»En aquella escena, el pequeño tango entre nuestros personajes, lo único que yo sabía era que se me iba a acercar y me iba a decir: “Danielle, ¿puedo rodearte con el brazo?”. Según el guión, entonces me besaba, pero lo único que dijo Scorsese fue: “Bob va a hacer algo. Tú déjate llevar por la escena”.
»Antes de aquella escena yo sabía que íbamos a filmar la parte del beso. Acababa de comer. Había comido siluro o algo parecido y me estaba preguntando si tenía que enjuagarme la boca. Pero no quise hacerlo, porque si lo hacía él se daría cuenta de que yo había pensado en ello. No quería dar la impresión de que estaba pensando en el beso. Era una putada si lo hacía, y otra putada si no lo hacía. Así que no lo hice. No me enjuagué. Llegué al plato y Bob se puso a mi lado y olí a enjuague bucal. Y en aquel preciso momento caí en la cuenta, y me sentí como una niña porque pensé: “Está siendo profesional. Está siendo considerado conmigo. Está siendo cortés”. Pero para entonces ya era demasiado tarde para volver a la caravana. No sé si lo ofendí o no.
»La que se ve en la película es la primera toma que hicimos. La repetimos una vez. Él me pone el pulgar en los labios. Es muy intenso porque estamos casi pegados el uno al otro y yo lo estoy mirando fijamente. Él intenta meterle el pulgar en la boca y ella se aparta. Él insiste y por fin ella se lo permite. Después de hacerlo la gente no paraba de hablar de la sexualidad y del despertar a la sexualidad de aquella edad, pero yo nunca lo vi de aquella manera. Tal como yo lo vi, antes de hacer lo del pulgar él la estaba escuchando, la estaba tomando en serio de una forma en que sus padres eran incapaces, y luego hizo aquella cosa sexual. Pero lo que ves en mis ojos, después de que ella le chupe el pulgar y él lo saque, es una mirada que dice algo así como: “¿Lo he hecho bien? ¿Te ha gustado?”. Un deseo de complacer.
Y me dice:
– Su pulgar estaba muy limpio.
Ella sigue leyendo:
– «¿Ibas a colonias de verano? (Porque algunos de mis mejores recuerdos de infancia son de las colonias de verano)».
Y sigue leyendo:
– «¿Te gustan las montañas rusas?».
Dice Steve Berra:
– Hace mucho tiempo yo estaba de gira, haciendo skateboard, y me compré Kalifornia en una gasolinera. Recuerdo haber intentado imitar una risa que ella soltaba en una de las escenas. Y es que me dejó flipado. Una simple risita que el personaje de Adele soltaba. Era tan natural y verdadera, y recuerdo haber pasado diez minutos intentando reír como se había reído ella. No la conocía de nada. No conseguía imaginar por qué demonios aquella persona era tan buena.
Tienen puesta una copia en vídeo de la película en su sala de estar y Juliette se dedica a reírse y a señalar todas las líneas de diálogo que improvisó en el rodaje.
Dice Juliette:
– En el guión, mi pequeño personaje, Adele, tenía alguna frase dispersa en alguna escena. Así que me reuní con Dominic Sena y me quedé ñipada con su energía y su visión de la película. Era un tipo muy entusiasta. Así que básicamente me dejó crear el personaje. El noventa por ciento de lo que hago en esa película me lo inventé sobre la marcha. Fue un momento crucial para mí en materia de interpretación, porque tenía que llegar a la mesa con algo, inventar cosas de verdad. Para mí fue mi primer personaje oficial. Aquel pequeño personaje de Adele.
Sigue leyendo:
– «¿Qué te imaginas que le pasa a uno después de que el cuerpo muere? ¿Crees que eres un espíritu con un cuerpo o simplemente un cerebro?».
Y luego:
– «La siguiente pregunta es: ¿cómo explicas que Mozart escribiera sinfonías a los siete años? (Porque yo creo que es un ejemplo perfecto de que el talento creativo lo genera el espíritu)».
