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Gus: ¿Qué?

Ben: Estas papas fritas.

Gus: ¿Dónde las encontraste?

Ben (lo golpea en el hombro): ¡Ah, muchacho, estás haciéndome jugadas muy feas!

Gus: Las como solamente con cerveza.

Ben: ¿Y de dónde ibas a sacar la cerveza?

Gus: Estaba ahorrando para comprarla.

Ben: Esto no me lo voy a olvidar. Ponlo todo en el plato. (Apilan todo en el plato. La caja sube sin el plato.) ¡Un momento!

Permanecen de pie.

Gus: ¡Se fue!

Ben: ¡Todo por tu estúpida culpa, por las trampas que haces!

Gus: ¿Y ahora qué hacemos?

Ben: Tendremos que esperar a que baje. (Pone el plato sobre la cama y se carga la pistolera en el hombro; comienza a colocarse la corbata.) Será mejor que te prepares.

Gus va hasta su cama, se pone la corbata y empieza a acomodarse la pistolera. Gus: ¡Eh, Ben!

Ben: ¿Qué?

Gus: ¿Que pasa aquí?

Pausa.

Ben: ¿Qué quieres decir?

Gus: ¿Cómo es posible que esto sea un café?

Ben: Era un café.

Gus: ¿Has visto la cocina de gas?

Ben: ¿Y qué?

Gus: Sólo tiene tres quemadores.

Ben: ¿Y qué hay con eso?

Gus: Que no se puede hacer muchas cosas con tres quemadores, sobre todo en un lugar con mucho movimiento como éste.

Ben (irritado): ¡Por eso el servicio es tan lento!

Se pone el chaleco.

Gus: Sí, pero ¿qué pasa cuando no estamos aquí? ¿Qué hacen entonces? Todos esos pedidos de menú que bajan y no sube nada. Es posible que esto ocurra desde hace años. (Ben se cepilla el saco.) ¿Qué pasa cuando no estamos? (Ben se pone el saco.) No podrán hacer gran negocio. (Baja la caja. Se vuelven. Gus va hasta la portezuela y saca la nota. Leyendo.) "Pasticcio de macarrones. Armitha macarronada."

Ben: Platos griegos.

Gus: No.

Ben: Tienes razón.

Gus: Es gente muy fina.

Ben: ¡Pronto, antes de que se vaya!

Gus pone el plato en la caja.

Gus (gritando por el hueco hacia arriba): ¡Tres conservas de McVitie y Price! ¡Una cerveza Lyons etiqueta negra! ¡Un paquete de papas fritas Smith! ¡Una torta de coco! ¡Una de fruta y nuez!

Ben: ¡Queso!

Gus (por el hueco): ¡Queso!

Ben (dándole la leche): ¡Una botella de leche!

Gus (gritando hacia arriba por el hueco): ¡Una botella de leche! ¡De medio litro! (Mira la etiqueta.) ¡Express Dairy! (La caja sube.) Llegué a tiempo.

Ben: No tendrías que gritar de esa manera.

Gus: ¿Por qué no?

Ben: No se acostumbra. (Va hasta su cama.) Bueno, por ahora eso debería bastar.

Gus: ¿Te parece?

Ben: ¿Por qué no te vistes? En cualquier momento estará aquí de vuelta.

Gus se pone el chaleco. Ben se echa en la cama y mira el cielo raso.

Gus: ¡Qué casa ésta! ¡Sin té ni bizcochos!

Ben: De tanto comer te vuelves perezoso, amigo. ¿Sabías que estás volviéndote perezoso? El trabajo hay que hacerlo pronto.

Gus: ¿Te refieres a mí?

Ben: ¡Claro! Pierdes tiempo.

Gus: ¿Yo, pierdo tiempo?

Ben: ¿Has revisado tu revólver? Ni siquiera lo has hecho. Tiene un aspecto horrible. ¿Por qué no lo lustras alguna vez?

Gus frota el revólver en la sábana. Ben saca un espejo de bolsillo y se arregla la corbata.

Gus: ¿Dónde estará el cocinero? Sin duda tuvieron unos cuantos para hacer frente al movimiento. A lo mejor tenían algunas otras cocinas de gas. ¡Eh! ¿Quién te dice que no haya una en el corredor?

Ben: ¡Claro que sí! ¿Sabes cuánto tiempo se tarda en hacer una armitha macarronada?

Gus: No. ¿Por qué?

