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– Tengo un ejemplar de su edición anotada en casa, pero su nueva bibliografía podría serme muy útil. La mayoría de libros sobre este tema se publicaron durante la Revolución Cultural, y las fuentes de información fueron muy limitadas. Es usted el único que ha continuado documentándose; seguro que dispondrá de mucha información reciente.

– He estado trabajando en un ensayo sobre la obra de Mao, pero aún no está acabado. En cuanto a información nueva, me temo que no hay demasiada.

– Estoy impaciente por leerlo -dijo Chen. Sin embargo, tratándose de un ensayo pensado para su publicación en China, cabía suponer que el material «nuevo» sería escaso. Y tampoco le proporcionaría los datos que buscaba-. En cuanto a la traducción de un poema, el primer paso consiste en saber interpretarlo. El poema que Mao escribió pensando en la fotografía de la señora Mao, por ejemplo, podría ser un poema personal.

– «Inscripción en una fotografía de la Cueva Celestial en las montañas Lu, tomada por el camarada Li Jin.» -Long empezó a recitar el poema de memoria, sosteniendo una pinza de cangrejo como si fuera un trozo de tiza-. «En la creciente oscuridad se alza un pino, recio, erecto, / sereno, bajo nubes desenfrenadas que avanzan rápidamente. / ¡Es una cueva encantada, nacida de la naturaleza! / La belleza inefable llega a su cima más peligrosa.»

– En los sesenta, el poema se interpretó como una toma de postura revolucionaria contra el imperialismo y el revisionismo: las nubes desenfrenadas simbolizaban las fuerzas reaccionarias, y también constituían un ejemplo de la cercanía entre Mao y la señora Mao -explicó Chen, cogiendo una pata de cangrejo y, como Long, sosteniéndola a modo de tiza-. Después de la caída de la Banda de los Cuatro, a la señora Mao se la consideró mierda de perro; entonces se dijo que el poema era simplemente la expresión del espíritu revolucionario de Mao, y que no tenía nada que ver con su esposa. Sin embargo, circula una interpretación reciente de Wang Guangmei. Long no necesitaba que le explicaran quién era Wang Guangmei. Todo el mundo había oído hablar de la esposa de Liu Shaoqi, el presidente ya fallecido de la República Popular China-. Según cuenta Wang, Mao la invitó a nadar. Después almorzaron juntos sin esperar a la señora Mao, y ésta se mosqueó. Para apaciguar a su esposa, Mao escribió un poema inspirado en su fotografía.

– Sí, he oído hablar de eso -respondió Long, asintiendo con la cabeza mientras contemplaba la carne blanquísima y el ovario rojo brillante de un cangrejo hembra que acababa de abrir-, pero no creo que la historia sea fidedigna. Mao no le habría contado nada a nadie sobre aquella ocasión. Y tampoco lo habría hecho la señora Mao. Tal vez sea una suposición de Wang, quien puede que aún le guarde rencor a Mao. Es muy comprensible. Después de todo, su marido fue perseguido hasta la muerte durante la Revolución Cultural.

– Cierto. Aun así, y pese a que la señora Mao era una bruja superficial, Mao también lo podría haber escrito como un hombre que piensa en su mujer, en un momento de pasión. No hace falta buscar siempre una interpretación política, ¿no le parece?

– Es verdad, pero ¿en qué puedo ayudarle yo, inspector jefe Chen?

– Ayúdeme a comprender el contexto de estos poemas, para hacer una interpretación fiable. En agradecimiento, mencionaré su ayuda en el proyecto, y añadiré en el prólogo que mi traducción está basada en sus estudios.

– No es necesario…

– Además, le pagaré el diez por ciento de los derechos de autor, tanto aquí como en el extranjero.

– Eso me parece excesivo, inspector jefe Chen. Sea más específico y dígame lo que necesita.