Dice Juliette:
– Cuando tienes oportunidad de trabajar con buenos actores, simplemente se crea un universo alternativo de realidad fingida. Es lo inexplicable. Yo creo que es magia. Es pura fe. Mi truco para sentirme segura es la cámara. Conozco el universo de la cámara. Solamente está captando lo que hay aquí. Tengo cierta seguridad o certeza de que puedo ejecutar cosas en este espacio. Es la realidad condensada de la cámara.
»A veces quieres hacer un aparte y decir: “Por cierto, público, cuando rodamos esta escena en realidad eran las tres de la mañana. Estábamos a temperaturas bajo cero en la calle. Y a pesar de ello, yo di todo lo que veis”. Antes de que saliera El cabo del miedo, hice una película que se titulaba Aquella noche. Una historia de amor ambientada en mil novecientos sesenta y dos. Un tipo de los barrios bajos, muy atractivo, muy dulce. Se suponía que yo tenía que conocerlo en plena noche en un muelle de Atlantic City. Hacía un frío de muerte, pero se suponía que era verano. Ya sabes, una de esas noches calurosas. Entretanto, yo estaba amoratada de frío. Me castañeteaban los dientes. Así que tuve que hacer un esfuerzo para que no me temblara la boca, y además, llevaba un vestido de verano. Tenía que abrigarme con una parka hasta que viniera alguien y me dijera: “Vale, ya puedes ponerte”. Entonces me quitaba la parka y me tenía que decir a mí misma: “Caray, qué enamorada estoy…”.
»Cuando estaba trabajando en Abierto hasta el amanecer, la película de vampiros en la que trabajé con George Clooney, George me dijo: “Coño, todos mis amigos me preguntan: ‘Oooh, así que estás trabajando con Juliette. ¿Es verdad que es tan psicótica? ¿Es verdad que es tan apasionada?’”. Y yo no soy nada apasionada, al contrario. Tal vez de joven fuera un poco huraña. Eso a lo mejor puedo admitirlo. La verdad es que mi trabajo no es nada duro. Me meto en él y salgo. Cuando la cámara está rodando, estoy metida. Cuando se apaga, salgo y ya está.
Y dice:
– Cuando la gente se pregunta cómo eres capaz de hacer lo que haces, necesita una explicación. Y les sirve decir: «Vale, lo que te pasa es que estás un poco loca y por eso puedes ser tan apasionada en la pantalla». Necesitan una explicación, pero mi explicación es, simplemente, magia.
Sigue leyendo su lista:
– «¿Alguna vez te ha desconcertado y asustado la anatomía femenina? (Porque a mí sí, y soy la dueña)».
Mientras pasamos en coche por delante del Centro de Celebridades de la Cienciología, me dice:
– Lo importante en la cienciología, el gran lema es: «Lo que es real para ti, es real para ti». Así que no hay dogma. No es más que una filosofía religiosa aplicada. Y dan cursillos, como el «Curso de éxito a través de la comunicación». Tienen cosas que puedes aplicar a tu vida, pero nada de falsedades, nada de rollos robóticos. Puedes ver si funciona o si no. Si funciona, funciona. Es algo que me ha ayudado mucho.
Sigue leyendo la lista:
– «¿Alguna vez has estado atrapado en un desastre natural?».
Sigue leyendo:
– «¿Alguna vez has tenido unas sandalias Birkenstock?».
Delante de la puerta de su dormitorio, mirando una foto enmarcada tamaño póster de ella y Woody Harrelson sacada de la portada de Newsweek, Juliette dice:
– Con Asesinos natos me he dado cuenta con el tiempo de que la película es una sátira y que mi personaje es una caricatura, aunque yo lo llené de emociones humanas verdaderas. Pero para mí es un poco afectada. Es boba. Es demasiado exagerada para ser real. Simplemente le tuve que poner un poco de energía, como en toda esa secuencia inicial en que está gritando: «¿Todavía te parezco sexy?». Tengo mucha voz, así que puedo subir el volumen, pero cuando cortamos me sentí boba. Todo el mundo debió de pensar «Oooh, qué chiflada está», pero no lo estaba. Para mí aquella actuación fue bastante afectada.