Harold Pinter
El montaplatos
(The dumb waiter)
1957-1960
Traducción: Manuel Barberá
Personajes
Gus
Ben
Acto único
Habitación en un sótano , en algún lugar de Birmingham. Es una noche de otoño. Hay dos puertas a derecha e izquierda, respectivamente, de la pared de foro. En el centro de la pared se ve una saliente que luego resulta ser un montaplatos. Hay dos camas, una a derecha y otra a izquierda de la saliente; la de la derecha pertenece a Gus y la de la izquierda a Ben. Ambas tienen las cabeceras colocadas contra la pared y los pies hacia el público. Contra la pared de la izquierda, adelante, hay una silla de respaldo recto. La puerta de la izquierda conduce al lavatorio y a la cocina. Las dos camas están hechas, pero algo revueltas; en cada una de ellas penden las corbatas, los chalecos y los sacos respectivos de ambos hombres. Bajo cada almohada, un revólver y una pistolera.
Al levantarse el telón, Ben está acostado en la cama de la izquierda, leyendo el diario. Gus se halla sentado en el lado derecho de la cama de la derecha, atándose con dificultad los cordones de los zapatos. Los dos hombres se encuentran en mangas de camisa, con pantalones y tiradores. Gus se ata el zapato, se levanta, bosteza y comienza a caminar despacio hacia la puerta de la izquierda. Se detiene, baja la mirada y sacude un pie. Ben baja el diario y observa a Gus. Gus se arrodilla y se desata el zapato; se lo quita lentamente. Mira adentro y saca una caja de fósforos aplastada, que sacude y examina. Las miradas de ambos se encuentran. Ben agita el diario y lee. Gus se guarda la caja de fósforos en el bolsillo y se agacha para ponerse el zapato. Con dificultad ata el cordón. Ben baja el diario y lo observa. Gus se arrodilla, desata el cordón, y de nuevo se quita lentamente el zapato. Mira adentro y saca un atado de cigarrillos aplastado. Lo sacude y lo examina; nuevamente las miradas de ambos se encuentran. Ben mueve el diario haciendo ruido y sigue leyendo. Gus se guarda el atado en el bolsillo, se agacha, se pone el zapato y lo ata. Luego se aleja al desgaire hacia la izquierda. Ben tira con violencia el diario sobre la cama y sigue a Gus con mirada furibunda. Recoge el diario y se acuesta en la cama boca arriba, leyendo. Sigue un silencio. Luego se escucha el ruido de la cadena del baño, tirada dos veces, pero sin que el agua corra. Este ruido viene de la izquierda. Silencio de nuevo. Gus vuelve a entrar por la izquierda y se detiene en la puerta, rascándose la cabeza. Ben tira el diario con fuerza.
Ben: ¡Uaajjj! (Recoge el diario.) ¿Qué te parece esto? Escucha. (Refiriéndose al diario.) Un hombre de ochenta y siete años quiso cruzar la calle. Pero había muchísimo tránsito. No encontraba manera de pasar. En vista de eso, se metió debajo de un camión.
Gus: ¿Qué hizo?
Ben: Se metió debajo de un camión. Un camión estacionado.
Gus: ¡No!
Ben: El camión echó a andar y le pasó por encima.
Gus: ¡Bah!
Ben: Es lo que dice aquí.
Gus: ¡Las cosas que pasan!
Ben: Es como para hacerlo a uno vomitar, ¿no es cierto?
Gus: ¿Quién le aconsejó que hiciera semejante cosa?
Ben: ¡Un hombre de ochenta y siete años, que se mete debajo de un camión! Gus: Es como para no creer.
Ben: Aquí está, en letras de molde.
Gus: ¡Increíble! (Silencio. Gus menea la cabeza y sale por la izquierda. Nuevamente, desde afuera a la izquierda, un tirón a la cadena del baño, pero el agua no corre. Ben silba ante un artículo del diario. Vuelve Gus.) Quiero preguntarte una cosa.
Ben: ¿Qué has estado haciendo ahí fuera?
Gus: Bueno, estaba…
Ben: ¿Qué hay del té?
Gus: Iba precisamente a prepararlo.
Ben: Bueno, prepáralo.
