Выбрать главу
Bajo tu piel un sueño no se marcha un paisaje de corzas suspendido

TEMPESTAD ARRIBA

Remota sensación de tempestades sedosa exploración la ternura rompe telillas de arañas mientras el rayo busca cabellos lúcidos por los que descargar de sí mismo
Pero aquí abajo la seda es roposo suavidad entretiempo palabra entre dos labios puede el rayo ser acaso esqueleto pero la carne mórbida es una lancha amable
Abajo aquí adónde bogando entre dos ruidos sin reparar en el granillo de arena en ese dolor de la vista que mira a poniente escocido y presintiendo el mar que aspira
La luz fría he dicho un reloj o majestad pausada he dicho un ramo de violetas o de trenzas he dicho lo que vengo diciendo he dicho un filo sobre el que dormir con riesgo
Mantas con alas se van desnudo frío se van y tiran de las flores arriba ya nubes sin aroma desfilan ya cristal flores de piso huídas pies desnudos

EL FRÍO

La inocencia reclama su candor (bajo un monte una luna o lo esperado) la inocencia está muda pez aguárdame aquí en esta muralla están las letras Acariciar unos senos de nácar una caja respira y duele todo acariciar esta oculta ceniza bajo carmín tus labios suspirando No se evaden las almas como pliegos ese papel doblado por los bordes por lo que más duele si sonríen cuando la luz escapa sin notarse

RÍO

El breve tránsito de la lucha la llanura o la aspereza insólita esa muchacha recogida en dos golfos todo lo que extendido medita
permite un azul distante hecho de música o lino el tránsito otra vez a esas bolas de paño a esa dulce sensación de que el respiro se acaba de que vidrieras sordas van a empezar su centelleo y un agua casi doncella te va a llegar hasta los labios
Así la muerte es flotar sobre un recuerdo no vida sobre ese azul postrero hecho de lágrimas oídas de ese laberinto de hilos que como manos muertas ponen una azucena como un mundo ciñendo

IV A LUIS CERNUDA

SALÓN

Un pájaro de papel y una pluma encarnada y una furia de seda y una paloma blanca
Todo un ramo de mirtos o de sombras coloreadas un mármol con latidos y un amor que se avanza
Un vaivén obsequioso de momentos o pausas un salón de walkyrias o de damas desmayadas
Una música o nardo o unas telas de araña un jarrón de cansancios y de polvos o nácar
Todo dulce y dolido todo de carne blanca amarillez y ojera y pábilo y estancia
Amor vueltas caídas mariposas miradas sonrisas como alambres donde la cera canta
pájaros caja música mangas vuelos y danza con los pechos sonando bajo las llamas pálidas
Cinturas o saliva hilos de finas platas besos por los dorados limones que colgaban
Tú, calor que ascendiendo chocas carnes de lata pones besos o líquenes por humedades bajas
llevas vientres o conchas o perezosas barcas y axilas como rosas sueltas de madrugada
misterios de mejillas a la deriva amadas y oídos y cabello desmayos voces bajas…
Golfo ancho detenido junto a la orilla baja salón de musgo y luna donde el amor es alga donde los trajes húmedos son piel que no se arranca cuando entre polka y brisa despunta lacia el alba

SUICIDIO

Carne de cristal triste intangible a las masas Un farol que reluce como un seno mentido Aquí junto a la luna mi voz es verdadera Escúchame callando aunque el puñal te ahogue
Yo era aquel muchacho que un día saliendo del fondo de sus ojos buscó los peces verdaderos que no podía ver por sus manos
Manos de ocho montañas confabulación de la piedra dolor de sangre en risco insensible a los dientes
Bajo las estrellas de punta hay gritos que se avecinan Bajo mi corazón de resorte lenguas mudas estallan
Abridme el mundo abridme quiero iluminar sólo un beso unos labios que irritan árboles despiadados
Están colgadas piernas anidadas de pájaros Se ven extraños puentes que enlazan los dos muslos
Un calambre expirando dice su voz insólita y los pies por los troncos aspiran a la copa
Luces por las axilas luces luces en forma de tobillos y esa cintura estrecha que traspasó la luna
Los ojos son caricias del viento son un dolor que va a olvidarse pronto en cuanto los cabellos sepan hablar despacio ahora que caen sobre los oídos últimos
Corazones con alas codos núbiles esa opresión que dulcemente mueve una música nacida de la espalda La ignorancia es el roce de los pechos nacidos
Oh mares que no existen bajo toda raíz árboles sustentados sobre bocas que laten ojos que se avecinan al cielo cuando baja cuando sobre las frentes las ideas son dedos
Sangre en los peñascales sangre por los espantos ramas que de los pulsos crecen hasta las voces cuerpo que pende al viento ya sin limitaciones herido por las lenguas que chupan sus hormigas