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El técnico asintió.

—Bueno —le comunicó Latourette a Hawks—, hasta donde he podido ver por la comprobación superficial, tu amigo Barker aún tiene un equipo a su espalda que funciona al cien por ciento. —Miró al mono—. Y, por cierto, Jocó muestra un aspecto saludable. —Giró hacia él—. ¿Dónde se encuentra Gersten?

—Bajará ahora mismo. —Hawks alzó la vista a las galerías—. Me gustaría conocer mejor a Gersten. Es un hombre difícil de entender. Nunca muestra más de lo necesario. Es bastante arduo acomodarte a un hombre de esas características.

Latourette le miró de modo peculiar.

5

Barker estaba tendido sobre la mesa, envuelto en su traje blindado, con el visor abierto. Miró con calma a Hawks cuando éste se inclinó sobre él.

—¿Todo bien? —preguntó Hawks.

—Perfecto.

La voz de Barker produjo ecos en el casco y salió distorsionada a través de la estrecha abertura. Los tubos de aire estaban enroscados sobre su estómago.

El alférez, que estaba al lado de Hawks, dijo:

—Parece encontrarse bastante cómodo. No creo que haya ningún problema de claustrofobia. Claro que no lo sabremos hasta que cerremos el visor y le bombeemos aire durante un rato.

—Hijo —comentó Hawks—, he buceado más metros en mi vida de los que tú has caminado.

—Esto apenas puede compararse con el buceo, señor.

Hawks se adelantó al campo de visión que había entre el rostro de Barker y el del alférez.

—Barker —le recordó—, le dije que iba a darle la oportunidad de que pudiera retirarse en el último momento si así lo deseaba.

—Me gusta la forma en que lo ha expresado, doctor.

—Debería ser obvia la razón por la que tenemos todos estos aparatos de control —insistió Hawks—. La fidelidad del proceso de resolución depende de la claridad de la señal que llega al receptor.

Incluso el haz más compacto que podamos enviar a la Luna va a recoger una cierta cantidad de ruido. De modo que lo alimentamos desde el transmisor que hay aquí hasta el banco de amplificadores, comprobando la señal con las lecturas que recogemos en la primera exploración.

»Claro que siempre existe una variación entre la cinta archivada y la señal. Con cada transmisión almacenamos una nueva cinta; sin embargo, se sigue produciendo un vacío de tiempo entre la última cinta y la siguiente transmisión del mismo objeto. Ésa es la razón por la que almacenamos un modelo estándar, junto con una tabla estadística del grado probable de variación cada ciertos períodos de tiempo. Al establecer analogías toscas en los amplificadores, y al introducir los factores estadísticos adecuados, somos capaces de crear una cierta medida de control.

—Espero que crea que entiendo lo que me está explicando, Hawks.

—Espero que lo intente. Ahora bien, cuando ya hemos hecho todo eso, disponemos de toda la precisión que podemos obtener. En ese punto, la señal es pulsada hacia la luna, y no sólo una vez, sino en repetidas ocasiones. Otro banco de amplificadores diferenciales instalado allí compara cada fragmento de información de cada pulsación de señal con todos los fragmentos de las señales que ha recibido. Rechaza todo aquello que difiera de la mayoría de sus duplicados. Tenemos la certeza de que cualquier error creado por el ruido de transmisión es descartado en el proceso.

»Lo que vamos a iniciar hoy será su exploración por primera vez. Nueve décimas partes de nuestro equipo de control no sirve para nada hasta que no disponga de lecturas de exploración con las que poder trabajar. De modo que, en esta primera ocasión, usted se confía por completo a nuestra capacidad como ingenieros electrónicos y a mi habilidad como diseñador. No puedo garantizar que el Al Barker que aparezca en el receptor del laboratorio sea el mismo hombre que es usted ahora. Uno puede poner a prueba un componente electrónico hasta quedar agotado, y éste te puede fallar en el momento más critico. El mismo proceso de comprobación lo puede haber debilitado lo suficiente. Y el propio escáner representa un alejamiento importante de las técnicas electrónicas habituales de donde se extrae una amplia base de las teorías conocidas. Yo sé cómo funciona. Sin embargo, existen lugares en los que todavía desconozco el porqué. Ha de darse cuenta… de que, una vez está en marcha la exploración, no podremos corregir ningún error que el equipo pueda estar cometiendo. Estamos ciegos. No sabemos qué parte de la señal describe qué parte del hombre. Puede que jamás lleguemos a saberlo.