Gus: Sí, ya voy. (Se sienta en la silla de la izquierda. Jugando con sus pensamientos.) Lo que puedo decir es que esta vez ha puesto una vajilla muy linda Con una especie de rayas. Rayas blancas. (Ben lee.) Es muy linda. No hay duda. (Ben vuelve la hoja.) En la taza. En el borde, todo alrededor. Lo demás es todo negro, ¿sabes? El platito es negro, salvo en el medio, donde se pone la taza. Allí es blanco. (Ben lee.) Los platos son iguales, ¿sabes? Sólo que tienen una raya negra… los platos, que los atraviesa por el centro. Sí, estoy encantado con la vajilla.
Ben (sin dejar de leer): ¿Para qué quieres platos? No vas a comer.
Gus: He traído unos bizcochos.
Ben: Bueno, será mejor que los comas pronto.
Gus: Siempre traigo algunos bizcochos. O una torta. Es que… claro, no puedo tomar té si no como algo.
Ben: Bueno, en ese caso, ¿quieres preparar el té? Estamos perdiendo el tiempo.
Gus saca el paquete aplastado de cigarrillos y lo observa.
Gus: ¿Tienes cigarrillos? Creo que se me han terminado. (Tira el atado hacia arriba y luego se inclina para recogerlo.) Espero que este trabajo no sea muy largo. (Haciendo puntería con cuidado, tira el atado debajo de la cama.) ¡Oh! Quería preguntarte una cosa.
Ben (arrojando el diario): ¡Bahh!
Gus: ¿Qué pasa?
Ben: Una criatura de ocho años mató a un gato.
Gus: (incrédulo): ¡Vamos!
Ben: ¡Es la verdad! ¿Qué te parece? Una criatura de ocho años que mata a un gato.
Gus: ¿Y cómo lo hizo ese chico?
Ben: Era una chica.
Gus: ¿Y cómo lo hizo esa chica?
Ben: Y… (Levanta el diario y lo observa.) No lo explica.
Gus: ¿Por qué no?
Ben: Espera un momento. Dice solamente… "El hermano, que tiene once años, contempló el incidente desde el galpón de las herramientas".
Gus: ¡Oh!
Ben: Eso es completamente ridículo.
Pausa.
Gus: Yo apostaría cualquier cosa a que fue él.
Ben: ¿Quién?
Gus: El hermano.
Ben: Creo que tienes razón. (Pausa. Arroja el diario al suelo.) ¿Qué te parece? Un chico de once años que mata a un gato y le echa la culpa a la hermana, de ocho años. Es como para…
Se detiene repentinamente, disgustado, y toma el diario.
Gus se levanta.
Gus: ¿A qué hora tienen que llamar?
Ben: ¿Pero qué te pasa? Puede ser a cualquier hora. Cualquiera.
Gus: (dirigiéndose hacia los pies de la cama de Ben): Bueno, yo quería preguntarte una cosa.
Ben: ¿Qué?
Gus: ¿Has notado el tiempo que tarda el tanque en llenarse?
Ben: ¿Qué tanque?
Gus: El del baño.
Ben: No. ¿Tarda?
Gus: ¡Es terrible!
Ben: Bueno, ¿y entonces?
Gus: ¿Qué crees que le sucede?
Ben: Nada.
Gus: ¿Nada?
Ben: Sencillamente, tiene el flotador descompuesto.
Gus: ¿Descompuesto el qué?
Ben: El flotador.
Gus: ¡No! ¿De veras?
Ben: Es lo que yo diría.
Gus: ¡Caramba! A mí no se me ocurrió. (Camina como al azar hasta su cama y aprieta el colchón.) Hoy no he dormido bien. ¿Y tú? Esta no es una gran cama. Además, me habría venido bien otra frazada. (Advierte una foto en la pared del fondo, a la derecha.) ¡Oh! ¿Qué es esto? (Mirándola fijamente.) "Los primeros once". ¡Diablos! ¿Has visto esto, Ben?
Ben (leyendo): ¿Qué?
Gus: Los primeros once.
Ben: ¿Once qué?
Gus: Un retrato que hay aquí… de los primeros once.
Ben: ¿Qué primeros once?