– ¿Cuál es el número que estabas buscando?
– Tres-cuatro-tres, tres-siete-tres -le dije.
– ¡Ven a ver!
Allí estaba la mitad de un billete con el número 3-4-3.
A lo largo de la República de México cada uno de los cientos de miles de vendedores, al igual que esta pequeña tienda, recibe billetes con los mismos primeros tres números cada mes. Esta tienda era la única en toda la nación que vendía el número 343. El número 373 se vendía en la ciudad de México.
Unas cuantas semanas después me enteré de que mi mitad del primer billete de lotería que había comprado en mi vida se había ganado 10000 dólares, mismos que necesitaba con urgencia. Aunque me sentía sumamente alborozado, hice caso omiso del refrán que dice: "A caballo regalado no se le mira el colmillo", y analicé con sumo cuidado este caballo regalado, y lo que descubrí resultó ser mucho más valioso que el regalo mismo. Mi reflexión constituyó el fundamento para una convicción sólidamente cimentada de que mis estudios valían la pena. De alguna manera había yo establecido contacto con la Inteligencia Suprema. Quizá había establecido contacto con ella en muchas ocasiones y no me había dado cuenta; en esta ocasión lo sabia.
Tomemos en cuenta el número de acontecimientos aparentemente casuales que me condujeron a esto. En un momento de desesperación, soñé con un número en una forma hasta tal punto sorprendente (con aquella luz) que tenía que recordarlo. Después un amigo llegó para invitarme a tomar un café y, aunque estaba fatigado, acepté. Mi esposa pasó y me pidió que comprara alcohol de fricción, cosa que me condujo al único sitio en México en donde ese billete en particular estaba a la venta.
Cualquiera que piense que todo esto no es más que una coincidencia estaría en apuros para explicar un hecho sorprendente, que se puede constatar cabalmente: cuatro graduados de Control Mental en Estados Unidos, también ganaron en loterías, por medio del uso de otras técnicas que yo desarrollé más tarde. Ellos son:* Regina M. Fornecker, de Rockford, Illinois, quien ganó 300000 dólares; David Sikich, de Chicago, quien ganó 300 000 dólares; Francés Morroni, de Chicago, quien ganó 50000 dólares y John Fleming, de Buffalo, Nueva York, quien ganó 50000 dólares.
No tenemos ninguna objeción en contra de la palabra "coincidencia" en Control Mental; de hecho le adjudicamos un significado especial. Cuando una serie de acontecimientos que resulta difícil explicar conduce a un resultado constructivo, le damos el nombre de coincidencia. Cuando los acontecimientos conducen a un resultado destructivo les damos el nombre de accidente. En Control Mental aprendemos a provocar coincidencias. "Es simplemente una coincidencia", constituye una frase que nosotros no empleamos.
El sueño que me llevó a ganar en la lotería me convenció de la existencia de la Inteligencia Suprema y de su aptitud para comunicarse conmigo. El que esto sucediera cuando yo estaba dormido y profundamente perturbado en relación con el trabajo de mi vida no resulta notable en absoluto, según lo veo ahora. Miles de personas han recibido información en sus sueños de algún modo paranormal cuando se encontraban desesperados o en peligro, o en un momento crucial de su vida. En la Biblia se narra un gran número de sueños de este tipo. Sin embargo, en ese momento, el hecho de que me sucediera a mí parecía nada menos que un milagro.
De mis lecturas recordaba que Freud decía que el sueño crea condiciones favorables para la telepatía. Para dar una explicación a mi sueño tuve que ir más allá y pensar que el sueño crea condiciones favorables para recibir información de la Inteligencia Suprema. Después fui todavía más lejos y me pregunté si tendríamos que ser como alguien que espera pasivamente a que el teléfono suene. ¿No podríamos nosotros mismos marcar el número para comunicarnos con la Inteligencia Suprema, bajo nuestra propia iniciativa? Como persona religiosa, yo razoné que si podemos llegar a Dios por medio de la oración, seguramente que podemos idear un método para llegar a la Inteligencia Suprema. (Como usted verá más adelante, en el capítulo quince, en donde hablo de Dios y de la Inteligencia Suprema, me refiero a cosas diferentes).