Ben: ¡Una armitha! ¡A ver si refrescas tus ideas!

Gus: Hacen falta unos cuantos cocineros, ¿no? (Coloca el revólver en la pistolera.) Cuanto antes salgamos de esta casa, mejor. (Se pone el saco.) ¿Por qué no se comunica con nosotros ese hombre? Parece como si hiciera años que estoy aquí. (Saca el revólver de la pistolera y observa si está cargado.) Sin embargo, no le hemos fallado nunca, ¿verdad? Nunca le hemos fallado. ¿Sabes, Ben? Estaba pensando en ello justamente el otro día. Somos cumplidores, ¿verdad? (Vuelve a guardar el revólver en la pistolera.) Sin embargo, me alegraré cuando todo esto haya terminado. (Se cepilla el saco.) ¡Ojalá que el tipo no se ponga nervioso esta noche ni cosa por el estilo! Me siento un poco raro. Tengo un dolor que me parte la cabeza. (Silencio. Baja el montaplatos. Ben se pone en pie de un salto. Gus toma la nota. Leyendo.) "Un revuelto de bambú con castañas y pollo. Un Char Siu con habas."

Ben: ¿Habas?

Gus: Sí.

Ben: ¡Ah!

Gus: Yo no sabría por dónde empezar. (Mira la caja. El paquete de té está dentro.) ¿Han devuelto el paquete de té?

Ben (anhelante): ¿Por qué han hecho eso?

Gus: Tal vez no es la hora del té.

Sube el ascensor. Silencio.

Ben (tirando el té sobre la cama; con ansiedad): Yo creo que será mejor decirles.

Gus: ¿Decirles qué?

Ben: Que no podemos hacerlo. Que no tenemos los elementos.

Gus: ¿Les habrán gustado las otras cosas?

Ben: Préstame el lápiz. Les escribiremos una nota.

Gus, al volverse para buscar un lápiz, encuentra de pronto el tubo acústico, que pende de la pared a la derecha de la puerta del montaplatos, frente a su cama.

Gus: ¿Y esto qué es?

Ben: ¿Qué?

Gus: Esto.

Ben (examinándolo): ¿Esto? ¡Un tubo acústico!

Gus: ¿Desde cuándo está allí?

Ben: Es lo que corresponde. Debimos usarlo antes, en vez de gritar por el hueco.

Gus: ¡Es curioso que no lo haya advertido antes!

Ben: Bueno, vamos.

Gus: ¿Qué es lo que se hace?

Ben: ¿Ves eso? Es un pito.

Gus: ¿Qué? ¿Esto?

Ben: Sí. Sácalo. Sácalo. (Gus lo hace.) ¡Así!

Gus: ¿Y ahora qué?

BEN: Sopla.

Gus: ¿Que sople?

Ben: Soplando, suena. Entonces se dan cuenta de que quieres hablarles. Sopla.

Gus sopla. Silencio.

Gus (con el tubo en la boca): No oigo nada.

Ben: ¡Habla ahora! ¡Habla por el tubo!

Gus mira a Ben, y luego habla por el tubo.

Gus: ¡La despensa está vacía!

Ben: Dame eso. (Toma el tubo y se lo lleva a la boca; habla con gran deferencia.) Buenas noches. Lamento… incomodarlos, pero nos pareció mejor hacerles saber que no nos queda nada. Mandamos todo lo que teníamos. Aquí abajo no hay más comida. (Se lleva el tubo despacio al oído.) ¿Qué? (Se lo pone en la boca.) No, mandamos todo lo que teníamos. (Se lleva el tubo al oído y escucha. Luego lo lleva a la boca.) Siento mucho que tenga que decirme eso. (Vuelve a ponerse el tubo en el oído y escucha. A Gus.) El pastel de coco estaba rancio. (Escucha. A Gus.) El chocolate estaba derretido. (Escucha. A Gus.) La leche estaba agria.

Gus: ¿Y las papas fritas?

Ben (escuchando): Los bizcochos tenían hongos. (Mira furibundo a Gus.) Bueno, lamentamos mucho todo eso. (Se lleva el tubo al oído.) ¿Qué? (A la boca.) ¿Qué? (Al oído.) Sí, sí. (A la boca.) Sí, por supuesto. Claro, claro. En seguida. (Al oído. La voz ha cesado. Cuelga el tubo. Nervioso.) ¿Has oído?