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Finalmente, frustrado, Kinder dijo:

– Hay un océano muy grande ahí.

Era un pie que había estado esperando.

– ¿Un gran océano, detective? ¿Está insinuando que el señor Elliot tenía un barco y arrojó el arma en medio del Pacífico?

– No, nada de eso.

– ¿Entonces?

– Sólo estoy diciendo que la pistola podría haber terminado en el agua y que la corriente podría habérsela llevado antes de que nuestros buzos llegaran allí.

– ¿ «Podría haber terminado» allí? ¿Quiere arrebatar la vida y el sustento del señor Elliot por un «podría haber», detective Kinder?

– No, no es lo que estoy diciendo.

– Lo que está diciendo es que no tiene una pistola y no puede conectar una pistola con el señor Elliot, pero nunca ha vacilado creyendo que es su hombre, ¿correcto?

– Tenemos un examen de residuos de disparo que dio positivo. En mi opinión, eso relaciona al señor Elliot con un arma.

– ¿Qué arma era ésa?

– No la tenemos.

– Aja, ¿y puede sentarse ahí y decir con certeza científica que el señor Elliot disparó un arma el día que su mujer y Johan Rilz fueron asesinados?

– Bueno, no una certeza científica, pero el test…

– Gracias, detective Kinder. Creo que eso responde la pregunta. Sigamos.

Pasé la página de mi bloc y estudié el siguiente grupo de preguntas que había escrito la noche anterior.

– Detective Kinder, en el curso de su investigación, ¿determinó cuándo se conocieron Johan Rilz y Mitzi Elliot?

– Determiné que ella lo contrató para sus servicios de decoración de interiores en otoño de 2005. Si lo conocía de antes, no lo sé.

– ¿Y cuándo se hicieron amantes?

– Eso nos resultó imposible de determinar. Sí sé que la agenda del señor Rilz mostraba citas regulares con la señora Elliot en una u otra casa. La frecuencia se incrementaba unos seis meses antes de su muerte.

– ¿Le pagaron por alguna de estas citas?

– El señor Rilz mantenía libros muy incompletos. Fue difícil determinar si le pagaron por citas específicas, pero en general los pagos de la señora Elliot al señor Rilz se incrementaron cuando se incrementó la frecuencia de las citas.

Asentí como si esta respuesta encajara con una imagen más amplia que estaba viendo.

– De acuerdo, y también ha testificado que averiguó que los homicidios ocurrieron sólo treinta y dos días después de que venciera el contrato prematrimonial entre Walter y Mitzi Elliot, dando por lo tanto a la señora Elliot una opción plena a las posesiones financieras de la pareja en el caso de un divorcio.

– Exacto.

– Y ése es su móvil para estos asesinatos.

– En parte, sí. Lo llamaría factor agravante.

– ¿Ve alguna inconsistencia en su teoría del crimen, detective Kinder?

– No.

– ¿No era obvio para usted a partir de los registros financieros y la frecuencia de citas que había algún tipo de relación romántica o al menos una relación sexual entre el señor Rilz y la señora Elliot?

– No diría que era obvio.

– ¿Ah, no?

Lo dije con sorpresa. Lo tenía acorralado. Si decía que la relación era obvia, me estaría dando la respuesta que sabía que quería. Si decía que no lo era, aparecería como un bobo porque el resto de los presentes en la sala pensaban que era obvia.

– En retrospectiva podría parecer obvio, pero en ese momento pensé que no era aparente.

– ¿Entonces cómo lo descubrió Walter Elliot?

– No lo sé.

– ¿El hecho de que usted fuera incapaz de encontrar un arma homicida indica que Walter Elliot planeó estos asesinatos?

– No necesariamente.

– Entonces, ¿es fácil esconder un arma de todo el departamento del sheriff?

– No, pero como le he dicho, podría simplemente haberla tirado al océano desde la terraza trasera y las corrientes se la habrían llevado desde allí. Eso no requeriría demasiada planificación.

Kinder sabía lo que yo quería y adonde estaba tratando de ir. No podía llevarlo allí, así que decidí darle un empujoncito.

– Detective, ¿no se le ha ocurrido que si Walter Elliot conocía la aventura de su esposa tendría más sentido simplemente divorciarse de ella antes de que venciera el contrato prematrimonial?

– No había ninguna indicación de cuándo se enteró de la aventura. Y su pregunta no tiene en cuenta cosas como las emociones y la rabia. Es posible que el dinero no tuviera nada que ver como factor motivador, podría haberse tratado simplemente de traición y rabia, pura y simplemente.

No había obtenido lo que quería. Estaba enfadado conmigo mismo y lo achaqué a que estaba un poco oxidado. Me había preparado para el contrainterrogatorio, pero era la primera vez que iba a cara a cara con un testigo con experiencia y cauteloso en un año. Decidí retroceder y golpear a Kinder con el puñetazo que no vería venir.

45

Le pedí un momento al juez y fui a la mesa de la defensa. Me incliné hacia el oído de mi cliente.

– Sólo diga que sí con la cabeza como si le estuviera diciendo algo importante -susurré.

Elliot hizo lo que le pedí y entonces cogí una carpeta y volví al atril. Abrí la carpeta y luego miré al testigo en el estrado.

– Detective Kinder, ¿ en qué punto de su investigación determinó que Johan Rilz era el principal objetivo de este doble homicidio?

Kinder abrió la boca para responder de inmediato, luego la cerró y se recostó un momento a pensar. Era exactamente la clase de lenguaje corporal en la que esperaba que se fijara el jurado.

– En ningún punto determiné eso -respondió finalmente Kinder.

– ¿En ningún momento estuvo Johan Rilz en el centro y en primer plano de su investigación?

– Bueno, era la víctima de un homicidio. Eso lo situaba todo el tiempo en el centro y en primer plano, en mi opinión.

Kinder parecía muy orgulloso de la respuesta, pero no le di mucho tiempo para saborearla.

– Entonces el hecho de que estuviera en el centro y en primer plano explica por qué fue a Alemania a investigar su historial, ¿correcto?

– No fui a Alemania.

– ¿Y a Francia? Su pasaporte indica que vivió allí antes de venir a Estados Unidos.

– No fui allí.

– Entonces ¿quién de su equipo lo hizo?

– Nadie. No creíamos que fuera necesario.

– ¿Por qué no era necesario?

– Le habíamos pedido a la Interpol una comprobación del historial de Johan Rilz y volvió limpia.

– ¿Qué es la Interpol?

– Es una organización que relaciona cuerpos policiales de más de cien países y proporciona cooperación transnacional Tiene numerosas oficinas en toda Europa y disfruta de acceso total y cooperación de sus países asociados.

– Está muy bien, pero significa que no acudieron directamente a la policía en Berlín, de donde era Rilz.

– No, no lo hicimos.

– ¿Verificó directamente con la policía de París, donde Rilz vivió hace cinco años?

– No, confiamos en nuestros contactos de la Interpol para el historial del señor Rilz.

– El historial de la Interpol era básicamente la comprobación de los antecedentes penales, ¿correcto?

– Eso estaba incluido, sí.

– ¿Qué más incluía?

– No estoy seguro de qué más. No trabajo para la Interpol.

– Si el señor Rilz hubiera trabajado para la policía en París como informante confidencial en un caso de drogas, ¿ la Interpol le habría dado esa información?

Los ojos de Kinder se abrieron durante una fracción de segundo antes de que respondiera. Estaba claro que no se esperaba la pregunta, pero no logré interpretar si sabía hacia dónde me dirigía o era todo nuevo para él.

– No sé si nos habrían dado esa información o no.