– Nunca dejas de pensar en el sexo, ¿verdad?
– Claro que sí. Durante al menos unos minutos al día procuro pensar en el trabajo -miró a su alrededor-. Y hablando de sexo, ahora somos dueños de este lugar. ¿Qué te parece si lo estrenamos?
Claire se llevó la mano a los botones de la blusa y comenzó a desabrochárselos lentamente.
– De acuerdo. Pero si quieres que te explique cómo se juega al baloncesto, tendremos que empezar con el tiro libre.
Will gruñó mientras la ayudaba a desabrocharse la blusa.
– Cariño, me encantan los deportes estadounidenses.
Kate Hoffmann
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