Chaendaer: Una montaña del Yermo de Aiel, al pie de la cual se extiende el valle de Rhuidean. (Véanse Yermo de Aiel, el y Rhuidean.)
Charin, Jain: Véase Galopador, Jain el.
Chiad: Una Doncella Lancera del septiar Río Pedregoso de los Goshien Aiel, quienes mantienen rencillas hereditarias con los Shaarad.
Ciclo Karaethon, eclass="underline" Véase Dragón, Profecías del
Cien Compañeros, los: Los cien varones Aes Sedai, seleccionados entre los más poderosos de la Era de Leyenda, que, encabezados por Lews Therin Telamon, libraron el combate final de la Guerra de la Sombra y sellaron de nuevo la prisión del Oscuro. El contraataque del Oscuro contaminó el saidin y, a consecuencia de ello, los Cien Compañeros enloquecieron e iniciaron el Desmembramiento del Mundo. (Véanse Época de Locura; Desmembramiento del Mundo; Fuente Verdadera y Poder Único.)
Cinco Poderes, los: El Poder Único tiene varias aplicaciones y cada persona canaliza más fácilmente algunas que otras. Dichas vías de utilización reciben su nombre según el tipo de efectos que pueden producir —tierra, aire, fuego, agua y energía—y se denominan conjuntamente los Cinco Poderes. Todos los poseedores del Poder Único dispondrán de un mayor grado de fuerza con uno —o quizá dos— de ellos y un potencial menor con los restantes. Algunos elegidos pueden obtener prodigiosos resultados con tres, pero desde la Era de Leyenda nadie ha tenido un poder equiparable con los cinco. Incluso entonces ése era un fenómeno extremadamente raro. El grado de efectividad varía de modo sensible entre los individuos, de manera que algunos que canalizan el Poder son mucho más poderosos que otros. Para realizar ciertos actos con el Poder Único es menester dominar uno o varios de los Cinco Poderes. Por ejemplo, la generación o control del fuego requiere fuego, la modificación del tiempo meteorológico, aire y agua, mientras que para la curación se necesita poner en juego el agua y la energía. El dominio de la energía se ha manifestado igualmente en hombres y mujeres, pero la habilidad extrema en el manejo de la tierra y el fuego suele darse en los varones, mientras que el agua y el aire son con frecuencia vías que canalizan mejor las mujeres. Han existido casos excepcionales, pero tan raros que la tierra y el fuego pasaron a ser considerados como Poderes masculinos y el aire y el agua, femeninos. Por lo general, no se atribuye a ninguna fuerza una destreza superior a cualquier de las otras, si bien existe un dicho entre las Aes Sedai que reza: «No existe roca cuya dureza no puedan vencer el viento y el agua, ni fuego tan vigoroso que el agua y el viento no sean capaces de apagar». Debe tenerse en cuenta que tal afirmación comenzó a utilizarse mucho después de que hubiera perecido el último varón Aes Sedai. Cualquier refrán equivalente entre los varones Aes Sedai se perdió en el olvido hace mucho tiempo.
Círculo de Labores de Punto, eclass="underline" La junta dirigente de las Allegadas. Puesto que ninguna de las componentes del grupo ha sabido nunca cómo organizan las Aes Sedai su propia jerarquía —conocimiento que sólo se adquiere cuando una Aceptada ha pasado su prueba para obtener el chal—, las Allegadas no se basan en la fuerza con el Poder sino que dan gran importancia a la edad, de modo que la mujer mayor siempre está por encima de la más joven. Por consiguiente, el Círculo de Labores de Punto (nombre escogido, al igual que el de Allegadas, por su carácter inofensivo) está formado por las trece mujeres mayores residentes en Ebou Dar en ese momento, y la de mayor edad recibe el título de la Rectora. Conforme a las reglas, todas tendrán que dejar el puesto cuando les llegue el momento de mudarse, pero mientras residen en Ebou Dar tienen autoridad absoluta sobre las Allegadas, hasta un grado que cualquier Sede Amyrlin envidiaría. (Véase Allegadas, las.)
