Выбрать главу

Tal y como le había dicho a Jaywalker, Burke comenzó la sesión del viernes con el segundo de los dos policías que había ido al apartamento de Barry Tannenbaum y lo había encontrado muerto. Burke tenía como propósito demostrar que el cadáver del apartamento era el mismo que el oficial había visto al día siguiente en la morgue, esperando la autopsia. El oficial lo confirmó, y Jaywalker no vio motivo para interrogarlo.

Después, Burke llamó a Charles Hirsch, el Forense Médico Jefe. Jaywalker conocía bien al doctor Hirsch, porque lo había entrevistado en dos casos de asesinato previos. Era un hombre delgado, desgarbado, y un extraordinario testigo. Tenía un currículum de quince páginas en el que se enumeraban doctorados, investigaciones, becas de enseñanza, puestos académicos y premios. Había testificado como experto en medicina legal en más juicios de los que llevarían la mayoría de los abogados en su vida. Jaywalker se levantó rápidamente y se ofreció para confirmar su validez como testigo ante el jurado. En aquella ocasión, Burke aceptó el ofrecimiento, pero de todos modos pasó cinco minutos haciendo que el doctor Hirsch mencionara sus credenciales. Sin la aceptación de Jaywalker, habría podido seguir durante horas.

Señor Burke: ¿Querría explicarles a los miembros del jurado lo que quiere decir con el término «médico forense»?

Doctor Hirsch: Por supuesto. Un médico forense es el que se especializa en conocer la causa o causas de la muerte, y que lleva ese conocimiento a los juicios, donde se relacionan las disciplinas de la medicina y la justicia.

Señor Burke: ¿Cuál es la primera herramienta que usa un médico forense?

Doctor Hirsch: La autopsia.

Señor Burke: ¿Qué es una autopsia?

Doctor Hirsch: Una autopsia es el examen de un cuerpo realizado post mórtem, tanto externo como interno, ayudado por el microscopio y otro tipo de estudios para los órganos, sobre todo la sangre, el cerebro y el hígado.

Señor Burke: Durante su carrera, ¿cuántas autopsias ha realizado?

Doctor Hirsch: Creo que he realizado personalmente unas diez mil, y he estado presente como observador en otras cinco mil.

Señor Burke: Ofrezco al testigo como experto en medicina forense.

El Juez: Creo que el señor Jaywalker ya ha aceptado que lo es.

Señor Burke: Doctor Hirsch, ¿ha tenido que realizar la autopsia al cuerpo de Barrington Tannenbaum, también conocido como Barry Tannenbaum?

Doctor Hirsch: Sí, así es.

Burke le pidió al testigo que proporcionara la fecha, la hora en la que había visto por primera vez el cuerpo, y que explicara en qué condiciones se encontraba. El doctor explicó que el cuerpo estaba completamente vestido y que tenía una gran mancha roja en el pecho y la zona abdominal superior. Al despojarlo de la ropa, el doctor Hirsch había observado que tenía una gran cantidad de sangre seca en el pecho. Había lavado aquella sangre con una solución salina y había encontrado una herida. Describió su localización.

Señor Burke: ¿Le importaría describirnos la herida?

Doctor Hirsch: Era una laceración, específicamen te…

Señor Burke: Permítame que lo interrumpa. ¿Qué es una laceración?

Doctor Hirsch: Una laceración es un corte a través de la piel, diferente a una abrasión, que es una raspadura de la piel, o a una contusión, que es una magulladura de la piel.

Señor Burke: Gracias. Creo que lo he interrumpido a media frase.

Doctor Hirsch: Hay varios tipos de laceración; hay laceraciones alargadas, en las que la piel se corta y se abre, y hay pinchazos, en los cuales la piel se rasga por la acción de un objeto que entra en contacto con ella más o menos en ángulo recto, es decir, perpendicularmente. Y hay combinaciones de ambas, en las que el ángulo es menor. No obstante, en este caso la herida era un pinchazo casi perpendicular a la superficie del pecho.

Señor Burke: ¿Qué tamaño tenía la herida?

Doctor Hirsch: En la superficie tenía unos dos centímetros de longitud, de izquierda a derecha. En términos de penetración, la lesión tenía unos doce centímetros y medio de profundidad.

