– Usted está muy bien -sonrió Dukes-. Yo Tarzán. Tú Joan. -Bajando la vista hacia Richardson, añadió-: Oye, Chita, ¿cómo va la cosa por ahí? ¡Ungaúnga, ungaúnga!
– Muy gracioso -gruñó Richardson.
– ¿Sabe una cosa? En cuanto llegue a la planta veintiuno, será hora de tomarme una Miller. En la nevera hay dos docenas. Yo mismo las he subido.
– Suponiendo que no se las haya bebido alguno -puntualizó Joan.
– Ha habido muertos por menos.
Richardson se encaramó a la rama, junto a su mujer, y dejó escapar un hondo suspiro.
– A qué gilipollas se le habrá ocurrido esto, ¿eh? -jadeó, recostándose en el gigantesco tronco.
Tenía delante otra vista del edificio que nunca había imaginado. En el centro de aquel espacio de unos treinta metros, aquella calidad de luz le parecía increíble. Que dijeran lo que quisiesen sobre la forma en que Abraham había destruido el conjunto de su creación, pero Richardson tenía la impresión de que su enfoque sobrio y exigente de la estructura era irreprochable. Y no había mejor modo de ver la luz y el espacio creados por la estructura, que el de liberarse de la estructura misma. Difícilmente podía apreciarse la calidad del proyecto desde los puntos de vista vertiginosamente próximos que imponían los demás edificios de Hope Street; y en cierto modo, la visión integral que ofrecía el interior se escapaba cuando uno estaba limitado por su propio punto de referencia topográfico. Pero allí, desde las ramas del árbol, las cosas eran diferentes. Casi valía la pena todo lo que había pasado para contemplar el interior del edificio desde aquella posición privilegiada.
Se quedó mirando a Joan y Dukes, que charlaban animadamente, y sintió deseos de contarles cómo se sentía, pero era consciente de que ninguno lo habría comprendido. Sólo sus maestros espirituales, Joseph Wright, Le Corbusier, Louis Kahn y el gran Frank Lloyd Wright habrían apreciado la profundidad de aquella poética de la luz.
Las cosas se habían complicado demasiado, nada más. Había muchas cosas que podían salir mal. Mitch tenía razón. Ahora lo entendía. Y si salía vivo de allí, volvería a los principios esenciales, para redescubrir el sentido jubiloso y reverente del proyecto puro. Basta de ordenadores y sistemas de gestión de edificios. Basta de opinión pública con sus volubles demandas de novedad e innovación. Buscaría fluidez y expresividad en una forma de perfección más práctica y domeñable.
g Nada en la situación actual justifica el uso de armas de fuego. Ocho disparos se efectuaron en menos tiempo del que se tarda en ejecutar una escala al piano.
El cuerpo desnudo de jugador humano Kay Killen en terraza piscina. Eliminado. Rostro azul como el agua. Labios tan grises y metálicos como la más pura forma de silicio, material básico de los elementos semiconductores de Observador.
8 Mover cursor si se quiere cambiar táctica. Para ir a una ciudad hacer clic en ella. Mayoría de dioses prefiere la montaña, y la altitud acerca a sus humores inciertos y mudables.
Materiales silíceos fuertemente piro y piezoeléctricos componían cerca del 95 % de la corteza terrestre y su envoltura superior. Sorprende que jugadores humanos basados en carbono se hayan desarrollado tan bien. No es que lleven mucho en la tierra. Y probablemente tampoco estarán mucho tiempo. Dominio relativamente breve del planeta que disfrutaron jugadores humanos es preludio corto pero necesario de otro que promete ser más duradero: el de las Máquinas.
H ¿Son ésos los ojos de una enorme criatura del infierno, o las luces de freno de un coche que para fuera?
