—...si tiro un poco de la esquina podré despegarlo...
Paola le agarró del brazo, la voz un agudo chillido.
—¡NO LA TOQUE!
Fowler parpadeó, sobresaltado. No movió un músculo. La criminalista le quitó la estampa de la mano.
—Siento haberle gritado, padre —le dijo Dicanti, intentando calmarse—. Acabo de recordar que Karoski me dijo que la estampa me mostraría el camino en estos tiempos oscuros. Y creo que hay un mensaje en ella, concebido para burlarse de nosotros.
—Quizás. O podría ser sólo una maniobra más para despistarnos.
—La única certeza en éste caso es que estamos muy lejos de contar con todas las piezas del puzzle. Espero que podamos encontrar algo aquí.
Le dio la vuelta a la estampa, la miró al trasluz, olió el cartón.
Nada.
—El pasaje de la Biblia podría ser el mensaje. Pero ¿qué quiere decir?
—No lo se, pero creo que hay algo más. Algo que no se ve a simple vista. Y creo que tengo por aquí una herramienta especial para éstos casos.
La criminalista trasteó en un armario cercano. Al final, del fondo extrajo una caja cubierta de polvo. La depositó con cuidado encima del escritorio.
—No utilizaba esto desde mis tiempos en el Instituto. Fue un regalo de mi padre.
Abrió la caja despacio, reverente. Aún permanecía fija en su memoria la advertencia sobre aquel artilugio, sobre lo caro que era y lo mucho que debía cuidarlo. Lo sacó y lo depositó sobre la mesa. Era un microscopio corriente. Paola había trabajado en la Universidad con equipos mil veces más caros, pero a ninguno había tratado con el respeto con el que había tratado éste. Le alegró de conservar aquel sentimiento: era un hermoso vínculo con su padre, una rareza en ella, que vivía día a día lamentando el día en que le perdió. Se preguntó, fugazmente, si no debería atesorar los recuerdos brillantes, en vez de aferrarse a la idea de que se lo habían arrebatado demasiado pronto.
—Acérqueme la estampa, padre —dijo sentándose frente al microscopio.
El papel de estraza y el plástico habían protegido el aparato del polvo. Colocó la estampa bajo la lente y enfocó. Con la mano izquierda deslizó el cartón coloreado, estudiando despacio la imagen de la Virgen. No encontró nada. Le dio la vuelta a la estampa para poder estudiar el reverso.
—Un momento... aquí hay algo.
Paola le cedió el visor al sacerdote. Ampliadas quince veces, las letras de la estampa eran grandes barras negras. Sobre una de ellas, sin embargo había un minúsculo círculo blanquecino.
—Parece una perforación.
La inspectora volvió a adueñarse del microscopio.
—Juraría que ha sido realizada con un alfiler. Desde luego, se ha hecho adrede. Es demasiado perfecta.
—¿En qué letra aparece la primera marca?
—En la F de If.
— Dottora, por favor, compruebe si hay más perforaciones en otras letras.
Paola barrió la primera línea del texto.
—Aquí hay otra.
—Siga, siga.
Al cabo de ocho minutos, la criminalista consiguió localizar un total de once letras perforadas.
“I
Cuando comprobó que no había más caracteres con perforaciones, la criminalista escribió por orden las que sí lo llevaban. Al leer lo que ponía, ambos se estremecieron, y Paola recordó.
Si tu hermano trata de seducirte en secreto,
Recordó los informes de psiquiatras.
No le perdonarás ni le encubrirás
Las cartas a familiares de víctimas de la depredación sexual de Karoski.
Sino que le matarás.
Recordó el nombre que figuraba en ellas.
Francis Shaw.
(TELETIPO DE REUTERS, 10 DE ABRIL DE 2005. 08:12 GMT)
EL CARDENAL SHAW OFICIA HOY LA MISA DE NOVENDIALES EN SAN PEDRO
ROMA, (Associated Press). El cardenal Francis Shaw oficiará hoy a las doce del mediodía la misa de novendiales en la Basílica de San Pedro. El purpurado norteamericano gozará hoy del honor de dirigir la ceremonia en éste segundo día del novenario por el alma de Juan Pablo II.
Determinados grupos en Estados Unidos no han visto con buenos ojos la participación de Shaw en la ceremonia. Concretamente la asociación SNAP (Surviving Network of Abuse by Priests) ha enviado a Roma a dos de sus miembros para protestar formalmente por el hecho de que se le permita a Shaw oficiar en la principal iglesia de la Cristiandad. “Sólo somos dos personas, pero haremos una protesta formal, pacífica y ordenada ante las cámaras”, avisó Barbara Payne, la presidenta de SNAP.
Dicha organización es la principal asociación de víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos, tiene más de 4500 miembros. Su principal actividad es la formación y el apoyo a las víctimas, así como realizar terapias de grupo para afrontar los hechos. Muchos de sus miembros se acercan por primera vez a SNAP en la edad adulta, tras años de avergonzado silencio.
El cardenal Shaw, actualmente prefecto de la Congregación para el Clero se vio involucrado en el escándalo de abusos sexuales por parte de sacerdotes que estalló en Estados Unidos a finales de los noventa. Shaw, cardenal de la archidiócesis de Boston, era la figura más importante de la Iglesia Católica en los Estados Unidos, y según muchos, el más firme candidato a suceder a Karol Wojtyla.
Su carrera sufrió un duro revés tras descubrirse que durante años ocultó a la opinión pública más de trescientos casos de abusos sexuales en su jurisdicción. Con frecuencia trasladó a sacerdotes acusados de delitos de ésta índole de una parroquia a otra, confiando en que así se evitaría el escándalo. En casi todas las ocasiones se limitó a recomendar “un cambio de aires” a los imputados. Tan solo cuando los casos eran muy graves ponía a los sacerdotes en manos de algún centro especializado para que recibieran tratamiento.
Cuando comenzaron a llegar las primeras denuncias serias, Shaw pactó con las familias de las víctimas acuerdos económicos para lograr su silencio. Finalmente los escándalos acabaron saliendo a la luz en todo el país, y Shaw fue obligado a dimitir por “altas instancias vaticanas”. Se trasladó a Roma, donde se le nombró prefecto para la Congregación del Clero, un cargo de cierta importancia, pero que a todas luces parecía el colofón de su carrera.
Hay algunos, no obstante, que siguen considerando a Shaw un santo, que defendió a la Iglesia con todas sus fuerzas. “Ha sufrido persecución y calumnias por defender la Fe”, afirma su secretario personal, el padre Miller. Pero en la eterna quiniela de los medios de comunicación acerca de quién será el próximo Papa, Shaw tiene pocas posibilidades. La Curia Romana es un colectivo por lo general cauto, poco amigo de extravagancias. Aunque Shaw cuenta con apoyos, podemos descartar que consiga muchos votos si no sucede un milagro.
04/10/2005/08:12 (AP)