Círculo de mujeres: Un grupo de mujeres elegidas por las mujeres de un pueblo, encargadas de la toma de decisión de cuestiones que se consideran exclusivamente del dominio femenino (ej., el momento idóneo para plantar las cosechas o la época de su recolección). Su autoridad es equiparable a la del Consejo del Pueblo, en líneas y áreas de responsabilidad claramente delimitadas. A menudo en conflicto con el Consejo del Pueblo. Véase también Consejo del Pueblo.
Ciudadela de Tear: Una gran fortaleza situada en la ciudad de Tear, que se cree que fue erigida poco después del Desmembramiento del Mundo utilizando el Poder Único. La Ciudadela se menciona en dos ocasiones en las Profecías del Dragón. En un pasaje se afirma que la Ciudadela no se rendirá nunca hasta que llegue el Pueblo del Dragón. En otro, se dice que la Ciudadela no sucumbirá hasta que la mano del Dragón empuñe la Espada que no Puede Tocarse, Callandor. Algunos consideran que en dichas Profecías se halla el origen de la antipatía que profesan los Grandes Señores por el Poder Único, y de la ley teariana que prohíbe encauzar. A pesar de esta antipatía, la Ciudadela contiene una colección de angreal y ter’angreal que rivaliza con la de la Torre Blanca y que, a decir de algunos, fue reunida para tratar de disminuir el relumbre de la posesión de Callandor. Ha sido asediada y atacada incontables veces, pero nunca había sido sido tomada hasta que cayó en el transcurso de una noche en manos del Dragón Renacido y de unos pocos cientos de Aiel, cumpliéndose así dos pasajes de las Profecías del Dragón.
Colavaere de la casa Saigahn: Una noble de alto rango de Cairhien, maquinadora e intrigante, definiciones que describen a la nobleza cairhienina en general, y que posee tanto poder que en ocasiones olvida su propia vulnerabilidad ante otro poder superior.
Coligación: La capacidad que poseen las mujeres que encauzan para combinar sus flujos del Poder Único. Aunque el flujo unificado no es tan fuerte como la suma de los flujos individuales, los dirige la persona que conduce la coligación, por lo que puede utilizarse de un modo mucho más preciso y eficaz que cualquier flujo individual. Los varones no están capacitados para unir sus habilidades sin la presencia de una o varias mujeres en el círculo. Participar en una coligación es, normalmente, un acto voluntario que requiere, cuando menos, el consentimiento, pero en ciertas circunstancias un círculo ya formado y lo bastante grande puede hacer entrar a la fuerza a otra mujer, siempre y cuando no haya ningún hombre participando en él. Que se sepa, es imposible obligar a un varón a entrar en un círculo por muy grande que sea éste. El número de mujeres que pueden coligarse sin que sea necesaria la presencia de un hombre llega hasta trece. Con la incorporación de un varón, el círculo se puede ampliar hasta veintiséis mujeres, con la de dos varones, el número aumenta hasta treinta y cuatro, y así sucesivamente hasta un máximo de seis hombres y sesenta y seis mujeres, si bien hay coligaciones en las que el número de varones aumenta y el de las féminas disminuye. Pero, salvo en las integradas por un hombre y una mujer, dos hombres y una mujer o dos hombres y dos mujeres, en el círculo siempre ha de haber, como mínimo, una mujer más que el total de varones. En la mayoría de los círculos, la coligación puede estar controlada indistintamente por un individuo de uno u otro sexo, pero tiene que ser un hombre quien controle el círculo de setenta y dos, así como los círculos mixtos de menos de trece integrantes. A pesar de que los varones son, por lo general, más fuertes en el Poder que las mujeres, los círculos más poderosos son aquellos conformados por un número lo más equilibrado posible de ambos sexos. (Véanse Aes Sedai.)
Colmillo del Corazón: Véase Oscuro.