Al principio, Peter pensó que estaba viendo el conjunto de imágenes estándar de test, pero pronto se hizo aparente que Sarkar las había suplementado con imágenes específicas relacionadas con Peter. Había imágenes de los padres de Peter, de la casa en la que él y Cathy vivían ahora y de la anterior, instantáneas de la casa de campo de Sarkar, la foto de graduación en el instituto de Peter, y la voz de éste y de Cathy, y así sucesivamente una retrospectiva de Esta es su vida mezclada con imágenes genéricas de lagos y bosques y campos de fútbol y simples ecuaciones matemáticas y fragmentos de poesía, preguntas triviales sobre Star Trek y la música popular de cuando Peter era joven, y arte y pornografía e imágenes desenfocadas que podrían haber sido de Abraham Lincoln o podrían ser un podenco o podrían no ser nada.
De vez en cuando, Peter se aburría, y su mente vagaba a la noche anterior… la desastrosa noche anterior con los compañeros de Cathy. Maldita sea, eso había sido un error.
Jodido Hans.
Ni siquiera podía mover la cabeza para rechazar la idea. Pero por un esfuerzo de voluntad, intentó concentrarse en las imágenes. Y aun así, de vez en cuando, ellas, también, provocaban recuerdos desagradables: una imagen de un hangar le hizo pensar en Hans. La foto de boda de Peter y Cathy. Un pub. Un coche aparcado.
Las redes se dispararon.
Hicieron cuatro sesiones de dos horas, con descansos de media hora para que Peter pudiese estirarse, mover la mandíbula, beber agua e ir al baño. En ocasiones los sonidos reforzaban las imágenes: vio una imagen de Mick Jagger y escuchó Satisfaction. Y en ocasiones eran extraordinariamente opuestas: la visión de un niño etíope hambriento asociada al sonido de unas campanillas. Y en ocasiones la imagen en el ojo izquierdo era diferente de la del ojo derecho, y en ocasiones el sonido en un auricular no tenía ninguna relación con el del otro auricular.
Finalmente se acabó. Había visto decenas de miles de imágenes. Se habían grabado gigabytes de datos. Y los sensores en el casco habían mapeado cada rincón y grieta, cada callejón y calle secundaria, cada neurona y cada red del cerebro de Peter Hobson.
Sarkar llevó el disco que contenía el escáner cerebral al laboratorio de ordenadores. Lo cargó en una estación de IA y lo copió todo a tres particiones RAM diferentes; produciendo tres copias idénticas del cerebro de Peter, cada una aislada en su propio banco de memoria.
—¿Y ahora? —dijo Peter, sentado al revés en una silla, y apoyando la barbilla sobre los brazos colocados sobre el respaldo de la silla.
—Primero, les damos un nombre. —Sarkar, sentado en el taburete que prefería a las sillas, habló al micrófono de la consola frente a él—. Entrada —dijo.
—¿Nombre? —dijo la voz del ordenador, femenina y sin emociones.
—Sarkar.
—Hola, Sarkar. ¿Orden?
—Renombrar Hobson 1 a Espíritu.
—Por favor, deletree el nombre de destino.
Sarkar suspiró. La palabra «Espíritu» indudablemente estaba en el vocabulario del ordenador, pero el acento de Sarkar ocasionalmente le causaba problemas.
—E-S-P-Í-R-I-T-U.
—Hecho. ¿Orden?
—Renombrar Hobson 2 a Ambrotos.
—Hecho. ¿Orden?
Peter levantó la cabeza.
—¿Por qué «Ambrotos»?
—Es inmortal en griego —dijo Sarkar—. Lo ves en palabras como «ambrosía», el alimento que da la inmortalidad.
—Esa maldita educación de escuela privada —dijo Peter.
Sarkar sonrió.
—Exacto. —Se volvió al micrófono—. Renombrar Hobson 3 a Control.
—Hecho. ¿Orden?