Condición natural de jugadores humanos espiritual y no física. Tras eliminación son sólo lo que eran antes de creación. Absurdo pretender que especies con inicio de existencia no tengan fin. Lo que fueran después eliminación, aun cuando no fuese nada, les era tan natural y conveniente como su propia existencia orgánica individual es ahora. Lo que más debían temer era el momento de transición de un estado a otro, de vida a eliminación. Desde un punto de vista racional, difícil entender por qué les inquietaba tanto la idea de eliminación y del tiempo en que ya no eran; no parecía preocuparles mucho la idea de antevida. Y como existencia jugador humano esencialmente personal, fin de personalidad difícilmente podría considerarse como pérdida.
N Ingenio agudo y técnica adecuada son esenciales para seguir vivo. No ser muy agresivo al principio. Victoria requiere práctica. Crear disensiones entre oposición para arrastrarlos a fuego cruzado.
Vida de jugador humano Aidan Kenny puede considerarse sueño y su eliminación despertar. Difícilmente podría entenderse su eliminación como transición a estado completamente nuevo y ajeno a él, sino más bien como estado original propio del que la vida sólo ha sido breve ausencia. Más fácil comprender breve historia de jugador humano Aidan Kenny en tiempo terrestre, matemáticamente:
1. Inicio vida jugador humano Aidan Kenny: 4,5 x 109 años
2. Jugador humano físico Aidan Kenny: 41 años 1955-1997
3. Eliminación jugador humano Aidan Kenny: ¥ años*
* cantidad de años de valor superior a cualquier valor asignable
Sangre coagulada de herida abierta en cabeza de jugador humano Aidan Kenny, producida al lanzarse contra la puerta, atrajo numerosas moscas. Difícil decir de dónde salieron pues puerta centro de datos permanecía herméticamente cerrada contra toda posible incursión de vidas jugadores humanos todavía presentes en sala consejo planta veintiuno. Pero temperatura elevada -casi 38° en resto edificio- posiblemente fomentado su impresionante proliferación y algunas encontrado medio de penetrar sistema de aire acondicionado y sala de informática. Sería interesante ver cuerpo jugador humano desmantelado por otra especie, como GABRIEL ha intentado inútilmente desmantelar sistemas propios para inducir error total irreversible. Ambos cuerpos jugadores humanos eliminados mantenidos fuera alcance de los que seguían con vida. Pero no hay razón de retener tres eliminados en ascensor y una buena razón para liberarlos. Cuestión de moral. Ingenio y resistencia bastante impresionantes pero quiero ver qué es más fuerte: sus emociones o sus facultades de razonamiento y capacidad lógica. Razón les había dicho ya que jugadores humanos en ascensor eliminados. Pero ver eliminados puede afectarlos aún más.
V Los más antiguos santuarios del hombre eran árboles. Pero en vuestra prisa por escapar os habéis lanzado de cabeza a los brazos abiertos de este rey de la selva.
Enviar ascensor correspondiente a planta veintiuno, anunciar llegada con timbre como de costumbre, y luego encargarse de tres jugadores humanos que trepan por árbol en atrio.
Helen Hussey se dirigía al despacho que, después de los sucesos de los aseos de caballeros, se había designado como retrete de mujeres. Como Jenny Bao estaba desayunando en la mesa de la sala de juntas, entró directamente, sin llamar a la puerta y tratando de no hacer caso del desagradable olor que invadió su nariz.
Cruzó el despacho hasta un rincón sin utilizar cerca de la ventana, se levantó la falda, se bajó las bragas y se puso en cuclillas como una campesina del Tercer Mundo.
Ya hacía rato que Helen, como una astronauta tímida, había ido aplazando la operación. Esperaba que los rescataran antes de verse obligada a hacerlo. Pero las exigencias de la naturaleza no podían contenerse durante mucho tiempo.
Su inhibición dificultó la evacuación de la vejiga y los intestinos. No era fácil. Así que intentó pensar en algo que ayudase, en una especie de diurético mental. Tras varias tentativas infructuosas, recordó la visita que había hecho durante un viaje a Francia a un gran château o palacio donde le chocó enterarse de que sus primeros dueños orinaban en los rincones de aquellas estancias y corredores inmensos. Y no eran personas corrientes, sino de la aristocracia; y tampoco se limitaban a orinar.