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Vamos a dar un vistazo primero a los estudiantes. Control Mental se ha impartido, con frecuencia como materia escolar completamente acreditada, en veinticuatro colegios y universidades, dieciséis secundarias y ocho primarias.

Usted podría esperar que el mismo curso enseñado en forma distinta, en escuelas diferentes, a alumnos de diversas edades y antecedentes económicos y culturales desiguales lograría resultados disímbolos. Pero no es así. Los resultados han sido hasta tal punto uniformes que ahora se puede decir con seguridad que en ciertos conceptos básicos, son predecibles. Al introducir Control Mental en una escuela el resultado será que los estudiantes tendrán una autodirección más poderosa, una mayor orientación propia que surge del perfeccionamiento de la capacidad que surge para resolver problemas por sí mismos. En otras palabras, una mayor fortaleza del ego. Esto ha sido medido en forma científica por el doctor George De Sau, quien fuera director de Investigaciones Educativas para Control Mental Silva y director de Asesoramiento y Exámenes en el Williamsport (Pensilvania) Área Community College.

La primera prueba se realizó en 1972 en la escuela secundaria Hallaban High School de Filadelfia, en donde 2 000 estudiantes tomaron el curso. Una semana antes y dos semanas después, 220 estudiantes elegidos al azar fueron sometidos al cuestionario High School Personality Questionnaire, que consiste de aproximadamente 140 preguntas que miden sensiblemente la imagen que una persona tiene de sí misma. De esta manera dicha imagen se puede resumir en un retrato con catorce características: audaz, entusiasta, seguro de sí mismo, y así sucesivamente. La prueba se emplea ampliamente en la investigación y el asesoramiento.

Los retratos de la imagen propia de estos 220 estudiantes se combinaron en un solo perfil de grupo, y después se compararon antes y después. Resultados: cambios fundamentales hacia una mayor fortaleza del ego, confianza en sí mismos y serenidad, y alejamiento de la impaciencia, la inseguridad y el aislamiento. En algunos sentidos los estudiantes no manifestaron ningún cambio, como por ejemplo en el equilibrio entre la autoridad y la sumisión, el idealismo y el realismo. Lo que todo esto quería decir era que estos alumnos adquirieron un mayor respeto de sí mismos después de tomar el curso de Control Mental, que el que tenían antes.

Como es natural, el punto de vista que tenemos acerca de nosotros mismos varía día a día, a causa de los cambios que se producen en la pautas que rigen a la vida. Si aplicáramos el test a un grupo escogido al azar y después lo repitiéramos tres semanas más tarde, encontraríamos algunos cambios. Esto también ha sido estudiado por aquellas personas que elaboraron el test. Los cambios fortuitos que ocurrirían por casualidad constituyen una expectativa normal, y la proporción de ellos ha sido calculada. Para evaluar los resultados en la Escuela Hallaban, fue necesario determinar en qué proporción excedían los cambios obtenidos, a aquellos que la casualidad podía producir. Aquí tiene usted lo que se descubrió:

Para que la casualidad produjera cambios positivos tan grandes en la fortaleza del ego como aquellos que produjo Control Mental en Hallaban, habría sido necesario aplicar el test más de mil veces a un grupo elegido al azar, más de mil veces para igualar el cambio en la confianza en sí mismos, más de mil veces para equiparar el cambio en la serenidad. La diferencia no radicaba en la casualidad, sino en Control Mental.

Mientras el curso estaba en progreso, un reportero del periódico Philadelphia Daily News, Joe Clark, entrevistó a algunos estudiantes durante la hora del almuerzo. En un artículo que se publicó el 27 de septiembre de 1972, él citó las palabras de Kathy Brady, de trece años de edad, quien se había mordido las uñas desde que tenía ocho años: "Siempre me las mordía cuando me ponía nerviosa. Cuando estaba en el auditorio esta mañana me dieron ganas de mordérmelas, pero no lo hice. Sencillamente pensé: «No te muerdas las uñas». Cerré los ojos y me relajé".

Pat Esienlohr le dijo que había dejado pasar una riña con su hermano menor, algo que muy raras veces había sucedido con anterioridad. "Me dije a mí misma: «No tiene caso que te enojes. ¿Para qué pelear?» y no lo hice. También me deshice de un dolor de cabeza esta mañana diciéndome a mí misma que tenía que deshacerme de él. Sé que parece fantástico, pero funciona".

Ahora vamos a comparar los resultados obtenidos en esta escuela con otros dos estudios realizados, uno en Lawrenceville, secundaria católica y mixta ubicada en Pittsburgh, y el otro en St. Fidelis, secundaria católica para varones que desean convertirse en sacerdotes.

En Lawrenceville y en St. Fidelis, al igual que en Hallaban, el cambio fundamental que se observó entre los estudiantes fue en la fortaleza del ego. Lo que es más, este cambio fue uniforme: en cada escuela el perfil de grupo mejoró hasta un grado que tan solo habría podido ocurrir por casualidad una vez en un millar. El mismo grado de cambio respecto a la serenidad se produjo en Hallaban y en Lawrenceville, si bien fue menor en St. Fidelis. En las tres escuelas se produjeron grados variables de cambio positivo en la confianza en sí mismos.

Los hallazgos de los que forman parte las observaciones anteriores no dejaron completamente satisfecho al doctor De Sau. Aunque se sintió alentado por los resultados positivos y tranquilizado por el patrón uniforme de beneficios obtenidos con Control Mental, hacía falta algo más. Los tests aplicados al grupo antes, y dos semanas después del entrenamiento de Control Mental no indican si estos beneficios tienen un valor perdurable, pero si se aplicaran tests cuatro meses después del entrenamiento, estos tests lo tendrían.

El doctor De Sau hizo esto en Lawrenceville y en St. Fidelis y se encontró ante algunas sorpresas. [En todas las características mencionadas arriba (fortaleza del ego, confianza en sí mismo, serenidad) los estudiantes mejoraron mucho más a lo largo del periodo de cuatro meses, de lo que lo habían hecho durante las dos semanas que siguieron al curso!

En el informe que rindió acerca de estos estudios, el doctor De Sau llegó a la siguiente conclusión:

Quizá los cambios que tuvieron lugar con los estudiantes mencionados arriba en sus distintos ambientes educativos se pueden evaluar en forma óptima desde una perspectiva como la que sostiene John Holt, educador y autor. Holt defiende la posición de que el proceso educativo con frecuencia ha sido un proceso torpe en la enseñanza, ya que contribuye al incremento de la ansiedad, el sentimiento de culpabilidad y a una dependencia casi continua en el medio ambiente exterior para recibir aprobación o desaprobación. Todas estas son condiciones que pueden producir comportamiento conformista o neurótico, pero es muy poco lo que hacen para incrementar la educación o el adelanto humano. Contamos con bases razonables para creer que en las demás instituciones sociales se pueden encontrar las mismas condiciones.

Los datos de la investigación mencionados arriba indican, por lo menos desde la perspectiva educativa, que existe una alternativa alentadora y viable. Un factor de cambio que es persistente y vigoroso después del entrenamiento de Control Mental es el de un desplazamiento hacia los puntos internos de referencia, es decir, el reconocimiento que un individuo tiene de su propio valer y un paso significativo hacia el autocontrol por otros individuos.