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Meilan de la casa Mendiana: Un Gran Señor de Tear, general competente pero dominado por la ambición y el odio. (Véase Grandes Señores de Tear.)

Melaine: Caminante de sueños y Sabia del septiar Jhirad de los Goshien Aiel. Es moderadamente fuerte con el Poder. Está casada con Bael, jefe de clan de los Goshien, y es hermana conyugal de Dorindha, señora del techo del septiar Manantial Humeante. (Véase caminante de sueños)

Melindhra: Una Doncella Lancera del septiar Jumai de los Shaido Aiel. Su lealtad está dividida. (Véase asociaciones guerreras Aiel.)

Mellar, Doilin: Véase Hanlon, Daved.

Mera’dim: En la Antigua Lengua, «los Sin Hermanos». Nombre adoptado, como una asociación guerrera, por los Aiel que abandonaron clan y septiar y se unieron a los Shaido porque no podían aceptar como Car’a’carn a Rand al’Thor, un habitante de las tierras húmedas, o porque rehusaron admitir sus revelaciones referentes a la historia y los orígenes de los Aiel. Desertar del clan y del septiar por cualquier razón se considera abominable entre los Aiel, por lo cual ni siquiera sus propias asociaciones guerreras de los Shaido quisieron admitirlos en sus filas, y, en consecuencia, formaron su propia asociación, los Sin Hermanos.

Merrilin, Thom: Un juglar muy poco corriente que llega a Dos Ríos para realizar una representación en Bel Tine y que, en su juventud, fue amante de la reina Morgase.

Mesnaderos: Soldados que deben lealtad o vasallaje a un lord o lady en particular.

Min: Una muchacha que trabaja en la posada del Ciervo y el León, en Baerlon y que posee la capacidad de leer señales relacionadas con las personas en las aureolas que a veces percibe en torno a ellas.

Moneda: Tras muchos siglos de comercio, los tipos de moneda son los mismos en todos los países: coronas (la mayor en tamaño), marcos y peniques. Las coronas y los marcos se pueden acuñar en oro o en plata, mientras que los peniques pueden ser de plata o de cobre; a un penique de esta última aleación se lo llama a menudo un «cobre», simplemente.

Dependiendo de las naciones, sin embargo, estas monedas son de distintos tamaños y pesos. Incluso en una misma nación se han acuñado monedas de distintos tamaños y pesos por diferentes gobernantes. A causa del comercio, las monedas de muchos países se encuentran casi en cualquier parte. Por esa razón, banqueros, prestamistas y mercaderes utilizan balanzas para determinar el valor de cualesquiera monedas. Se pesan incluso grandes cantidades de monedas por dicho motivo. Las monedas de más peso son las que se acuñan en Andor y Tar Valon, y en esos dos lugares los valores relativos son: 10 peniques de cobre = 1 penique de plata; 100 peniques de plata = 1 marco de plata; 10 marcos de plata = 1 corona de plata; 10 coronas de plata = 1 marco de oro; 10 marcos de oro = 1 corona de oro. En contraste, en Altara, donde las monedas más grandes contienen menos oro o plata, los valores relativos son: 10 peniques de cobre = 1 penique de plata; 21 peniques de plata = 1 marco de plata; 20 marcos de plata = 1 corona de plata; 20 coronas de plata = 1 marco de oro; 30 marcos de oro = 1 corona de oro.

El único papel moneda son las «cartas de valores» que extienden los banqueros, garantizando a su presentación la entrega de cierta cantidad de oro o plata. A causa de la gran distancia entre ciudades, el tiempo que hace falta para viajar de unas a otras y las dificultades para hacer transacciones a larga distancia, una carta de valores se acepta al cien por cien de su valor en una población próxima al banco que la ha expedido, pero es posible que en una ciudad más lejana sólo se acepte a un valor más bajo. Por lo general, una persona pudiente que va a hacer un largo viaje llevará una o más cartas de valores para cambiarlas por dinero cuando lo necesite. Las cartas de valores sólo las suelen aceptar banqueros o mercaderes, y nunca se utilizan en tiendas y otros establecimientos.

