Sólo podemos hacer deducciones también con respecto a las motivaciones de «Nick» para organizar la fuga. Podemos suponer que una vez descubierta Deglen, su compañera de asociación con Mayday, él mismo corría peligro porque, como muy bien sabía en tanto miembro de los Ojos, la misma Defred sería interrogada. La pena por actividad sexual no autorizada con una Criada era severa, y su categoría de Ojo tampoco lo protegía. La sociedad gileadiana era en extremo bizantina y cualquier transgresión podía ser utilizada en contra de uno por los enemigos no declarados pertenecientes al régimen. Por supuesto, él podría haberla asesinado, lo que habría sido el camino más inteligente, pero el corazón humano sigue siendo un factor decisivo y, como sabemos, ambos pensaban que ella podía estar esperando un hijo de él. ¿Qué varón del período gileadiano podía resistirse a la posibilidad de ser padre, algo tan impregnado de categoría y tan preciado? En cambio, llamó a un equipo de rescate de los Ojos, que pueden haber sido auténticos o no, pero en cualquier caso trabajaban bajo sus órdenes. Con esto también puede haber provocado su propia caída. Jamás lo sabremos.
¿Nuestra narradora llegó sana y salva al mundo exterior y construyó una nueva vida? ¿O fue descubierta en su escondite del ático, arrestada, enviada a las Colonias o a Jezebel’s, o incluso ejecutada? Nuestro documento, aunque a su modo elocuente, no da respuesta a estas cuestiones. Podríamos convocar a Eurídice desde el mundo de los muertos, pero no podríamos lograr que respondiera; y cuando nos giramos para mirarla, la divisamos sólo un momento, antes de que se nos deslice de las manos y se desvanezca. Como todos los historiadores sabemos, el pasado es una gran tiniebla llena de resonancias. Desde ella pueden llegarnos algunas voces; pero lo que nos dicen está imbuido de la oscuridad de la matriz de la cual salen. Y, por mucho que lo intentemos, no siempre podemos descifrarlas e iluminarlas con la luz prístina de nuestro propio tiempo.
Aplausos.
¿Alguna pregunta?