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¿Gurgeh? Boruelal le sacudió por los hombros. Gurgeh alzó la mirada. La primera luz del alba asomaba por encima de las montañas. Boruelal parecía sobria, y tenía la piel de un color grisáceo. Gurgeh, un descanso… Lleváis seis horas jugando. ¿Estás de acuerdo? Un descanso… ¿Sí?

Los ojos de Gurgeh atravesaron la red y se posaron en el rostro de la chica. Estaba tan pálida que su piel parecía cera. Miró a su alrededor con cara de perplejidad. El balcón estaba casi vacío. Los farolillos de papel también habían desaparecido. Gurgeh lamentó vagamente haberse perdido el pequeño ritual de arrojarlos por el balcón y ver como bajaban flotando hasta esfumarse en la espesura del bosque.

Boruelal volvió a sacudirle por los hombros.

Gurgeh…

Sí, un descanso. Sí, claro… graznó.

Se puso en pie. Tenía el cuerpo envarado y tenso. Sus músculos protestaron y oyó el crujir de sus articulaciones.

* * *

Chamlis tenía que seguir ejerciendo su función de controlador y no podía apartarse del tablero de juego. La claridad grisácea del alba se fue extendiendo por el cielo. Alguien le dio un poco de sopa caliente y Gurgeh la fue sorbiendo mientras comía unas galletas y paseaba durante un rato bajo las ahora silenciosas arcadas. Algunas personas dormían, seguían hablando o bailaban moviéndose lentamente al son de la música grabada. Gurgeh se apoyó en la balaustrada y contempló los rápidos que espumeaban un kilómetro más abajo. Sorbió la sopa y masticó las galletas sin salir del aturdimiento producido por los movimientos de la partida, que seguían desarrollándose una y otra vez dentro de su cabeza.

Las luces de los pueblos y aldeas esparcidos por la llanura cubierta de niebla que se extendía más allá del semicírculo de oscuridad ocupado por los pinares parecían débiles y temblorosas. Las cimas de las montañas brillaban con un leve resplandor rosado.

Jernau Gurgeh… dijo una voz.

Gurgeh siguió contemplando la llanura. Mawhrin-Skel surgió de la nada y se detuvo a un metro de su rostro.

Mawhrin-Skel dijo Gurgeh en voz baja.

Buenos días.

Buenos días.

¿Qué tal va la partida?

Muy bien, gracias. Creo que ganaré… De hecho, estoy casi seguro. Pero aparte de eso existe la posibilidad de que pueda conseguir… Sintió que sus labios se curvaban en una sonrisa. Bueno, puede que consiga algo más que una mera victoria.

¿De veras?

Mawhrin-Skel siguió inmóvil flotando en el vacío delante de su cara. La unidad hablaba en voz muy baja aunque no había nadie cerca. Tenía los campos apagados. Sus placas eran una extraña mixtura de tonos grisáceos que variaban de un lugar a otro.

dijo Gurgeh, y le explicó brevemente que creía poder conseguir una Red Completa.

La unidad pareció entenderlo.

Así que vas a ganar la partida pero además quizá consigas la Red Completa, una configuración que ningún jugador de la Cultura ha logrado salvo en exhibiciones para demostrar que era posible, y no en una partida real.

¡Así es! Gurgeh asintió y siguió observando la llanura puntuada de luces. Así es…

Terminó la última galleta y se frotó las manos muy despacio para quitarse las migajas. Dejó el cuenco de sopa encima de la balaustrada.

¿Y tiene alguna importancia? preguntó Mawhrin-Skel hablando muy despacio. Me refiero a lo de ser el primero que consiga una Red Completa.

¿Hmmmm? replicó Gurgeh.

Mawhrin-Skel se acercó unos centímetros más a su rostro.

¿Es realmente importante? Alguien acabará consiguiendo esa configuración pero… ¿Importa mucho quién sea? No soy un experto, pero me parece una eventualidad que es muy improbable llegue a producirse en una partida real… ¿Tiene mucho que ver con la habilidad del jugador o no?

No más allá de cierto punto admitió Gurgeh. Requiere una combinación de suerte y genio.

Pero tú podrías ser la persona que consiguiera esa configuración.

Quizá. Gurgeh contempló la llanura, sintió la fría caricia del aire de la mañana y tiró de los pliegues de su chaqueta. Depende de que ciertas cuentas de colores se encuentren dentro de ciertas esferas metálicas. Se rió. Una victoria de la que se hablaría en todos los lugares de la galaxia donde se juega, y depende de que una niña haya colocado ciertas… No llegó a completar la frase. Clavó los ojos en la diminuta unidad y frunció el ceño. Lo siento, creo que me he puesto un poco melodramático. Se encogió de hombros y se apoyó en la balaustrada de piedra. Sería…, sería muy agradable, pero me temo que hay muy pocas posibilidades de conseguirlo. Alguien acabará consiguiéndolo más tarde o más temprano.

Pero ese alguien podrías ser tú siseó Mawhrin-Skel, y se acercó un poco más a su rostro.

Gurgeh tuvo que retroceder un poco para verle con claridad.

Bueno…

¿Por qué dejarlo al azar, Jernau Gurgeh? preguntó Mawhrin-Skel retrocediendo unos centímetros. ¿Por qué abandonarlo a la mera estupidez de la suerte?

¿De qué estás hablando? dijo Gurgeh muy despacio.

Entrecerró los ojos. El trance de las drogas se estaba disipando y el hechizo no tardaría en esfumarse. Tenía la sensación de que todo su organismo estaba funcionando al máximo de su capacidad. Se sentía entre nervioso y vagamente excitado.

Puedo revelarte qué cuentas hay dentro de cada globo dijo Mawhrin-Skel.

Gurgeh dejó escapar una leve carcajada.

Tonterías.

La unidad volvió a acercarse a su rostro.

Puedo hacerlo. Cuando me declararon inútil para el servicio activo y me echaron de CE… Bueno, no me quitaron todo el equipo que llevaba incorporado, ¿sabes? Poseo sentidos de los que imbéciles como Amalk-Ney ni tan siquiera han oído hablar. La unidad se acercó un poco más. Deja que los utilice, deja que te diga cuáles son las posiciones de cada cuenta. Deja que te ayude a conseguir la Red Completa.

Gurgeh se apartó de la balaustrada y meneó la cabeza.

No puedes hacerlo. Las otras unidades…

…son estúpidas, Gurgeh insistió Mawhrin-Skel. Oh, les he tomado bien la medida, créeme. Confía en mí. Si hubiera otra máquina de CE… Entonces decididamente no; si hubiese alguien de Contacto probablemente tampoco me atrevería, pero… ¿Ese montón de antiguallas? Puedo averiguar dónde ha puesto cada cuenta. ¡Puedo hacerlo!

No haría falta que averiguaras dónde están todas las cuentas dijo Gurgeh.