Señor Burke: ¿Pudo determinar hacia dónde se dirigía la herida?

Doctor Hirsch: Sí. Pude seguir la herida desde el punto de entrada por la epidermis insertando una sonda de metal por la vía que ofrecía menor resistencia. Atravesé varias capas de grasa y de tejido muscular. Por suerte, o deliberadamente, la herida pasaba entre dos costillas de la víctima. De ahí entraba en la cavidad pectoral y atravesaba el pericardio. El pericardio es una membrana que rodea y contiene el corazón. Una vez dentro del pericardio, la vía continuaba y entraba en el ventrículo izquierdo del corazón y lo rompía.

Señor Burke: ¿Qué ocurre cuando se rompe el ventrículo izquierdo del corazón?

Doctor Hirsch: A menos que haya una intervención médica de urgencia, se produce una hemorragia masiva. La sangre puede extenderse por la cavidad pectoral, los pulmones o salir por la abertura de la herida.

Señor Burke: ¿Y en este caso en particular?

Doctor Hirsch: En este caso, ocurrieron las tres cosas. Los pulmones y la cavidad pectoral del individuo se llenaron de sangre. Además, hubo hemorragia externa, de ahí la cantidad de sangre que había en las prendas de vestir. Esa cantidad de sangre de la ropa sugiere que el instrumento que provocó la herida fue retirado con rapidez, probablemente antes del fallecimiento de la víctima. De lo contrario, dada la estrechez de la herida, el instrumento habría actuado como taponador de la sangre, es decir, como una especie de corcho que habría limitado la cantidad de sangre que podría escapar del cuerpo a través de la herida.

Señor Burke: ¿Podría decirnos cuál fue la causa de la muerte?

Doctor Hirsch: Sí. El corazón de la víctima se paró a causa de la pérdida masiva de sangre. Esa hemorragia masiva fue resultado directo de la ruptura del ventrículo izquierdo del corazón.

Señor Burke: Después de examinar la herida, ¿podría decirnos algo sobre el instrumento que la causó?

Doctor Hirsch: Sí. Puedo decirle que fue hecha con una hoja delgada y fina, de no más de dos centímetros de anchura y de unos 3 milímetros de grosor, muy puntiaguda. Tenía el filo de sierra.

Señor Burke: ¿Cómo sabe eso?

Doctor Hirsch: Lo sé porque observé las marcas de rasgaduras que había en el tejido, en uno de los bordes de la herida, en contraste con el borde opuesto, que era liso.

Señor Burke: ¿Podría decirnos algo sobre la longitud del instrumento que produjo la herida?

Doctor Hirsch: Puedo decir con seguridad que la hoja tenía una longitud mínima de doce centímetros y medio. De lo contrario, la punta no habría alcanzado tanta profundidad. No estoy tan seguro sobre su longitud máxima, pero creo que era de doce con siete centímetros, y no más.

Señor Burke: ¿En qué basa esa creencia?

Doctor Hirsch: En mi observación de la pequeña zona hundida que rodeaba a la herida. Esa zona hundida me da a entender que el instrumento que se usó para infligir la herida era un cuchillo con un mango, y la empuñadura, la parte perpendicular que separa la hoja del mango y sirve de mecanismo de seguridad, golpeó la piel con la suficiente fuerza como para dejar su sello, por decirlo de algún modo. Creo que la presencia de esa empuñadura fue lo que impidió que el cuchillo penetrara más profundamente. Además, probablemente nos da la longitud de la hoja, aunque no del mango, y por lo tanto, no da la longitud completa del cuchillo.

En aquel momento, Burke se acercó a su mesa y sacó un artículo envuelto en papel marrón. Lo identificó como la prueba número cinco de la fiscalía. De nuevo, hizo que uno de los funcionarios de la sala se lo entregara al testigo. Una vez desenvuelto, se reveló que era un cuchillo plateado de cortar carne, con una hoja delgada y puntiaguda y uno de los bordes en sierra. La hoja tenía unos trece centímetros de largo y unos dos centímetros de ancho, y estaba separada del mango por una empuñadura.