Выбрать главу
* * *

El periplo de la banda de Durruti comienza con el asalto al Banco de Gijón en España, continúa en México con un asalto exitoso en Carolina y sigue en Cuba con otro atraco a un banco. De allí viajan a Chile y luego de una estadía de un mes, el 11 de julio de 1925, roban El Banco de Chile en Santiago. A principios de agosto del mismo año, llegan por tren a Buenos Aires. Allí tendrán dos fracasos: el asalto a la estación de tranvías Las Heras, en Palermo -18 de octubre de 1925- y a la estación de subterráneos Primera Junta en Caballito -17 de noviembre de 1925-. De la primera se llevarán una bolsa con treinta y ocho pesos y de la segunda una caja vacía.

Pero en enero de 1926, la fortuna los acompañará y del Banco de la Provincia de San Martín levantarán 64.085 pesos. En los dos primeros asaltos intervinieron sólo españoles, pero en este último eran siete y un chofer.

Durruti, los Ascaso y Jover salen de Argentina casi de inmediato y no volverán nunca. En abril de 1926 entrarán a Francia y tres de ellos serán detenidos por la policía francesa.

Luego de un fallido intento de extradición por parte del gobierno argentino, serán liberados y expulsados a Bélgica. Durruti retornará a Barcelona y cumplirá una actuación destacada durante la revolución española.

* * *

Miguel Arcángel Roscigno y Andrés Vázquez Paredes son los anarquistas que colaboraron con la banda de Durruti en el asalto de San Martín.

La experiencia adquirida podrán ponerla nuevamente en práctica en una gran acción a fines de 1927.

La ayuda a los presos, a sus familiares y a los fugitivos, empieza a verse comprometida por la falta de fondos. Roscigno comienza entonces a planificar una expropiación que los saque del apuro. Cuenta con Vázquez Paredes, pero su otro hombre de confianza, Uriondo, está detenido en Montevideo. La elección recae sobre los hermanos Moretti.

El primero de octubre de 1927, los cuatro asaltan al pagador del Hospital Rawson y obtienen 141 mil pesos. El policía que custodia al pagador -un campeón de tiro- es muerto en el atraco.

Roscigno sabe que si es detenido nada lo salvará y decide entonces trasladarse con los Moretti al Uruguay.

Desde El Tigre viajan en lancha a Nueva Palmira, de ahí van a La Agraciada, pasan por Mercedes, Cardona y San José y llegan finalmente a Montevideo. Por una delación, la policía argentina encuentra el rastro de la huida y en varios momentos del trayecto está a punto de detenerlos con la colaboración de la policía uruguaya.

Pero los fugitivos consiguen burlar a sus perseguidores y se pierden al arribar a Montevideo.

Allí se inicia la saga que sacudirá a una ciudad desprevenida.

De Amsterdam a Messina

…En un instante de esos la sagacidad del criollo definió la jornada. El negrito Píriz había cometido hans sin intención, que el juez por eso lo castigó. Los alemanes en torno al juez, reclamaban que se cobrara el hans de Píriz. En tanto, el juego para los celestes seguía… Píriz pasó a Petrone y éste, con clara noción del instante de incertidumbre del enemigo, emprendió un rush directo hacia el arco y fulminó al goalkeeper. Cuando los alemanes terminaron de pretender romper el hermetismo del juez, con estupefacción constataron que la red se había sacudido. ¡Probada estaba la astucia innata del criollo!

…los alemanes volvieron al field. Yo recomendaba a los muchachos y especialmente a Cea, que se desprendieran rápidamente de la pelota, huyendo del cuerpo a cuerpo; que no gambetearan inútilmente, y que pasaran de primera a los wings. Pero todos los consejos eran inútiles porque aquello parecía una corrida de toros…

Obtuvimos dos tantos más. Con iguales características el match continuaba y el público iba abandonando el estadio.

