ¡Qué grandes eran! ¡Qué oscuros! Hermosos ojos.

– Sé que no tengo derecho a pedírtelo, pero…

– ¿Sí?

– ¿Querrás…?

– ¿Sí?

– ¿Querrás ser mi…?

– ¿Sí? ¿Sí, Ellery?

– ¿Querrás ser mi… secretaria?

Ellery Queen

***

[1] Palisades: nombre propio de los acantilados de la orilla occidental del río Hudson. (N. del T.)

[2] En latín, «ratón, ratoncito». (N. del T.)

[3] Juego de palabras basado en la ortografía similar de las palabras «prig» pedante y «pig» cerdo. (N. del T.)

[4] Juego de palabras intraducible. «To stand guard» hacer guardia. («Stand» estar de pie.) «To sit guard» hacer guardia sentado. (N. del T.)

[5] Juego de palabras intraducible basado en el significado de las palabras «up», arriba, y «down», abajo, de las frases hechas: «To be up to» y «To get down so», de parecido significado. (N. del T.)

[6] Frase hecha (refrán). (N. del T.)