—Quizá en privado —dijo a Carabella—, cuando la corte mire a otro lado, podamos reunimos de vez en cuando, y lanzar mazas, ¿eh, Carabella?
—Creo que sí, mi señor. Me gustaría.
—Y podemos fingir… que estamos entre Falkynkip y Dulorn, preguntándonos si el Circo Perpetuo va a contratarnos, preguntándonos si encontraremos posada, si… si…
—¡Mi señor, mira lo que están haciendo los skandars! ¡Qué habilidad más increíble! ¡Tantos brazos, y todos tan atareados! Lord Valentine sonrió.
—Debo pedir a Zalzan Kavol que me enseñe a hacer eso —dijo—. Algún día, pronto. Cuando tenga tiempo.
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