Otro paciente más (que no formaba parte del grupo severamente alterado) tenía miedo de las cosas que se harían en el último día del curso, y después de tener una pesadilla, no asistió al último día.
Un hombre paranoico esquizofrénico, de treinta años de edad, manifestó una gran vivacidad, que se acercaba a proporciones ciclotímicas, después del curso. Puso en práctica diversas técnicas de Control Mental para determinar qué era lo que iba a hacer con el resto de su vida, y dedicó muchas horas a verificar las posibilidades de los sueños programados. Esto se consideró como un aumento en las defensas compulsivas. No obstante, como resultado del incremento en su actividad, se sintió capacitado para regresar a la escuela para obtener un Doctorado en Filosofía. También logró analizar un sistema alucinatorio que había experimentado años atrás, cuando pensó que había sido enviado telepáticamente en una misión para asesinar a alguien. Si no hubiera tomado el curso, es posible que esto jamás hubiera surgido y nunca se hubiera resuelto.
En comparación con los efectos negativos relativamente escasos y secundarios del curso, se requeriría de un libro completo para describir los efectos y resultados positivos. El descubrimiento más consistente fue uno que no habíamos estado buscando y que no esperábamos. En casi todos los casos se produjo un incremento en la percepción de la realidad. De los 58 individuos que tomaron el EWI, uno empeoró en forma apreciable, 21 permanecieron aproximadamente igual, y 36 manifestaron un aumento impresionante en la percepción de la realidad. De los 21 que permanecieron aproximadamente igual, 15 obtuvieron resultados en una dirección saludable.
Los resultados promedio de las primeras 20 mujeres que tomaron el curso se enviaron al doctor El-Meligi, coautor del cuestionario EWI, Él elogió los cambios extraordinarios que tuvieron lugar después del entrenamiento de Control Mental Silva y dijo que en algunas categorías los resultados obtenidos antes y después del curso eran semejantes a los de una persona durante un viaje desagradable de LSD y después de este (véanse las gráficas A y B). En cada una de las once categorías se produjo una mejoría consistente. Los resultados individuales fueron más impresionantes (gráficas E, F y G). Los resultados mixtos del 50 por ciento de los hombres y mujeres que mejoraron en mayor grado aparecen indicados en las gráficas C y D. Se considera que ninguna psicoterapia convencional podría producir tantos cambios en una semana; de hecho, podría haber requerido de meses o años de terapia.
Los resultados de una mujer paranoica involutiva cambiaron tanto con el curso de una semana como habían cambiado en otra ocasión con once tratamientos de electrochoques y doce semanas de hospitalización. Después del curso de una semana de duración, logró abordar por sí misma un autobús por primera vez en cuatro años.
Otra mujer, que era esquizofrénica paranoica y agudamente alucinatoria, conservó algunos de sus pensamientos alucinatorios después del curso, pero logró ponerse a nivel de Control Mental en repetidas ocasiones para analizar estos pensamientos y en cada ocasión llegó a una ideación clara y racional.
Otra mujer, con una aguda reacción esquizofrénica se mostró excesivamente alterada para resolver el EWI. Se le dio la oportunidad de elegir: tratamiento de choques o Control Mental. Al final del curso se produjo una mejoría clínica, y no solo logró resolver el EWI, sino que obtuvo resultados bastante buenos en él.
Otra mujer más, una hipocondríaca con una historia de veinte operaciones, estaba a punto de someterse a otra. Mientras los especialistas en medicina interna estaban examinando todavía su corazón y sus riñones, ella utilizó una técnica de Control Mental para programar un sueño que le diagnosticó una obstrucción intestinal en la confluencia ileocecal. Descubrió por el mismo sueño que ella misma había producido la obstrucción, la manera en la que lo había hecho y la razón por la que lo había hecho. Las técnicas de Control Mental la capacitaron para aliviar la obstrucción en una forma repentina e inexplicable una hora después de que el diagnóstico fue confirmado en el hospital quirúrgico. La ubicación exacta de esta obstrucción fue confirmada con los registros de operaciones previas.
Otra mujer excesivamente distraída, de veintiún años de edad tenía tendencias suicidas muy peligrosas y se encontraba en las etapas iniciales de una psicosis aguda. La paciente nos había asegurado que no había nada que pudiéramos hacer para ayudarla, y que era muy probable que ella sencillamente se matara. La enviamos al curso de Control Mental bajo una vigilancia esmerada. Para nuestra sorpresa, se volvió notablemente calmada, más racional, sus procesos de pensamiento ya no iban en todas las direcciones a la vez, y era menos pesimista. Una hospitalización y elevadas dosis de medicamentos no podrían haberla calmado hasta ese grado. Ella repitió el curso dos semanas después y volvió a mejorar. Había cambiado para bien en una forma extraordinaria.
Otro individuo más, alucinatorio en exceso, quien pensaba que podía encoger a la gente, tomó el curso mientras estaba hospitalizado, y regresaba cada día al hospital. Aunque siguió pensando que podía encoger a la gente, se había calmado en forma notable, manifestó una mejoría en el afecto, otras partes del sistema alucinatorio empezaron a desaparecer, y ya no pasaba horas rumiando sobre el significado de parábolas simples. Tomó el curso durante su sexta semana de hospitalización, y los cambios fueron más notables que a lo largo de las cinco semanas previas. (Ver gráfica E).
Una mujer paranoica involutiva volvió a ser una persona normal después del curso. Varios individuos más adquirieron un mejor entendimiento de sus enfermedades como resultado de ciertas porciones del curso.
Desde el punto de vista clínico, el grupo severamente alterado en conjunto manifestó un cambio impresionante. Solamente uno de sus miembros se alteró más. Todos los demás se beneficiaron hasta cierto grado con el entrenamiento. Se produjo un incremento en la energía emocional después del curso y una mejoría en el afecto. Muchas personas con afecto apagado manifestaron entusiasmo por primera vez. Tenían una perspectiva más positiva de su futuro, y algunos adquirieron un mejor entendimiento de sus procesos psicóticos. Incluso algunos que conservaron el efecto alucinatorio lograron evaluar su ideacíón en el "nivel de Control Mental" y llegar a la lucidez y la comprensión.
Se produjo una mayor relajación y una disminución de la ansiedad. Los pacientes aprendieron a depender de sus propios recursos internos para comprender, enfrentar y resolver problemas, y el ser capaces de hacerlo les proporcionó una mayor confianza en sí mismos.
Algunos de los pacientes que habían padecido psicosis descubrieron que su enfermedad había intensificado su habilidad para funcionar en un estado alterado de la conciencia, y esto añadió un entendimiento de su prolongada enfermedad y dio significado a su vida.
Los pacientes neuróticos (114 de ellos) no manifestaron efectos negativos desde el punto de vista clínico. Seis de ellos tomaron el EWI. Sus resultados mejoraron, pero no tanto como los del grupo severamente alterado, en virtud de que sus primeros resultados ya se encontraban muy cerca del extremo saludable de la escala. Invariablemente, los pacientes neuróticos parecieron beneficiarse con el entrenamiento de CMS. Aquellos que continuaron la práctica de las técnicas después del entrenamiento lograron alterar su vida en gran medida, e incluso los que no practicaban las técnicas con constancia pudieron utilizarlas en momentos de crisis personales: cuando tenían que enfrentar tensiones o se veían obligados a tomar decisiones de importancia. Para todos pareció constituir una experiencia de expansión mental, una revelación de que podían usar su mente de nuevas maneras. El entusiasmo del grupo se intensificó hacia el final del curso, y la mayor parte de las personas experimentó un nivel emocional más elevado y más positivo.