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§ Reloj de víctima destrozado. Marca las 8.00 horas exactamente.

§ Cuerdas de algodón sujetando sillas. Sin marca.

s Demasiadas fuentes para averiguar su procedencia.

§ Petardo para crear efecto de disparo de arma. Destruido.

s Demasiadas fuentes para averiguar procedencia.

§ Mecha. Sin marca.

s Demasiadas fuentes para averiguar procedencia.

§ Las oficiales que respondieron a la emergencia informaron de que hubo un destello de luz. No se ha recuperado ningún resto de material.

s Se trataba de algodón o papel flash.

~ Demasiadas fuentes para averiguar procedencia.

§ Zapatos del criminaclass="underline" marca Ecco, talla 43.

§ Fibras de seda, teñidas de gris con un acabado mate.

s Procedentes del atuendo de conserje, al que se cambió rápidamente.

§ Autor del crimen lleva probablemente peluca color castaño.

§ Nogal rojo y liquen Parmelia compersa, ambos se encuentran sobre todo en Central Park.

§ Polvo impregnado con aceite mineral poco común. Enviado al FBI para analizar.

§ Seda negra, de unos 180 x 120 cm. Utilizada como camuflaje. No se puede averiguar procedencia.

s Los ilusionistas la utilizan con frecuencia.

§ Lleva fundas en los dedos para no dejar huellas.

s Dedos falsos propios de mago.

§ Restos de látex, aceite de ricino, maquillaje.

s Maquillaje teatral.

§ Restos de alginato.

s Utilizado en postizos moldeados en látex.

§ Arma del asesino: cuerda tejida en seda blanca con un núcleo de seda negra.

s La cuerda se usa en trucos de magia. Cambia de color. No se puede averiguar procedencia.

§ Nudo no corriente.

s Enviado a FBI y a Museo Marítimo (sin información).

s Nudos de los números de Houdini, prácticamente imposibles de desatar.

§ Utilizó tinta indeleble para firmar registro de entrada.

Escena del crimen en el East Village

§ Segunda victima: Tony Calvert.

§ Maquillador, compañía teatral.

§ No se le conocen enemigos.

§ Sin conexión aparente con la primera víctima.

§ Sin móvil aparente.

§ Causa de la muerte: Traumatismo craneal por objeto romo, seguido de descuartizamiento post mortem con sierra de través.

§ El asesino se escapó disfrazado de mujer de 70 años. Registro de alrededores para encontrar el disfraz y otras pruebas.

s No se ha recuperado nada hasta el momento.

§ Reloj roto a las 12.00 h. exactamente.

s ¿Sigue alguna pauta? La próxima victima probablemente a las 16.00 h.

§ El asesino se escondió detrás de un espejo. No se puede averiguar procedencia. Huellas enviadas a FBI.

s No se han encontrado coincidencias.

§ Utilizó un gato de juguete («artificio») para atraer a la victima hacia el callejón. No se puede averiguar procedencia del juguete.

§ Encontrado aceite mineral, el mismo que en la primera escena. A la espera de informe FBI.

§ Encontrados látex y maquillaje de fundas de dedos.

§ Encontrado alginato.

§ Dejó en la escena los zapatos Ecco.

§ Encontrados pelos de perro en zapatos, de tres razas diferentes. También excrementos.

Perfil como ilusionista

§ El criminal utilizará la técnica de la desorientación (desvío de la atención) contra las víctimas y para librarse de la policía.

s Desorientación física (para distraer).

s Desorientación psicológica (para borrar sospechas).

§ La huida de la Escuela de Música es parecida a un truco llamado «El hombre evanescente». Demasiado corriente para averiguar procedencia.

§ El criminal es principalmente un ilusionista.

§ Tiene talento para la prestidigitación.

§ Conoce también la magia proteica (transformismo). Utiliza ropa hecha de piezas independientes, de nylon y seda; gorro que parece una calva; fundas para los dedos y otros elementos de látex. Puede ser de cualquier edad, género o raza.