Se produjo una incidencia de importancia, al ser embestido Mazzali en mala forma por tres adversarios, y como nuestro arquero no podía desprenderse de la ball sin correr peligro, anduvo un ratito esquivando, esquivando, hasta que el juez lo castigó con un freekick. No obstante la pena debió haber sido un foul a favor nuestro; pero… un alemán shoteó y la pelota entró directamente al arco, sin que ningún jugador la hubiera tocado. El goal no debió haber sido válido; pero como teníamos cuatro goals y habíamos llegado a las postrimerías, no había interés… No obstante sonó una trompeta…

Pero no se acepta porque sí una injusticia, y Nazzazi golpeó fuertemente a un alemán que se le venía de pierna levantada… Más vale ser martillo a ser yunque… Vislumbrado el castigo, el heroico capitán se tiró al suelo simulando una importante lesión, y gritando como un niño para enternecer al juez. Lorenzo sintiendo los quejidos de Nazzazi, se quiso comer al teutón, deteniéndolo tan solo mis gritos de: Son grupos, Lorenzo, son grupos!!!

Y tan bien fingía el gran capitán que Lorenzo se quedó absorto.

Y así se anotó Uruguay la segunda victoria, dejando el campo de juego ante la perplejidad de la multitud germana.

Volvimos a Velsen como siempre, cantando, a sacar una fotografía del cuerpo desnudo del vasco Cea, quien no tenía ni un pedacito sin machucadura. [9]

* * *

Entre las dos y las tres de la tarde es de los momentos más lindos de la ciudad. Nuestra mirada no se cansa de extasiarse en el placer estético de las bellas formas, de los ojos magníficos y de los labios como capullitos reventones de rojos claveles del aire, de las lindas tenderitas que desfilan por nuestro centro.

Con esta pintura cursi de la apacible e ilusionada Montevideo de aquellos años, comienza el cronista policial de La Tribuna Popular el relato del asalto. El hecho perturbaría la serenidad de un Uruguay aún no familiarizado con este tipo de violencia.

El cambio “Messina”, en la Plaza Independencia desde 1896, era un monumento a las posibilidades de progreso de los inmigrantes. El propietario, Carmelo Gorga, no sólo había acumulado un gran capital desde la nada, sino que además, en 1916, alcanzaba la gloria con uno de sus caballos, Oldiman, que obtuvo el Gran Premio Internacional.

Pero el cambio, además, dedicado a la venta de billetes de lotería, funcionaba en la imaginería popular como uno de los templos de la fortuna.

A las dos y media de la tarde se apilaba el dinero para llevarlo a la Administración de la Lotería. El lustrabotas, Víctor Dedeo, estaba ese día en la Pasiva bajando el toldo para detener en algo un solazo implacable. Los hijos de Gorga se habían retirado hacía unos minutos para cambiar seis mil pesos en monedas de plata.

Mientras uno de los asaltantes empujaba a Dedeo hacia el local, otro manoteó los pacos de cinco pesos. Gorga, que intentó impedir el asalto, recibió un balazo en el ojo izquierdo. El lustrabotas quedó herido en el vientre y el otro empleado, Alfonso Magnoni, tuvo suerte y salió ileso.

Los hijos del propietario llegaron cuando los atracadores se iban, pero, aunque estaban armados, no intervinieron.

Los asaltantes salieron por la Pasiva hacia el norte y en su huida quedaron heridos dos transeúntes, uno en la boca y el otro en el maxilar.

En la esquina de Florida con la plaza esperaba un coche de alquiler, un Hudson azul claro con capota de lona gris, que los había traído desde la Plaza Artola. Al escuchar el tiroteo y los gritos, el chofer, Oscar Fernández, trató de abandonar el lugar, pero uno de los atracadores lo interceptó. El taxista quedó tendido en la vereda del Hotel Barcelona con un balazo en la frente y los ojos sin vida enfrentando el cielo primaveral.