– ¿A cuántas jornadas está? -preguntó éste.
– A tres días de viaje. Nosotros iremos a la velocidad del viento -respondieron los yoguis.
– Id vosotros -dijo el Baba-, yo iré más tarde.
Los yoguis partieron con sus alados pasos y el Baba, en el vuelo de su voluntad, en un momento se trasladó al Kailasa y se sentó a esperar bajo una higuera de las indias. Al llegar los Siddhas se quedaron atónitos al verle.
La ceremonia empezó y cuando la copa de los yoguis fue pasada de uno en uno se la ofrecieron también al Baba, quien preguntó lo que contenía.
– Es el jugo del soma, la bebida de los dioses; lleva azúcar crudo y flores del árbol de Dhava6 -le contestaron éstos.
Nanak cantó entonces:
Y los yoguis, postrándose ante él, dijeron:
– Gloria y alabanzas a ti, Señor.
Nanak, irguiéndose, dijo por toda respuesta:
– Gloria al Supremo Señor -y seguidamente abandonó el lugar.
CAPITULO XXVI
Su cuarta vida retirada la pasó en el oeste. En sus pies llevaba zapatos de cuero. Vestía pantalones de! mismo material, y en su cuello pendía un collar de huesos. Tenía la frente pintada con un tílak. y sus vestiduras eran de color azul.
Estaba escrito en los libros sagrados que un hombre llamado Nanak, un derviche, vendría y del pozo de la Meca brotaría agua.
Cuando el Baba entró en el recinto santo se tumbó a dormir, estirando sus pies hacia la Kaaba.
Era la hora de la oración vespertina. El Kazi Rukn Din vino a hacer sus oraciones y cuando vio a Nanak de aquella forma, le increpó:
– Oh, sirviente del Señor, ¿por qué tienes tus pies dirigidos hacia la casa de Dios, hacia la santa Kaaba?
El Baba replicó:
– Mueve mis pies, entonces, en una dirección donde no esté la casa de Dios.
El Kazi giró sus pies, pero en cualquier dirección que los moviese el frente de la Kaaba se movía también. El Kazi, maravillado, besó sus pies diciendo:
– Oh derviche, ¿ cuál es tu nombre?
El Baba entonces recitó este poema:
Cuando hubo terminado, el Kazi hizo salam y dijo:
– Es ciertamente maravilloso, hoy he obtenido la visión de un faquir de Dios.
Pir Patalie, el califa de la ciudad, tuvo noticia del prodigio ocurrido y mandó llamar a Nanak. Cuando éste hubo llegado, el califa estrechó sus manos y se sentó a conversar con él. y le pregunto así:
– Oh Derviche Nanak, ¿los hindúes y los musulmanes que leen los Vedas y el Corán podrán alcanzar a Dios?
El Baba contestó con esta canción:
– Señor, ¿entonces nosotros podremos ver a Dios? -de nuevo preguntó el califa, y el Baba cantó así:
Cuando Nanak concluyó, ambos, el kazi y el califa, besaron sus manos y sus pies y les fue revelada la visión del Señor.
Y habiendo recibido el Santo Nombre, comenzaron a pronunciarla en su interior.
El Baba estaba muy feliz y dejando aquellas tierras volvió a casa.
CAPITULO XXVII
La hora de su partida había llegado y su misión tocaba a su fin.
El Baba llegó a la orilla del Tío Paví; depositó 5 paisas en la mano de su sucesor Guru Angada y se postró a sus pies.
Todos sus devotos se habían enterado de su próxima partida y acudieron en masa al lugar.
Guru Angada, con sus manos unidas, permanecía ante Nanak y éste, adivinando sus pensamientos, le dijo:
– Cualquier cosa que me pidas te será concedida.
– Oh Rey -suplicó Guru Angada-, si te place, permite que todos tus devotos descarriados vuelvan de nuevo.
Y el Baba contestó:
– Por tu amor todos son perdonados.
Luego Nanak se sentó bajo un árbol de Sarih. Y todos sus familiares y amigos le rodearon y comenzaron a llorar. Los músicos entonaron canciones de despedida y el Baba cayó en un trance.
Los hindúes y musulmanes devotos del Nombre disputaban entre sí quién se quedaría con el cuerpo del Baba y éste les dijo:
– Colocad flores a ambos lados de mi cuerpo, los hindúes en el lado derecho y los musulmanes en el izquierdo. Quienes tengan sus flores sin marchitar podrán llevarse mi cuerpo.
Diciendo esto se echó a dormir, y su cuerpo fue cubierto con una sábana.
Cuando al día siguiente la levantaron, el Baba había desaparecido y las flores de ambos lados seguían frescas. Cada uno de ellos tomaron las suyas y todos los discípulos cayeron a tierra.
En el año Samvat 1595, el décimo día de la mitad luminosa del mes de Asú, Baba Nanak fue absorbido en el Señor en Kartarpur.
PARTE III POEMAS
POEMAS DE LAS ESTACIONES
(BARA MAH)
CHET (marzo-abril)
VAISAKHI (abril-mayo)
JETH (mayo-junio)
ASADH (junio-julio)
SAVAN (julio-agosto)