– No empieces a inventarte problemas. Allie es perfectamente feliz. Además, ¿por qué no iba a serlo? Por el amor de Dios, Allie Fortune es la envidia de toda mujer americana.
– No sé -Kate frunció el ceño-. Había algo en sus ojos… Creo que nunca se recuperó tras la ruptura de su compromiso con…
– Ni lo menciones. Ya te has inmiscuido demasiado. Allie es una mujer adulta y puede cuidar perfectamente de sí misma.
– ¿Igual que Kyle?
Sterling se levantó, rodeó el escritorio y se detuvo justo en frente de Kate.
– No me gusta ese brillo de tus ojos, Kate. Recuerda que se supone que estás muerta, y también que esa es la mejor manera de impedir que te maten. Probablemente, el tipo que apareció en tu avión era un asesino a sueldo, y hasta que no averigüemos quién lo pagaba, estás en peligro. Así que no te preocupes por Allison.
Kate chasqueó la lengua y sintió que se le tensaba la espalda, como le ocurría cada vez que se enfrentaba a un desafío.
– Mira, Sterling, sabes perfectamente que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para que mi familia sea feliz.
– Ni lo sugieras… -le advirtió Sterling.
– Oh, de momento no voy a hacer nada. Me limitaré a no perder de vista a Allison, bueno, serás tú el que no tendrá que perderla de vista. Eso es todo.
– Kate…
– Tú limítate a mantenerme informada de cómo le van las cosas a Allison. Y en cuanto a los que estaban intentando matarme. Bueno, no saben a quién se están enfrentando.
– ¿Eso es todo? -le preguntó Sterling burlón.
– Solo recuerda lo que siempre te digo: en esta vida nada es imposible.
– Eres sorprendente -Sterling rió y la agarró del brazo-.Incluso de muerta.
– Siempre y cuando no lo olvides, Sterling -contestó Kate-, tú y yo continuaremos llevándonos estupendamente.
Lisa Jackson