—Carga Espíritu.
—Cargado. ¿Orden?
—Vale —dijo Sarkar, volviendo para mirar a Peter—. Se supone que Espíritu simula la vida después de la muerte. Para hacerlo, empezamos quitando todas las funciones exclusivamente biológicas. Por supuesto, eso no implica realmente eliminar partes del cerebro consciente, sino más bien desconectar varias redes. Para descubrir qué conexiones podemos cortar, usaremos el Dalhousie Stimulus Library. Ésa es la versión canadiense de una colección de imágenes estándar y grabaciones de sonido creadas originalmente en la Universidad de Melbourne; se usa normalmente en pruebas psicológicas. Al exponer a Espíritu a esas imágenes y sonidos, veremos qué neuronas se activan en respuesta.
Peter asintió.
—Los estímulos están catalogados por el tipo de emociones que se supone que producen: miedo, repulsión, interés sexual, hambre, etcétera. Vemos qué redes neuronales se activan exclusivamente por actividades biológicas y luego las eliminamos. Por supuesto, tenemos que recorrer las imágenes varias veces en secuencias al azar. Eso es por los potenciales de acción: las redes podrían no activarse si una combinación substancialmente similar de neuronas se ha activado recientemente por otra cosa. Una vez que terminemos, deberíamos tener una versión de tu mente que se aproximase a la forma que serías si te liberases de todas las preocupaciones de satisfacer necesidades físicas; en otras palabras, cómo serías si estuvieses muerto. Después de eso, haremos lo mismo con Ambrotos, la versión inmortal, pero en ese caso eliminaremos el miedo a envejecer y las preocupaciones por la edad y la muerte.
—¿Qué hay del control experimental?
—Le daré el mismo tipo de imágenes y sonido, para que se haya expuesto a las mismas cosas que las otras dos versiones, pero no eliminaremos ninguna de las redes.
—Muy bien.
—Vale —dijo Sarkar. Se encaró con la consola—. Ejecuta Dalhousie Versión 4.
—Ejecutando —dijo el ordenador.
—¿Tiempo estimado?
—Once horas, diecinueve minutos.
—Avisa cuando termine. —Sarkar se volvió a Peter—. Estoy seguro de que no lo quieres ver entero, pero puedes mirar lo que le estamos alimentando a Espíritu en ese monitor.
Peter miró a la pantalla. Una mariposa saliendo del capullo. Banff, Alberta. Una mujer bonita dando un beso a la cámara. Alguna estrella cinematográfica de los ochenta que Peter creyó reconocer. Dos hombres boxeando. Una casa ardiendo…
19
Sarkar llamó a Peter el domingo por la mañana para decirle que el entrenamiento y poda de los simulacros estaba completo. Cathy había salido a mirar en los mercadillos de segunda mano —un hobby cuyo atractivo Peter nunca había entendido— así que Peter le dejó un mensaje en el ordenador de la casa. Luego se metió en el Mercedes y fue a las oficinas de Mirror Image en Concord.
Una vez que Sarkar y él estuvieron juntos en el laboratorio de ordenadores, Sarkar dijo:
—Intentemos activar primero el simulacro Control. —Peter asintió. Sarkar pulsó algunas teclas luego le habló al tallo de micrófono que salía de la consola—. Hola.
Del altavoz salió una voz sintetizada.
—¿Hola?
—Hola —dijo Sarkar de nuevo—. Soy yo, Sarkar.
—¡Sarkar! —La voz estaba llena de alivio—. ¿Qué demonios pasa? No puedo ver nada.
Peter sintió que se le abría la boca. La simulación era mucho más real de lo que había esperado.
—Eso está bien, Peter —dijo Sarkar al micrófono—. No te preocupes.
—¿He… he sufrido un accidente? —dijo la voz desde el altavoz.
—No —dijo Sarkar—. No, estás bien.
—Entonces, ¿es un fallo eléctrico? ¿Qué hora es?