Yo pude matar a Franco.
¿Podía condenar al hombre, a un amigo, que me estaba dando la posibilidad de escapar del infierno y empezar una nueva vida? Estaba en mi mano que murierais los dos o vivierais ambos. Sopesé las dos vidas, la suya, la tuya. La vida de Franco y la vida de Alemán.
¿Cuál valía más para mí?
No había duda.
¿Y quieres saber algo, amigo?
No me arrepiento.
PD: Escríbeme y hazme saber cómo estás. Dale la carta a Gilberto.
PDII: Toté trabaja en una oficina y yo en un café. Tengo un hijo, se llama Roberto.
Recibe un abrazo de tu amigo, Juan Antonio Tornell
TELEGRAMA ENVIADO DESDE MADRID Y RECIBIDO
POR DON JUAN ANTONIO TORNELL EN NUEVA YORK
EL 10 DE OCTUBRE DE 1947
Jerónimo Tristante
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