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Sin embargo, cuando los dos religiosos salieron de la isla-prisión, un observador escrupuloso habría notado que la barba del monje remero era tal vez un poco menos blanca y no tan espesa. Aquella noche, el señor de Saint-Mars durmió mejor que en todos los años anteriores: el rostro oculto detrás de la máscara volvía a ser el que le había sido destinado. Pierre de Ganseville, feliz de respirar el mismo aire que su príncipe, ya no salió de Saint-Honorat.

Vivía aún cuando, en 1698, Saint-Mars recibió la recompensa de sus largos y leales servicios: se convirtió en gobernador de la Bastilla, la reina de las prisiones de Estado, la que más ingresos reportaba. Pero aunque había acumulado una enorme fortuna, el eterno carcelero del hombre de la máscara apenas la disfrutaba. Ni siquiera conocía las tierras borgoñonas de su propiedad, y únicamente pasó una noche en su castillo de Palteau con ocasión de su viaje a París, adonde, por supuesto, se llevó consigo al prisionero al que estaba unido como un forzado a su cadena. Quienes vieron entonces al misterioso cautivo admiraron su gran estatura, la elegancia de su porte bajo su atuendo de terciopelo negro, y la barba blanca, larga y sedosa que parecía brotar de la máscara.

Cinco años después, el lunes 19 de noviembre de 1703, el hombre al que habían desposeído incluso de su rostro murió en la Bastilla. Al día siguiente llevaron su cuerpo al cementerio de Saint-Paul, como era costumbre con quienes fallecían en la vieja prisión. Eran las cuatro de la tarde, y en el registro de los jesuitas que cuidaban del camposanto quedó escrito un nombre, porque algo había que escribir. Y ese nombre fue Marchiali. [43]

Pocas noches después, unos desconocidos fueron a abrir su tumba, pero sólo encontraron un cuerpo sin cabeza: había sido cortada y sustituida por una gran piedra, redonda como una bala de cañón…

Saint-Mandé, julio de 1998

Fin

NOTAS

[1] Mármol azul con venas blancas, procedente de Italia.

[2] En los duelos según las normas", era costumbre que los testigos también se enfrentaran, pero ese día Nemours y Beaufort combatían a pistola.

[3] Más conocido por el nombre de Lauzun, que llevaría más adelante.

[4] Cuerpo de élite que llevaba como arma un hacha terminada en una punta curvada. Quienes lo integraban estaban al lado del rey en combate, y en las grandes ceremonias marchaban delante de él, de dos en fondo.

[5] Estos «balleneros» iban a formar una de las principales estirpes de corsarios vascos.

[6] María Teresa era nieta de Enrique IV por su madre Isabel, esposa de Felipe IV de España, y Mademoiselle lo era asimismo por su padre, Gaston d'Orléans, hermano de Luis XIII.

[7] Los dos eran bearneses, e incluso estaban lejanamente emparentados.

[8] El curioso nombre se debía a que este tipo de prenda permitía disimular los embarazos.

[9] Madame de Navailles era prima de la futura Madame de Maintenon, conocida por su actividad en el tema de la educación de las jóvenes. Ambas vivieron juntas varios años durante su infancia.

[10]No hay que confundirla con la segunda esposa de Monsieur. Ana de Gonzaga de Nevers era hermana de aquella María de Gonzaga que hizo perder la cabeza -en todos los sentidos del término- al joven Cinq-Mars antes de convertirse en reina de Polonia. También a causa del título, Ana se había casado con el elector palatino de Baviera, del que había enviudado.

[11] Ese lugar tomó el nombre de plaza del Trono, y luego, bajo la Revolución, de plaza del Trono Derribado. Hoy es la Place de la Nation.

[12] Venid, oh reina triunfante, / y perded sin pena el bello título de Infanta / entre los brazos del más bello de los reyes.

[13] Véase el volumen I, La Alcoba de la Reina.

[14] Marguerie de Lorraine, segunda esposa de su padre el difunto Gaston d'Orléans.

[15] Los comediantes del rey eran los de la compañía del hôtel de Bourgogne.

[16] Philippe Erlanger, Louis XIV.

[17] El té había llegado a Francia en 1648, y tenía ya sus adeptos.

[18] Diecinueve navíos, de los cuales únicamente once estaban en condiciones de navegar, más una decena de galeras, era todo lo que poseía entonces Francia (J. P. Desprats, Les Bâtards d'Henri IV).

[19] Así se llamaba a los carpinteros de marina.

[20] El actual Quai Malaquais.

[21] Acostumbrada a la penumbra de los palacios españoles, donde las personas reales recibían una especie de culto, María Teresa no se acostumbraba a las continuas corrientes de aire de la vida en los aposentos franceses, que cualquiera podía atravesar cuando le apetecía.

[22] Se trata de la autora de La princesa de Clèves, que fue amiga y confidente de Madame.

[23] Artefacto en cuyo interior se colocaba un pequeño brasero para calentar la cama.

[24] Después del arresto de Fouquet, Vatel consideró prudente instalarse en Inglaterra.

[25] Después de la marcha de la reina Enriqueta de Inglaterra, que se había instalado en él, Monsieur y Madame tomaron posesión del antiguo Palais-Cardinal.

[26] La Rue Taranne quedó absorbida por el bulevar Saint-Germain. La casa que ocupaban los Montespan estaba situada aproximadamente en el lugar en que se alza en nuestros días la brasserie Lipp.

[27] Dreux d'Aubray hizo encarcelar a su yerno en la Bastilla en 1663. Madame de Brinvilliers, que había aprovechado sus frecuentes visitas al Hospicio para experimentar con los enfermos algunos venenos que le proporcionó un boticario real, se vengó de su padre envenenándole en 1666, y más tarde (1670) se deshizo por el mismo procedimiento de sus dos hermanos. Sus crímenes fueron finalmente descubiertos; huyó de París, pero fue detenida en Lieja y decapitada en París el 16 de julio de 1676.

[28] Véase el volumen I, La Alcoba de la Reina.

[29] Que, de golpe, se convirtió en Nueva York.

[30] Sólo otros dos navíos igualaban su esplendor en el siglo XVII: el Soleil-Royal y la famosa galera Reale.

[31] Era el hermano de sor Louise-Angélique, la amiga de Luis XIII, y el cuñado de Marie-Madeleine, la amiga de Madame y autora de La princesa de Cleves.

[32] La Voisin sería años más tarde una pieza clave del llamado «proceso de los venenos», en el que se vieron implicadas personas de la más alta aristocracia después del escándalo que produjeron los asesinatos de la marquesa de Brinvilliers, a los que se ha aludido anteriormente. Luis XIV detuvo las investigaciones cuando éstas salpicaron a la propia Madame de Montespan, pero Catherine Monvoisin, principal suministradora de arsénico a sus clientes aristocráticos, fue condenada por brujería y murió en la hoguera en 1680. (N. del T.)