»Cuando Thomas Edison habló en el cuerno de su reproductor de sonido, la vibración de su voz en el diafragma puso en funcionamiento una aguja unida a ese diafragma, y trazó un surco variable en el cilindro giratorio de cera. Cuando lo reprodujo, sonó “Mary tenía un corderito”. Pero, en ese punto, Edison quedó bloqueado. Si la aguja se salía, o la cera tenía un fallo, o el mecanismo de arrastre del cilindro variaba la velocidad, surgía algo totalmente distinto…, una emisión ininteligible de ruido.

»No había nada que Edison pudiera hacer al respecto. No disponía de forma alguna de saber qué surco formaba la canción y cuál el ruido. No poseía la técnica para coger una aguja en su mano y, simplemente, reproducir un cilindro para que interpretara “Mary tenía un corderito”. Lo único que podía hacer era comprobar su reproductor para que no hubiera un fallo mecánico y comenzar de nuevo: con su voz, el cuerno y el diafragma. No tenía ningún otro modo de realizarlo. Y, por supuesto, no necesitaba otro. No existe un gasto particularmente grande en decir «Mary tenía un corderito» una y otra vez, las que haga falta, hasta conseguir una reproducción perfecta.

»Y si Daguerre, al experimentar con los comienzos de la fotografía, descubría una placa con una exposición excesiva o insuficiente, o que tenía algunas manchas debido a unos productos químicos en mal estado o a una lente defectuosa, normalmente podía intentarlo otra vez. Poca importancia tenía que, esporádicamente, una fotografía se perdiera, ya que la única forma de salvarla habría sido conocer algo que los expertos en fotografía empiezan a descubrir hoy.

»Pero nosotros no podemos hacerlo, Barker. Usted no es “Mary tenía un corderito”. Como tampoco es algo de luz y sombra, que pueda ser preservado o perdido sin ningún daño crítico para su fuente. —Hawks sonrió con una triste timidez—. Un hombre es un Fénix, que ha de renacer de sus propias cenizas, ya que no existe nadie igual a él en todo el universo. Si el viento dispersa las cenizas en una torpe parodia, entonces el Fénix estará muerto para siempre. Nada que nosotros conozcamos podrá traerle a usted de vuelta.

»Quiero que me entienda: el Al Barker que reconstruyamos será casi con toda seguridad usted. Las probabilidades estadísticas se hallan a su favor. Sin embargo, el escáner es incapaz de discriminar. Se trata sólo de una máquina. Un fonógrafo no conoce lo que interpreta. Una cámara fotografía todo lo que se le ponga por delante. No puede insertar lo que no está ahí, y no omitirá la mancha de lápiz de labios de su cuello. Pero, si por alguna razón la película hubiera perdido su sensibilidad para captar el rojo, lo que aparezca en ella no se parecerá en nada a una mancha de carmín…, puede que ni siquiera se parezca a nada. ¿Comprende lo que intento decirle? El equipo está montado todo lo bien que puede estarlo. Una vez que tengamos nuestro negativo, conseguimos unas reproducciones perfectas. No obstante, lo que buscamos ahora es el negativo.

Barker preguntó con ligereza:

—¿Han tenido alguna vez un problema, doctor?

—Si lo tuvimos, no lo sabemos. Hasta donde podemos afirmar, nuestras exploraciones preliminares siempre han sido perfectas. Por lo menos, los objetos y los organismos vivos con los que hemos tratado han funcionado exactamente como lo hicieron siempre. Sin embargo, un hombre es algo tan complicado, Barker. Un hombre es tan superior a su tosca estructura física. Ha pasado toda su vida pensando…, llenando su cerebro con las insignificancias almacenadas que recuerda y que vuelve a conectar cada vez que piensa. Su cuerpo únicamente es la concha en la que vive. Su cerebro es sólo un complejo de recuerdos almacenados. Su mente…, su mente es lo que él hace con esos recuerdos. No existe otra igual. En un cierto sentido, un hombre es su propia creación.