– Continuemos analizando el poema en honor de la señora Mao. Me han hablado de otra interpretación, una interpretación erótica. En la literatura clásica china, una «cueva encantada» puede ser una metáfora de…, bueno, ya sabe de qué. El viaje a la cima peligrosa está aún más cargado de significación sexual. El hecho de que fuera un poema escrito por un marido a su mujer se presta a esta interpretación, aunque la señora Mao lo utilizara después para provecho político.

– No, ésa no es la manera de interpretar un poema.

– Sin embargo, es imposible pasar por alto ciertas imágenes. El pino recio y erecto, en la oscuridad. Por si no bastara, ¿qué me dice de la imagen de las nubes que pasan a toda velocidad? Ya conoce el significado de las nubes y la lluvia en la literatura clásica china. Finalmente, se menciona una cima peligrosa al final del poema. Mao no era joven por aquel entonces. Puede que no le hubiera sido tan fácil llegar a la cima, y ya sabe a lo que me refiero.

– ¡Eso es totalmente absurdo!

– No para un poeta romántico, después de una noche de nubes y lluvia, ante la magnífica vista de las montañas Lu. ¿Tan difícil de creer es?

– El poema lo escribió en 1961. Mao y la señora Mao dormían en habitaciones separadas desde mucho antes de esa fecha. Nunca vivieron juntos en el Mar del Sur Central. ¿Por qué iba Mao a escribir un poema como éste para su esposa, así de repente?

– Bueno, tal vez tras un encuentro inesperado o una reconciliación en lo alto de las montañas… Mao sabía muy bien que no podía escribir sobre una noche así de forma explícita…

– Forma parte de nuestra tradición poética escribir sobre un cuadro, o sobre una fotografía, a modo de cumplido, o como comentario. La gente no debería buscarle significados ocultos. Creo que eso es todo lo que puedo decirle.

– Está bien, Long. Dejemos a un lado ese poema por el momento y fíjese en este otro. «Sobre la fotografía de una miliciana.» No es un poema difícil. También pertenece a la tradición poética de escribir sobre una fotografía. Durante mi época de estudiante, incluso convirtieron este poema en canción.

– Sí, aún recuerdo la melodía. -Long se levantó, ansioso por cambiar el rumbo de la conversación-. «Valiente y hermosa, lleva a hombros un rifle de metro y medio, / en la plaza de armas iluminada por los primeros rayos del sol. / Es una muchacha china de aspiraciones extraordinarias, / prefiere su atuendo militar a las prendas lujosas.»

– Lo canta muy bien -dijo Chen, blandiendo meditabundo una pata de cangrejo como si de una batuta se tratara.

– Mao dijo que todos los chinos, sin excepción, deberían ser soldados. La fotografía plasmaba este espíritu heroico. El poema fue una magnífica fuente de inspiración para el pueblo en la década de los sesenta.

– ¿Sabe algo acerca del contexto, acerca de la identidad de la miliciana del poema?

– Bueno, ciertas historias no deberían tomarse demasiado en serio.

– Por lo que sé, Long, Mao escribió el poema para complacer a aquella miliciana.

– No, eso son sólo habladurías. Muéstreme un poema, cualquier poema que elija, y yo podría afirmar que fue escrito para alguien en concreto e inventarme alguna historia rocambolesca.

– Sin embargo, el dato apareció en un periódico oficial. La identidad de la miliciana, quiero decir.

– Siento no poder ayudarlo -respondió Long sin titubear, ostensiblemente preocupado y mirando de reojo de un lado a otro-. ¡Vaya, los cangrejos se están enfriando! Pongamos algunos más en la vaporera.

– Buena idea.

Mientras Long se ocupaba de introducir más cangrejos en la vaporera, Chen evaluó la situación. Había sido demasiado brusco. Pese a haberle ofrecido los cangrejos y el proyecto literario, Long seguía reacio a revelar detalles sobre la vida privada de Mao a un policía.

Al inspector jefe Chen no le quedó más remedio que jugar su mejor baza. Tratándose del caso Mao, el fin justificaba los medios.