§ La muerte de Calvert = número de Selbit «Mujer serrada en dos mitades».

§ Experto en forzar cerraduras (es posible que en la técnica del «restregado»).

Capítulo 13

En 1900, el número de caballos que había en Manhattan superaba los 100.000 y, como el espacio era un bien preciado incluso en aquellos años, las cuadras de muchos de esos animales estaban dispuestas en torres, al menos así se debieron de considerar las caballerizas de dos o tres plantas que había entonces.

Aún hoy se conserva una de esas caballerizas, en la famosa Academia de Equitación de Hammerstead, en el Upper West Side. La academia, construida en 1885, conserva todavía su estructura original, con cientos de esas cuadras elevadas, y en ella se imparten clases privadas de equitación y se ofrecen espectáculos ecuestres. Una cuadra tan grande y con tanto ajetreo como ésta parece una reliquia en una ciudad como Manhattan y en pleno siglo XXI, pero hay que tener en cuenta que, a sólo unas manzanas, están los más de nueve kilómetros de caminos de herradura bien cuidados de Central Park.

La academia alberga a noventa caballos, algunos de los cuales son propiedad de particulares, y otros de alquiler. Una adolescente pelirroja que trabajaba como moza de cuadra montaba en ese momento un caballo, por la rampa de salida de su cuadra, para entregárselo a una amazona que la estaba esperando.

Cheryl Marston sentía todos los sábados la misma emoción en ese momento del día, cuando veía al alto y juguetón ejemplar de grupa moteada, característica de los appaloosas [14].

– ¡Hola, Don Juanito! -le gritó. Era el nombre cariñoso que le había puesto al caballo, que en realidad se llamaba Don Juan di Middleburg. Un auténtico donjuán, como solía decir Marston. Era una broma, pero no dejaba de tener su motivo: con un jinete encima, el animal se asustaba, relinchaba y no obedecía órdenes. Pero con Marston se mostraba siempre dócil.

– Hasta dentro de una hora -le dijo a la moza de cuadra mientras se subía a Don Juanito y asía con fuerza las riendas flexibles y suaves, sintiendo los poderosos músculos del animal debajo de ella.

Unas palmaditas en el costado, y se pusieron en camino. Salieron a la calle Ochenta y seis y se dirigieron lentamente hacia el Este, hacia Central Park. El ruido que producían las herraduras al chocar contra el asfalto atraía la atención de todos los que se cruzaban en su camino, que se quedaban contemplando tanto al precioso animal como a la amazona que lo montaba: seria, de cara delgada y vestida con pantalones de montar, chaqueta roja y sombrerete de terciopelo negro, del que asomaba un larga trenza rubia.

Mientras atravesaban Central Park, Marston miró hacia el sur y vio a lo lejos el edificio de oficinas del Midtown donde ella pasaba cincuenta horas a la semana ejerciendo como abogada corporativa. Había miles de pensamientos que podrían haberla abrumado entonces sobre cuestiones del trabajo, proyectos «para antesdeayer», como los llamaba uno de sus compañeros con una frecuencia irritante. Pero ninguno de esos pensamientos la importunaba en aquel instante. Nada podía molestarla. Cuando iba sentada ahí, en una de las creaciones divinas más espléndidas, era invulnerable a todo: sentía la calidez del sol y el viento le daba en la cara y le llevaba el aroma a tierra mojada, mientras Don Juanito trotaba por el oscuro sendero del parque, bordeado de los primeros junquillos, forsitias y lilas.

El primer día hermoso de aquella primavera.

Durante la primera media hora se dedicó a dar vueltas, lentamente, alrededor del estanque, embelesada por ese vínculo único entre dos animales diferentes y complementarios a la vez, cada uno poderoso y elegante a su manera. Disfrutó unos momentos de un medio galope, que redujo a trote al aproximarse a las curvas más pronunciadas que tenía el camino en la solitaria zona norte del parque, cerca de Harlem.

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[14] Raza de caballo de silla, del noroeste de América del Norte, que se caracteriza por las manchas que tiene en la grupa. (N. de la T)