Sí, mis experimentos demostraban que podemos comunicarnos con la Inteligencia Suprema de varias maneras. Una de ellas es el Control de los Sueños, mismo que resulta muy sencillo y se aprende con facilidad.
Usted no puede contar con que una luz brillante lo ayude a recordar sus sueños, pero puede confiar en el efecto acumulativo de ¿programarse mientras está a nivel, para recordarlos. Mientras medita justamente antes de irse a dormir, diga: "Quiero recordar un sueño. Voy a recordar un sueño". Ahora duérmase con papel y lápiz junto a su cama. Cuando se despierte, ya sea por la noche o en la mañana, escriba lo que recuerde de un sueño. Siga practicando esto noche tras noche y su recordación será más clara y más completa. Cuando se sienta satisfecho de haber desarrollado su habilidad, estará preparado para el segundo paso:
Durante su sesión de meditación, antes de dormirse, repase un problema que se pueda resolver por medio de información o consejos. Asegúrese de que verdaderamente le interesa resolverlo, pues las preguntas ociosas producen respuestas ociosas. Ahora prográmese a sí mismo con estas palabras: "Quiero tener un sueño que contenga información para resolver el problema que tengo en mente. Voy a tener dicho sueño, lo voy a recordar y lo voy a comprender"
Cuando se despierte por la noche o por la mañana, reconstruya el sueño que recuerde en forma más vivida y busque su significado.
Como mencioné con anterioridad, nuestro método para la interpretación de los sueños tiene que ser diferente del método freudiano, en virtud de que nosotros generamos deliberadamente los sueños. En consecuencia, si acaso está usted familiarizado con la interpretación freudiana de los sueños, olvídese de ella para los efectos de Control Mental.
Imagine lo que Freud diría acerca de este sueño: un hombre se encontraba en medio de la selva rodeado de salvajes. Se estaban acercando a él en actitud amenazadora, alzando y bajando sus lanzas. Cada lanza tenía un agujero en la punta. Cuando se despertó vio su sueño como la respuesta a un problema que habla obsesionado su trabajo: cómo diseñar una máquina de coser. Podía hacer que la aguja subiera y bajara, pero no que cosiera… hasta que su sueño le dijo que hiciera un agujero en la punta. El hombre era Elias Howe, inventor de la primera máquina de coser práctica.
Un graduado de Control Mental atribuye al control de los sueños el mérito de haberle salvado la vida. En la víspera de un viaje de siete días en motocicleta, él programó un sueño para que le advirtiera de cualquier peligro en particular que él pudiera enfrentar. La mayor parte de los viajes prolongados que había hecho con anterioridad se habían caracterizado por pequeños percances: un neumático desinflado en una ocasión; tierra en la manguera del combustible en otra; y en su último viaje, una nevada imprevista.
Soñó que estaba en la casa de un amigo. Para cenar le servían un plato lleno de ejotes(Habichuelas tiernas en su vaina.) crudos, en tanto que todos los demás saboreaban una deliciosa quiche Lorraine. ¿Significaba esto que tenía que abstenerse de comer ejotes a lo largo de su viaje? El peligro de que esto sucediera era mínimo, ya que le desagradaban los ejotes, particularmente crudos. ¿Significaba el sueño que ya no era bienvenido en la casa de su amigo? No, él tenía confianza en su amistad; además de ello, eso no tenía nada que ver con su viaje en motocicleta.
Dos días más tarde viajaba a toda velocidad por una carretera de Nueva York, en la madrugada. Era una hermosa mañana, la carretera estaba en perfectas condiciones, y no había tráfico, excepto por un pequeño camión que iba adelante.