Monumentos del pasado: Crónica de la que se sabe muy poco.

Moraine Damodred: Una Aes Sedai del Ajah Azul. Nacida en el 956 NE, en el Palacio Real de Cairhien, del linaje de la casa Damodred, aunque no en la línea sucesoria del trono, se crió en el Palacio Real de Cairhien y rara vez utiliza su nombre de casa y mantiene su conexión con ella tan en secreto como le es posible. Tras su ingreso en la Torre Blanca como novicia en el 971 NE, su ascensión fue meteórica y adquirió el grado de Aceptada en sólo tres años, y el de Aes Sedai en otros tres más, al final de la Guerra de Aiel. A partir de entonces emprendió la búsqueda de un joven que, según Gitara Moroso —una Aes Sedai con el Talento de la Predicción— había nacido en las laderas del Monte del Dragón, durante la Batalla de las Murallas Resplandecientes, y que sería el Dragón Renacido. Fue ella quien condujo a Rand al’Thor, Mat Cauthon, Perrin Aybara y Egwene al’Vere fuera de Dos Ríos. Desapareció a través de un ter’angreal en Cairhien mientras luchaba contra Lanfear, por lo que se supone que acabó con su propia vida y con la de la Renegada. Puesto que ha localizado al Dragón Renacido y matado a otro Renegado, Be’lal, ya se la empieza a ver como una de esas heroínas legendarias. (Véase Renegados.). Sin embargo, Thom Merrilin reveló haber recibido una carta que parece ser de ella. Dicha misiva se reproduce a continuación:

Mi querido Thom:

Habría querido escribirte muchas palabras, palabras salidas del corazón, pero he escrito éstas porque sabía que debía hacerlo y ahora apenas queda tiempo. Hay muchas cosas que no te puedo decir a no ser que quiera provocar el desastre, pero las que sí puedo, te las contaré. Pon mucha atención a lo que voy a decirte. Dentro de poco bajaré a los muelles y allí me enfrentaré a Lanfear. ¿Que cómo lo sé? Ese secreto les pertenece a otros. Baste decir que lo sé y dejo que esa precognición sirva de prueba para todo lo demás que voy a decir.

Cuando recibas esto te dirán que he muerto. Todos lo creerán. No estoy muerta, y es posible que viva hasta la edad que tenía designada. También puede ser que tú y Mat Cauthon y otra persona, un hombre que no conozco, intentéis rescatarme. Y digo puede ser porque es posible que no lo hagas o no puedas hacerlo, o porque Mat podría rehusar. No me profesa el mismo afecto que tú pareces sentir, y tiene sus razones para ello que cree que son buenas. Si lo intentas, sólo debéis ser tú, Mat y el otro hombre. Que seáis más significará la muerte para todos. Que seáis menos significará la muerte para todos. Incluso si vienes sólo con Mat y con el otro también hay posibilidad de que se produzca la muerte. Os he visto intentarlo y morir, a uno o a dos o a los tres. Me he visto a mí misma morir en ese intento. Nos he visto a todos sobrevivir y morir como cautivos.

Si de todos modos decidís realizar el intento, el joven Mat sabe cómo encontrarme, pero aun así no debes mostrarle esta carta antes de que te pregunte por ella. Eso es de la máxima importancia. No debe saber nada de lo que pone en la carta hasta que pregunte. Los acontecimientos han de sucederse conforme a unas pautas, cueste lo que cueste.

Si vuelves a ver a Lan, dile que todo esto es para bien. Su destino sigue otro camino distinto del mío. Le deseo toda la felicidad con Nynaeve.

Una última cosa. Recuerda que sabes jugar a serpientes y zorros. Recuerda y presta atención.

Es la hora, y he de hacer lo que debo hacer.

«Que la Luz te ilumine y te otorgue alegría, mi querido Thom, nos volvamos a ver o no».

Moraine

Morat: En la Antigua Lengua, «adiestrador». Entre los seanchan se utiliza para designar a los que adiestran y se encargan de disciplinas exóticas, por ejemplo, el morat’raken, un adiestrador o jinete de raken, también llamado de manera informal «volador». (Véase der’morat.)