república. En origen se trataba de dos palabras, res publica, o «cosa Pública», que afecta a todo el pueblo, es decir, al gobierno.
retórica. Arte de la oratoria, que tanto griegos como romanos convirtieron en algo casi científico. Un buen orador hablaba con arreglo a preceptos y convencionalismos muy minuciosos que trascendían las simples palabras; los movimientos del cuerpo y la gesticulación formaban parte intrínseca del arte. Había distintos estilos retóricos; el asiánico, florido y espectacular, el ático, más contenido e intelectual. No hay que olvidar que el público que se congregaba a escuchar un discurso público -ya fuese político o jurídico ante los tribunales- estaba formado por gente que entendía de retórica, y, por lo tanto, escuchaban con gran sentido critico pues conocían las reglas y recursos y eran muy exigentes.
rex sacrorum. Durante la república era el segundo pontífice de la jerarquía sacerdotal. Se exigía que fuese patricio y debía soportar tantos tabúes como el flamen díalis.
rey-cliente. Un monarca extranjero podía ofrecer sus servicios como cliente a Roma, que al actuar de patrón concedía al reino el título de Amigo y Aliado del Pueblo de Roma. Había veces en que algún rey se comprometía como cliente con un particular romano, como lo hicieron algunos con Lúculo y Pompeyo.
Ria. Plutarco dice que el nombre de la madre de Quinto Sertorio era Rea, pero no es nombre gentilicio latino. No obstante, incluso hoy día, «Ria» es diminutivo de «Maria», que si es un nombre gentilicio latino. Es el apellido de la familia de Cayo Mario. La amistad de Quinto Sertorio hacia Cayo Mario en sus primeros tiempos en el ejército, y que perduró hasta la época en que la conducta de Mario se hizo repulsiva incluso para sus más leales partidarios, me ha hecho pensar en este enigmático nombre materno; Plutarco dice que Sertorio tenía gran afecto a su madre. ¿Por qué, pues, la madre de Sertorio no habría sido una tal «Maria», llamada Ria, pariente de Cayo Mario? Si así fuera se explicarían muchas cosas y, como parte de mi licencia de novelista, he adoptado la tesis de que la madre de Sertorio era, efectivamente, pariente de Cayo Mario, pero he de admitir que es pura especulación, sin pruebas que lo demuestren.
Rómulo y Remo. Los hijos gemelos de Rea Silvia, hija del rey Numitor de Alba Longa, y del dios Marte. Su tío Amulio, que había usurpado el trono, puso a los niños en una cesta de juncos y la echó al Tíber; la cesta se detuvo bajo una higuera al pie del Palatino y fue hallada por una loba que los amamantó en su cueva. Los rescataron el pastor Faustulo y su esposa Aca Larentia, con quienes vivieron hasta que fueron mayores. Después de destronar a Amulio y reinstaurar al abuelo en el trono, los gemelos fundaron un asentamiento en el Palatino; una vez construidas las vallas, Remo las saltó y fue ejecutado por Rómulo, so pretexto de sacrilegio. A continuación, Rómulo salió a buscar súbditos para su ciudad, para lo cual estableció un refugio para hombres en el declive entre los dos promontorios capitolinos, en el que acogía a criminales fugitivos. La población femenina la obtuvo engañando a los sabinos del Quirinal para que acudiesen a una fiesta con sus mujeres, a las que los hombres raptaron para hacerlas esposas suyas. Rómulo reinó mucho tiempo; un día que salió de caza por los pantanos de la Cabra en el Campo de Marte le sorprendió una fuerte tormenta y, al no regresar a casa, se interpretó que se lo habían llevado los dioses haciéndole inmortal.
Rosea rura. La tierra más fértil de Italia en las afueras de la ciudad sabina de Reate se llamaba rosea rura; parece ser que no se araba, quizás porque en ella crecía una hierba estupenda que la regeneraba y nunca consumían pastando los miles de yeguas y burros que alcanzaban enormes precios en subasta. Eran tierras fundamentalmente dedicadas a la crianza de las famosas mulas.
rostra. Forma plural de rostrum, que era el espolón de bronce que reforzaba, por debajo de la línea de flotación, la proa de las naves de guerra y que, a modo de ariete, embestía a las naves enemigas para hundirLas. Cuando el cónsul Cayo Menio, en el 388 a. JC., se enfrentó a la flota de los volscos en el puerto de Antium, obtuvo una brillante victoria que quebró definitivamente el poder de ese pueblo, y en conmemoración del triunfo mandó arrancar los espolones de las naves capturadas y ponerlos en el muro que había en la tribuna de oradores del Foro, en la hondonada de comicios y asambleas. Desde entonces la tribuna fue conocida con el nombre de rostra: los espolones.
roxolani. Pueblo que habitaba en una región de las actuales Ucrania y una demarcación de Rumania; eran de organización tribal, buenos jinetes y llevaban vida nómada salvo en los puntos de contacto con colonias costeras griegas del siglo VI y V a. JC. que influyeron en su cultura, iniciándoles a la agricultura. Todos los pueblos mediterráneos los consideraban bárbaros; cuando Mitrídates VI conquistó las tierras próximas al mar Euxino, los empleó principalmente como tropas de caballería.
sabinas, sabinos. El pueblo de idioma osco que habitaba al nordeste de Roma, desde las afueras de la ciudad hasta las cumbres de los Apeninos. La relación de los sabinos con Roma se remonta al apócrifo «rapto» y resistieron al dominio de Roma varios siglos. Las principales ciudades sabinas eran Reate, Nersia y Amiternum.
sacer. Aunque solía significar consagrado a un dios, sacer, en el sentido en que se emplea en la obra, significa un individuo cuya persona y bienes se han ofrecido a un dios por haber profanado alguna ley divina. Sila utilizó el término en sus proscripciones porque Roma era una diosa.
saepta. «El aprisco». En tiempos de la república era una zona abierta en el Campo de Marte, próxima a la Vía Lata y a la Villa Pública; era el lugar de reuniones de la Asamblea centuriada o comitia centuriata, y en ocasión de las votaciones el recinto se dividía mediante unas vallas de modo que las cinco clases votasen por centurias.
salii. Colegio de sacerdotes al servicio de Marte; el término significa «danzarines saltadores». Eran veinticuatro sacerdotes integrados en dos colegios de doce, y habían de ser patricios.
saltatríx tonsa. Literalmente «bailarina con barba»; es decir, un homosexual disfrazado de mujer que vendía sus favores eróticos.
samnitas, Samnium. Los habitantes del territorio situado entre el Lacio, Campania, Apulia y Picenum, en su mayor parte accidentado y montañoso, y no muy fértil; las ciudades no eran muy prósperas y entre ellas se contaban Caieta, Aeclanum y Bovianum. Las dos ciudades realmente prósperas, Aesernia y Beneventum, eran colonias de Roma con ciudadanos con derechos latinos. La población del Samnio la constituían varios pueblos -pelignos, marrucini, vestinos y frentanos- que ocupaban diversas zonas dentro del territorio propiamente dicho de los samnitas. Los samnitas fueron los enemigos más irreductibles de Roma, a la que infligieron aplastantes derrotas; siempre que surgía algún movimiento de revuelta contra Roma los samnitas se unían a los sublevados.
sármatas. Pueblo probablemente de origen germánico; los sármatas habitaban en las estepas del noroeste del mar Euxino, en la actual Ucrania, aunque en origen vivían al este del río Tanais (el Don). Eran un pueblo nómada y ecuestre; su cultura tribal les permitía una curiosa igualdad entre hombres y mujeres, pues éstas participaban en los consejos y luchaban como los guerreros. En el siglo 1 a. JC. se habían escindido de ellos varias etnias que constituyeron naciones autónomas, como fue el caso de roxolanos y yacigios, que se asentaron más al sur. Mitrídates empleó a sármatas en sus tropas de caballería.
sátrapa. Era el título dado por los reyes persas a los gobernadores provinciales o territoriales. Alejandro Magno conservó el término en su administración, del mismo modo que los últimos reyes partos arsácidas. El territorio gobernado por un sátrapa era la satrapía.